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Ermira del Carmen Betanzo Ortega: Vive en el recuerdo de su familia

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El viernes 2 de diciembre de 2022 se cumplió el primer aniversario del fallecimiento de la dama valdiviana Ermira del Carmen Betanzo Ortega. Nacida el 6 de junio de 1934 en Collipulli, sus padres fueron Domingo Betanzo y Zoila Ortega, quienes tuvieron un total de siete hijos. Cuando la familia se trasladó a vivir a Valdivia, Ermira del Carmen Betanzo Ortega estudió primero en el Colegio María Auxiliadora y posteriormente concluyó sus estudios secundarios en la antigua Escuela Técnica, donde se especializó en el oficio de vestuario, corte y confección. Una vez egresada de su educación de humanidades, trabajó primero como dependiente en un salón de té y después en el establecimiento comercial de un familiar. El 8 de marzo de 1961 contrajo matrimonio con José Miguel Muñoz Ríos, un conocido funcionario de teatros y cines valdivianos de la época. Del matrimonio nacieron cuatro hijos: Marcia Angélica, Miguel Orlando, Luis Alejandro y Eduardo Andrés. Posteriormente, la descendencia se prolongó a ocho nietos, todos los cuales disfrutaron del amor y cariño de su abuela. A un año de su partida hacia el Más Allá, sus hijos la recuerdan como "una excelente madre, que rera muy dedicada a su casa. Siempre nos transmitió valores y trató de darnos lo mejor. Era muy buena para hacer tejidos y cosas dulces, además de ser una mujer muy católica. Cuando falleció nuestro padre, en el año 1982, ella fue elegida la mejor madre en la Escuela N° 1122 y cuando estudiamos en el Instituto Comercial, siempre formó parte de las directivas de centros de padres y apoderados de los cursos". Además, durante su vida Ermira del Carmen Betanzo Ortega se identificó primero con el sector de Errázuriz, después la población Perú y finalmente la población Bueras, lugares done residió con sus familiares. Ermira del Carmen Betanzo Ortega partió de este mundo el 2 de diciembre de 2021 y su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia, junto a los de su esposo, quien falleció el 29 de agosto de 1982.

2 de diciembre de 2021 falleción Ermira del Carmen Betanzo Ortega, a la edad de 87 años. Fue madre de cuatro hijos, que la recuerdan con amor y nostalgia.

José Avelino Gutiérrez Vargas: Adiós a un hombre cariñoso y sencillo

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A los 73 años de edad, el 24 de noviembre de 2022 emprendió su viaje hacia la eternidad José Avelino Gutiérrez Vargas. Nació el 19 de marzo de 1949 en el sector rural de Naguilán y fue el menor de los once hijos del matrimonio formado por Eduardo Gutiérrez Ríos y María Vargas Sepúlveda. Antes del terremoto de 1960, la familia se trasladó a Valdivia, vivieron en calle Pérez Rosales y José Avelino Gutiérrez Vargas estudió en la Escuela N° 4 y la Escuela Vocacional, para después trasladarse a vivir a la población del Seguro Social. El 2 de septiembre de 1985 contrajo nupcias con Gaby Haydée Ilabel Cano y fueron padres de dos hijos: Miguel Andrés y Felipe Antonio, además de abuelos de un nieto: Santino Octavio. Durante cerca de 40 años, José Avelino Gutiérrez Vargas fue trabajador de la empresa Infodema, hasra su retiro en 2011, cuando se desempeñaba como maestro foliador. Aficionado al deportee hincha del Torreón, jugó fútbol hasta pasados los 50 años en el club Seguro Social y fue un personaje habitual en los gimnasios, para acompañar las carreras basquetbolísticas de sus hijos en el Deportivo Valdivia y Las Ánimas. En esos escenarios, su carácter y personalidad lo llevó a convertirse en una persona estimada y reconocida por los compañeros de básquetbol de los equipos donde jugaban sus hijos. "Fue muy querendón con nuestros compañeros de equipo, a quienes regalaba chocolatitos antes de los partidos", recuerdan sus hijos Miguel y Felipe. Y agregan que "disfrutaba mucho que los jugadores lo reconocieran y fueran a saludar cuando estaba en los gimnasios. Tenía sus regalones y le gustaba sentirse considerado. Sembró y cosechó cariño entre ellos y muchos llegaron a acompañarnos en su despedida", agregan. Como padre, fue una persona estricta en los primeros años, inculcándole a sus hijos valores como la responsabilidad, la puntualidad y la importancia de estudiar. Se sentía orgulloso de sus hijos por lo que son como personas y en los ámbitos profesional y deportivo. José Avelino Gutiérrez Vargas falleció el 24 de noviembre de 2022 y su cuerpo descansa en el Cementerio Parque Los Laureles.

24 de noviembre de 2022 dejó de existir José Avelino Gutiérrez Vargas, a los 73 años de edad. Fue un conocido hincha del básquetbol y del fútbol valdivianos.

Opinión

Una voz grita en el desierto

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El evangelio de Mateo, en este segundo domingo de Adviento, nos presenta la figura de Juan Bautista, que prepara el ministerio de Jesús y la venida del reino de Dios, que está asociado a la Palabra y obra de Jesús. El anuncio del Bautista es un llamado a la conversión, porque el reino de Dios está cerca. De esta forma está cumpliendo la promesa de los profetas del Antiguo Testamento, de que una voz gritará en medio del desierto, para que sean preparados los caminos del Señor.

Juan bautizaba a los que llegaban a él y ellos confesaban sus pecados. Pero ante los fariseos y saduceos, quienes pensaban que no necesitaban de conversión, Juan Bautista tiene duras palabras de denuncia por sus actitudes de arrogancia y de poca sinceridad.

¿Qué significado tiene para nosotros hoy este párrafo del evangelio? La Escritura, por ser Palabra de Dios, es siempre una palabra viva y eficaz, por lo que no es solamente algo escrito hace siglos. Tiene un valor también para los creyentes de hoy y por lo tanto, es una palabra que también hoy puede y debe transformar nuestras vidas.

La llamada a la conversión de Juan Bautista entonces, es también para nosotros, esa palabra que sus contemporáneos escucharon y los movió a cambiar sus vidas, también debe movernos a nosotros a cambiar todo aquello que nos aleja de Dios y ayudar en las transformaciones sociales, políticas y económicas injustas, que aún hoy oprimen a tantos hermanas y hermanos nuestros. Que la voz del Bautista que anuncia la venida de Jesucristo y su reino, no sea una "voz que grita en el desierto", es decir, en el vacío de un mundo que no quiere ver, ni oír el grito de los sufrientes y de los pobres.

Que la luz de la próxima fiesta de Navidad, a la cual nos prepara el Adviento, no se apague frente a otras luces que distorsionan la verdadera celebración. Que la solidaridad con los que sufren sea una actitud permanente en todos, especialmente entre quienes decimos profesar nuestra fe en Jesús, a quien Juan Bautista anunció con valentía y decisión.