Comprender las patologías raras
El 28 de febrero se conmemora el Día de las Enfermedades poco Frecuentes. Y hay buenas noticias para quienes las padecen. Crearán una Oficina para enfrentar esta realidad, que viven más de un millón y medio de chilenos. Los primero será consensuar una definición y tener un catastro oficial.
El Ministerio de Salud anunció la creación de una Oficina Nacional de Condiciones Crónicas Complejas (CCC), que se ocupará de atender casos de las llamadas "enfermedades raras". En ese grupo caben unas siete mil distintos tipos de dolencias que se dan con baja frecuencia (una persona entre dos mil habitantes); pero que en Chile afectan a casi un millón y medio de habitantes.
El anuncio es positivo, pues se trabajará para generar una política pública en la materia, la cual hasta ahora ha sido atendida a través de diferentes legislaciones (patologías GES, Ley Ricarte Soto de 2015, entre otras), pero que no ha contado con una definición clara, ni un catastro que permita conocer a los pacientes y ayudarlos en el difícil camino que enfrentan desde la etapa de diagnósticos con demora, la falta de especialistas y los costosos tratamientos.
Un doloroso ejemplo de lo anterior está en Los Ríos, con el pequeño Emiliano Cereceda, quien requiere de un medicamento (Zolgensma) que vale 1.600 millones de pesos, para enfrentar la atrofia muscular espinal que padece. Si bien su caso se judicializó (su familia demandó al Estado para recibir ayuda) y el Instituto de Salud Pública gestionó el reconocimiento oficial del producto; aún no se materializa el acceso a él y el tiempo apremia, pues debe recibirlo antes de cumplir 2 años de vida.
El anuncio estatal de abrir la Oficina CCC se produjo en el marco del Día Nacional de la Educación y Concientización de las enfermedades poco frecuentes, que se conmemora cada 28 de febrero. En la ocasión, se definió las primeras tareas a desarrollar, según trabajo previo entre autoridades, parlamentarios y agrupaciones de pacientes. Lo primero será un levantar información sobre cuántos son y dónde están los afectados; luego, una negociación de precios con la industria; una definición de redes de atención y cuidado; perfeccionamiento profesional y educación comunitaria para que esta realidad se conozca y se comprenda mejor.
Activar esta instancia pública de coordinación implica generar un interlocutor institucional al cual los pacientes y sus familias puedan acudir. Una agencia que les alivie la carga que hoy llevan al buscar respuestas en distintas instancias, sin hallarlas y sin comprensión.