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A los 95 años de edad murió la actriz italiana Gina Lollobrigida

ROMA. La artista, que marcó por medio siglo el cine italiano, es considerada una de las grandes divas de la pantalla.
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Agencias

Un siglo da para mucho y más si eres Gina Lollobrigida. La mítica actriz italiana, fallecida ayer con 95 años, tuvo una vida de película, adornada por joyas y glamour, pero envuelta por un sainete sentimental que empañó sus últimos días.

"La Bersagliera nos ha dejado. Con profundo dolor dan el triste anuncio su hijo, Milko, y su nieto Dimitri. La familia pide en este momento de gran dolor, por parte de los medios, el máximo respeto", comunicó la familia sobre la musa indiscutible del nutrido panteón de la cinematografía italiana.

La infancia en la guerra

Luigina Lollobrigida nació en Subiaco el 4 de julio de 1927 en el seno de una familia acomodada que perdió su patrimonio en la Segunda Guerra Mundial y en 1947, con 20 años, se mudó a la cercana Roma, donde comenzó a estudiar Bellas Artes.

Según explica en su biografía, ella era la "privilegiada" en una familia de "refugiados" que malvivía en una adusta habitación y comía "lo poco que lograba recoger".

El trampolín al mundo del espectáculo se produjo a su llegada a la ciudad, cuando acabó en el escenario del certamen "Miss Roma", en el que quedó segunda, y posteriormente fue invitada a la final de "Miss Italia", en la que finalmente triunfó Lucía Bosé. Poco a poco la joven logró entrar en los estudios romanos de Cinecittà, interpretando pequeños papeles, y tres años más tarde recibió una oferta del millonario productor Howard Huges por la que tomó un avión para volar a aquel Hollywood efervescente.

Sin embargo, tardó poco en arrepentirse, al darse cuenta de que solo podría trabajar en producciones de su mecenas, y fue entonces cuando decidió regresar a Roma para iniciar una carrera que la consagraría como una de las actrices más aplaudidas en Europa.

La italianidad

Sus primeros éxitos llegaron a las órdenes de Luigi Zampa, con cintas como "Campane a martello" (1949). En 1952 protagonizó junto al divo francés Gérard Philipe "Fanfán La Tulipe", del realizador francés Christian-Jaque, una película premiada en Cannes y en Berlín, lo que le dio gran visibilidad en el continente.

Fue el comienzo de una trayectoria en la que, con su mirada profunda y su exuberante busto, interpretó más de 60 cintas, además de otras tantas piezas teatrales o papeles en series televisivas.

Todos los directores de los años 1950 la querían, pero fue Luigi Comencini quién la impulsó a su máximo esplendor en "Pane, amore e fantasia" (1953), con la que ganó su primer premio, el "Nastro d'Argento", gracias a un recordado papel junto a Vittorio de Sica.

En aquella época trabajó en grandes producciones internacionales, como "Beat the Devil" (1953), con Humphrey Bogart; "Trapeze" (1956), con Tony Curtis, o "Notre-Dame de Paris" (1956), junto a un Anthony Quinn jorobado.

Quizá una de sus trabajos más emblemáticos sea la producción de título premonitorio "La donna più bella del mondo" (1956), junto a Vittorio Gassman, en la que incluso cantó fragmentos de la "Tosca" de Giacomo Puccini.

Asentada como uno de los grandes iconos de la "italianidad", Lollobrigida fue poco a poco separándose del mundo del cine, en el que conquistó numerosos galardones, a excepción del Oscar.

Desmán como vida privada

De manera paralela, su vida privada siempre estuvo en el candelero: en 1949 se casó con el médico yugoslavo Milko Skofic, con el que tuvo un hijo, Andrea, y del que se divorció en 1971.

Recordada además es su relación con el empresario español Javier Rigau, 34 años más joven que ella. La actriz terminó denunciándolo por estafa y falsedad documental por el matrimonio "por poderes" que contrajeron en 2010, aunque el esposo fue finalmente absuelto en marzo de 2017 y anulado también el casamiento por mano del mismísimo papa Francisco.

Aquel año se le pudo ver en el Tribunal de Roma en un aparente buen estado, con su icónico cardado, una capa de un rojo intenso, botas de tacón, sus inseparables lentes de sol y acompañada por dos asistentes.

Gina vivía en una villa de la vía Appia Antica de Roma y cuenta con la ayuda de su asistente Andrea Piazzolla, a quien Rigau y la familia de la estrella han denunciado recientemente, acusándole de manipularla y de dilapidar su fortuna.

En los últimos años la estrella, sobre la que pesaban indicios de demencia senil, se vio obligada a subastar su imponente joyero.

Parte importante de su patrimonio, como los muebles de su mansión, acabaron en un depósito custodiado por orden del juez, después de que la familia iniciara su ofensiva contra el manirroto Piazzolla.

El joven de hecho no esconde su elevado nivel de vida y se le ve con frecuencia llegando a los mejores locales de la capital con coches de lujo y todo tipo de ostentaciones.

Italia y el mundo del cine lamentan la muerte de la diva

PESAR. Desde Sophia Loren hasta la primera ministra, Giorgia Meloni, recordaron a Gina Lollobrigida.
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La muerte de la actriz Gina Lollobrigida, este lunes a los 95 años, conmocionó a multitud de personalidades vinculadas al cine internacional, como Antonio Banderas, y a la cultura y política de Italia, entre ellas Sophia Loren, Rita Pavone y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

"Recordamos con mucho cariño a Gina Lollobrigida, una actriz muy talentosa, apasionada, intensa, fascinante. Nos deja una protagonista, un icono del cine italiano, una de las intérpretes más importantes de su generación, que contribuyó a la difusión de la imagen italiana en el mundo", aseguró Meloni.

Por su parte, Sophia Loren, otro de los grandes íconos italianos, de 88 años, dijo estar "profundamente conmocionada y entristecida" tras la muerte de la legendaria actriz, con quien fue comparada de manera constante a lo largo de su carrera.

También la cantante y actriz Rita Pavone, de 77 años, se sumó a las condolencias al compartir en Twitter una foto de una actuación que protagonizó con Lollobrigida, de quien dijo que era "estrella internacional que el mundo envidiaba".

"Nos deja una gran leyenda del cine italiano", lamentó el actor español Antonio Banderas, mientras que la Academia del Cine Italiano recogió el sentir de la industria cinematográfica al incluir en su página web una fotografía de la diva, primera mujer en ganar el premio David di Donatello como mejor actriz protagonista en 1956, durante la primera edición de los galardones.

El pésame también llegó desde el emblemático festival de Sanremo, que empezará este febrero. Su director artístico Amadeus la elogió como un "monumento del cine italiano".

Pocos minutos después de conocerse el fallecimiento, diputados de los principales partidos políticos italianos comenzaron a recordar su larga carrera.

Por su parte, el ministro de Agricultura y pariente lejano de la actriz, Francesco Lollobrigida, la recordó como "una de las estrellas más brillantes de la cinematografía y la cultura italiana".