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¿Cómo debería ser la discusión para que no se comentan los mismos errores que en el proceso anterior, qué materias abordar, debería ser más acotada?
-Creo que ya se dieron las bases y Chile aprendió de los errores cometidos en la anterior Convención Constitucional. Esperamos que ese tipo de problemas que existieron no vuelvan a ocurrir.
Por eso, será un órgano más reducido, de 50 miembros; segundo, va a ser un periodo más acotado; tercero, existen ciertos bordes que están pre acordados, por ejemplo, que Chile es un Estado social y democrático de derecho, que existen tres poderes del Estado y así una serie de principios institucionales democráticos que acordamos ya.
Además, va a existir la posibilidad de los expertos de vetar una norma que pueda tener algún tipo de problema.
Yo estoy confiado de que hoy día el sistema político no se va a dar el lujo de echar por la borda el sueño de nuestro país de poder contar con una Constitución. Claramente la nueva Carta Magna no se hace cargo de los problemas de delincuencia, de certidumbre económica, de aumento de los precios, de los derechos sociales, en ningún caso, pero lo que hace la Carta Fundamental es escribir la casa de todos, la brújula que nos va a regir en los próximos 30-50 años.
En su opinión, ¿hay propuestas de la rechazada Constitución que se deberían considerar en este nuevo proceso?
-Existe material suficiente como para poder escribir una nueva y buena Constitución. Tenemos nuestra historia constitucional, la Constitución del '25, la Constitución del '80 en aquellos capítulos donde existía más consenso, la misma propuesta constitucional que fue rechazada el 4 de septiembre yo creo que tenía varios aspectos interesantes, sobre todo, en materia de descentralización, derechos medioambientales y derechos sociales; la propuesta de diálogos constitucionales que la Presidenta Bachelet desarrolló. En ese sentido, creo que la labor de los expertos, en particular, va a ser muy potente.
¿Cómo observa usted el ánimo en la ciudadanía frente a un nuevo proceso constitucional?
-Las encuestas dicen que más de 60 por ciento de la ciudadanía quiere que se construya una nueva Constitucuión. Si uno le pregunta a los vecinos y vecinas, claro, no es el problema principal hoy día, porque estamos viviendo problemas graves, de coyuntura, como son la incertidumbre en materias de seguridad, económica y derechos sociales; aquí tenemos varios problemas que son urgentes y que día a día los vecinos nos plantean con mucha fuerza, pero necesitamos entregarnos certidumbres como país, necesitamos tener establecido cuál va a ser el itinerario de futuro, y por eso es tan relevante e importante lo que estamos desarrollando hoy día, y entregarle el mandato a este nuevo órgano en el proceso de construcción de lo que va a ser la nueva Carta Fundamental.
Desafíos de país y región
Se cumplieron nueve meses del gobierno del Presidente Boric, ¿cuál es la evaluación que hace de este periodo?
-Claramente, no ha sido un periodo fácil y el negar esto es de una persona que no está atenta a lo que está sucediendo. Ha sido un periodo bastante complejo, un inicio bastante turbulento, pero creo que día a día ha ido asumiendo y ha avanzado en el control de la agenda pública.
Veo con mucha expectación cómo se van a enfrentar los procesos políticos que se vienen, la generación de políticas públicas, el entender que el arte de gobernar un país es muy diferente cuando tú estás llevando adelante la conducción y eso ha implicado que el Presidente también ha tenido que reconocer y muchas veces escuchar a sectores que en algún momento su sector político menospreciaba. Ahí creo que es fundamental el aporte que desde nuestro sector políticos, sobre todo del Socialismo Democrático, hemos hecho en la historia de Chile y hoy día, y eso se ve claramente cuando quien asume el liderazgo en Interior es una ministra como Carolina Tohá, o que en el proceso de conversaciones con el Congreso tiene una ministra que fue la brazo derecho de la ex Presidenta Bachelet, como Ana Lya Uriarte.
En la región de Los Ríos, en particular, y pensando en proyecciones, ¿cuáles son los temas centrales en que debe avanzar el gobierno para que crezca en las áreas prioritarias como turismo y otras?
-Ese es un tremendo desafío. Creo que nuestra región se ha visto en el último tiempo bastante eclipsada y por varias razones. Primero, la crisis que implicó vivir una pandemia, en una región que se caracteriza por ser la más linda de Chile, generó un problema y un retroceso en el aumento del turismo que habíamos estado viviendo en el último tiempo y eso golpea derechamente a los emprendedores turísticos de la región.
