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ENTREVISTA. segundo armando reyes calisto, comerciante de la Feria Fuvial de Valdivia:

"Mi vida está aquí en la feria y si me fuera para la casa, me enfermaría"

LOCATARIO. Con 74 años de edad y 41 de trabajo en la feria, es uno de los locatarios más antiguos del tradicional mercado fluvial.
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Juan Carlos Hernández G.

El reloj aún no marca las ocho de la mañana y los locatarios y trabajadores de la Feria Fluvial de Valdivia laboran aceleradamente en la instalación de cerca de un centenar de puestos de venta de pescados, mariscos, frutas, quesos, plantas, flores y hortalizas. En el puesto N° 12, Segundo Armando Reyes Calisto cumple con una tradición que en su caso se extiende durante 41 años y lo transforma en uno de los locatarios más antiguos del tradicional mercado fluvial. ¿Su especialidad? Mariscos y ahora también pescados, productos que llegan mayoritariamente desde la costa valdiviana, Carelmapu, Ancud y Calbuco (región de Los Lagos).

Durante su vida, Segundo Armando Reyes Calisto también fue boxeador aficionado durante unos siete años, representante del club General Yáñez y protagonista de encendidos combates en la categoría gallo ante campeones de Chile como Eduardo Illanes y Carlos Soto; fue dirigente deportivo de los clubes Camilo Henríquez y General Yáñez, además de delegado y jugador del Deportivo Feria Fluvial.

Hoy y como siempre, se esmera por entregarle la mejor atención a clientes habituales y esporádicos que acuden al tradicional sector comercial en la Costanera de Valdivia.

Junto al río

¿Cuándo comenzó su relación con la Feria Fluvial?

-De muy pequeño. Tenía 12 años cuando ayudaba a mi padrastro Carlos Díaz y así me ganaba algunas monedas. Después hice el servicio militar, trabajé en mecánica, fui uno de los primeros colectiveros acá en la feria y en el año 1981 comencé definitivamente como locatario de la feria junto a un socio.

Usted fue dirigente del sindicato de la feria. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Durante 20 años fui secretario del sindicato, con María Soto como presidenta. Se realizó un buen trabajo, gracias al cual se lograron los toldos para techar la feria, luego de conversaciones y gestiones con las autoridades.

¿Ha cambiado mucho la feria en estos 41 años que lleva como locatario?

-Ha cambiado bastante, hay harta gente nueva. De los más antiguos, quedamos unos cinco o seis. El resto son puros jóvenes y muchos son familiares de los más antiguos.

¿Cómo es la relación con sus colegas comerciantes y con los clientes?

-Buena, no tengo nada que decir. Con tantos años aquí, tengo hartos clientes de muchos años. Me conocen como el "Mono" Reyes.

¿Cuáles son las principales necesidades que tienen actualmente los comerciantes de la Feria Fluvial?

-Lo primero es solucionar el problema de los lobos marinos, porque uno anda trabajando a saltos y también son un peligro para la gente que viene a comprar. Es verdad que los mismos locatarios los acostumbraron a que permanezcan acá, porque se les da comida y entonces el lobo no se va, porque tiene su comida segura. Pero eso ya es así y ahora esperamos tener soluciones definitivas, para evitar que suban y causen problemas, como ha ocurrido en el último tiempo. Ahora están colocando cercos más altos y esperamos que con eso, se solucione el problema. También necesitamos de manera urgente cambiar las lonas del techo, ya que están rotas y el agua se pasa.

¿Por qué continúa trabajando a los 74 años de edad?

-Porque tengo familia y hay que aportar en la casa. Con la pura pensión básica solidaria, no alcanza.

¿Cómo califica sus 41 años como comerciante de la Feria Fluvial.

-Muy buenos. Mi vida está aquí y si me fuera para la casa, me enfermaría al estar sin hacer nada. Estoy acostumbrado a estar acá, a conversar con la gente y echar la talla, cuando hay tiempo.

"Además de solucionar el problema de los lobos marinos, también necesitamos de manera urgente cambiar las lonas del techo, ya que están rotas y el agua se pasa...".

Segundo Armando Reyes, Comerciante de la Feria Fluvial

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Trayectoria

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Una vida en el trabajo Feriante fluvial, colectivero, boxeador, dirigente sindical y deportivo; y cuando niño "canillita" y vendedor de sopaipillas, empanadas, castañas y piñones en la galería adyacente al antiguo Teatro Cervantes, Segundo Armando Reyes Calisto nació en Valdivia el 19 de junio de 1948. Fue el mayor de los tres hijos (Segundo, Rolando y Raquel) del matrimonio formado por José Armando Reyes y Raquel Calisto. Estudió solamente hasta sexto año de preparatoria, primero en la Escuela N°1 y después en la Escuela María Goretti, para luego derivar al mundo del trabajo ante la ausencia de la figura paterna en el hogar. Casado desde hace 32 años con Jacqueline Jaramillo Almonacid, son padres de cuatro hijos, a los cuales Reyes suma otros cuatro de una relación anterior. Es abuelo de 13 nietos y bisabuelo de dos bisnietos.

Docente UST Valdivia

Ejercicio y verano

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En diversas investigaciones se ha demostrado que la práctica física regular incrementa la habilidad de un adulto mayor, reduciendo los riesgos de enfermedades crónicas y bajando la tasa de mortalidad. Es por esto que la promoción de la actividad física debe ser constante, sabiendo que dos tercios de las personas con más de 60 años de edad practican de manera irregular alguna actividad física o son totalmente sedentarios.

El ejercicio físico se considera un factor protector para los adultos mayores y que debe ser fomentado. Por su parte, la funcionalidad se entiende como la capacidad que posee una persona para llevar de manera autónoma actividades de la vida diaria, de menor a mayor complejidad.

Estas actividades se pueden agrupar en básicas, instrumentales y avanzadas, siendo las primeras acciones destinadas a trasladarse, asearse y alimentarse. Las instrumentales obedecen a seguir indicaciones médicas o instrucciones de manera independiente, mientras que las avanzadas en quehaceres como realizar viajes, desarrollar una profesión, entre otras.

Hoy en la población adulta mayor encontramos que uno de cada cinco personas mayores presenta alguna limitación en actividades básicas de la vida diaria. Cabe destacar que frente a alguna patología, la primera repercusión es en las actividades avanzadas, luego las instrumentales y por último las básicas.

Es por lo mencionado anteriormente, que se puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona de la tercera edad ejercitando la flexibilidad, fuerza y volumen muscular, movilidad y mayor capacidad funcional aeróbica.

El equilibrio resulta fundamental a la hora de trabajar con personas mayores. El ejercicio físico es beneficioso para la salud mental, lo cual incide positivamente en el combate de enfermedades y en todo esto es fundamental aprovechar las oportunidades que nos ofrece el verano.

Dr. Felipe

Poblete