Los problemas de la conectividad que tenemos, de la baja de inversión pública que hemos tenido en el último tiempo van generando cierto nivel de incertidumbre.
Creo que ha faltado mayor diálogo por parte de los actores públicos y políticos de la región, conversamos poco en orden a poder desarrollar un trabajo conjunto y unitario, pensando en el bienestar de la región de Los Ríos.
Ahí, he sentido la falta de mayor diálogo de los actores locales, porque debemos entender que la misión de entregarle una mejor calidad de vida a la región implica que sus autoridades estén detrás de una estrategia común para poder construir una región mucho más potente, más moderna y desarrollada.
Hoy el tema de la seguridad pública es una preocupación para la comunidad, ¿falta mayor decisión sobre este tema?, ¿cambiar las leyes?, ¿qué falta para avanzar en soluciones?
-El principal problema que hoy día enfrentamos dice relación con la inseguridad. Cuando la ciudadanía vive insegura lo que ocurre al final del día es que tú no puedes ejercer tus libertades, porque te encierras, porque estás asustada. Recuerdo hace 20 años cuando salíamos con los amigos, recorríamos todo Valdivia caminando sin ningún tipo de problema; hoy día, son las ocho de la tarde y hay sectores donde tú no puedes entrar.
En Valdivia y en Los Ríos estamos viviendo con ese nivel de temor. Y allí, el llamado es cómo somos capaces de enfrentar los problemas de delincuencia también de manera unitaria, con un diagnóstico común, que muchas veces no existe.
Tenemos que entender que el problema de la delincuencia es multifactorial: graves números de deserción escolar, hacinamiento, sin acceso a diferentes servicios, y cómo hoy día también la droga se está tomando cada una de nuestras poblaciones y el narcotráfico está haciendo gala, muchas veces, del control territorial en diferentes sectores. ¿Esto cómo se enfrenta? De manera multisectorial, tenemos que desarrollar una política potente de manera de retener a nuestros niños en los colegios y entregar una mejor educación, además tomarnos los espacios públicos de cada uno de los sectores de nuestra región, porque no es posible que éstos sean espacios hoy día para delinquir. Allí, las policías son fundamentales y todo el respaldo tanto a Carabineros como a la Policía de Investigaciones en las labores de prevención y de investigación que ambas deben desarrollar; también, es importante el Ministerio Público, cómo somos capaces de entregarle las herramientas, en infraestructura y en personal, para poder desarrollar correctamente las investigaciones criminales.
Yo soy de aquellos que cree que debemos tener una lucha frontal, decidida y sin claudicar contra ese tipo de flagelo que hoy día golpea tan fuerte a nuestra sociedad.
También está la seguridad rural, en la región siguen ocurriendo hechos violentos, ¿falta más fuerza en las medidas que se han anunciado?
-Claramente, creo que no han sido suficiente. El lunes de la semana pasada participé en un encuentro en la comuna de Paillaco, liderado por organizaciones vecinales, rurales, cosoc regionales y comunales, y el motivo de ese encuentro era la seguridad de los sectores rurales, en particular. Y allí tenemos un tremendo desafío y las medidas adoptadas por el gobierno no han sido suficientes para poder enfrentar este flagelo que día a día se está haciendo más frecuente. Recordemos que la semana pasada, la madrugada del viernes, hubo un atentado incendiario en la comuna de Lanco y hace menos de dos meses vivimos un hecho de terror en el sector de Tres Ventanas de La Unión, y esto se está casi normalizando.
Eso no es posible y lo que pido al gobierno en particular y se lo he dicho a la ministra y al subsecretario del Interior, que Los Ríos no se quiere transformar en una zona roja con este tipo de situaciones; claro, los niveles son infinitamente inferiores a lo que ocurre en la Araucanía o en el Biobío, pero lo cierto es que cada día se están haciendo más frecuente y tenemos que adoptar una acción mucho más decidida y frontal de lucha y combate a este tipo de acciones, pero, además, que no solamente sean nominales, porque cuando me dicen "no, si nos querellamos por cada uno de estos hechos", uno se pregunta ¿cuál es el resultados de esas querellas en la región de Los Ríos?, ¿han servido efectivamente esas querellas?, ¿cómo están las investigaciones en cada una de esas causas?, ¿tenemos determinado quiénes han sido los autores de este tipo de hechos? Y aquí, claramente, la respuesta es negativa.