Rebecca Solnit pregunta quién cuenta la historia
La ensayista norteamericana analiza en su último libro, recién traducido al español, la forma en que se narra la historia desde el poder. Para ella, los ciudadanos del borde, las mujeres y los viejos, también tienen voz.
"¿De quién es esta historia"?, es el último ensayo de Rebecca Solnit, escritora, historiadora y activista estadounidense, conocida también por sus anteriores publicaciones: "Los hombres me explican cosas" y "Wanderlust: una historia del caminar".
En su flamante ensayo Solnit hace un lúcido y optimista recuento de los procesos vividos en los últimos tiempos: el de 2011, con el movimiento "Ocuppy Wall Street", el de 2013 con "Black Lives Matter" y el vivido en todo el mundo, el año 2017 con el movimiento "#MeToo", entre otros.
Para Solnit el cambio siempre comienza en los márgenes, entre las sombras, y califica como un "proceso estimulante y pasmoso" lo vivido en el último medio siglo. Casi al terminar el libro señala su vocación amorosa: "A los jóvenes que me infunden esperanzas y a los muy jóvenes que me proporcionan alegría"; también en las líneas finales, una sentencia expande los horizontes: "He empezado a decir: no pregunten qué pasará. Sean lo que pase".
Para presentar "¿De quién es esta historia?" Solnit se comunicó por Zoom con la prensa sobre tópicos como la solidaridad, a la que sólo ve posible dentro del colectivo, algo muy lejano a la solitaria figura del héroe, ese personaje que creemos necesitar y que la hace recordar la frase del poeta alemán Bertolt Brecht: "Desdichada la tierra que necesita héroes".
Sobre la acción colectiva dijo que es imperioso alentarla: "Incluso para proteger los elementos más introspectivos y personales de la vida, los más pisoteados y menospreciados. Para mí siempre hay una pregunta narrativa, cómo contamos el relato de quienes somos, qué significa ser humano, que es lo que tiene valor, qué es lo que hay que proteger y siempre intento defender aquello que es menos cuantificable, menos objetivo, menos inmediatamente material, y con ello no quiero decir que lo haya conseguido, pero sí que es uno de mis propósitos principales", enunció con vehemencia frente a la pantalla de su computador.
Oír a los ancianos
Acerca del peligro del olvido y cómo combatirlo contó que tiene algunas ideas: "Algo que creo que es muy importante, y que falta mucho en Estados Unidos, son las relaciones intergeneracionales; si los veinteañeros se juntan con gente de ochenta y tantos, les recordarán lo mucho que ha cambiado el mundo. Gran parte de la desesperación viene de la amnesia, muchos creen que la angustia viene del futuro pero el futuro no lo podemos conocer y todo lo que tenemos es el pasado, del pasado podemos aprender cómo la historia puede sorprendernos", explicó.
Un eje sobre el que también se explayó Solnit fue cómo lo patriarcal, a su juicio, se adueña del discurso y acalla las voces disonantes. "Acabo de escribir un artículo para The Guardian sobre cómo el autoritarismo en el hogar y en el Estado tienen mucho en común. Los autoritarios intentan controlar no solo sobre aquello que la gente habla, también la economía, el ejército, además de muchos aspectos prácticos y cotidianos. También esperan controlar la historia, la ciencia, los hechos, la verdad, lo que se puede decir y quién tiene permiso para decirlo".
En cuanto a cómo surgió el #MeToo, Solnit no tiene muy claro que sea un movimiento inédito. Sí lo ve conectado a las olas del feminismo que se remontan al siglo XIX y el movimiento sufragista y en el siglo XX, a las nuevas olas del feminismo.
"El #MeToo surgió porque los periodistas consiguieron publicar historias que los editores consideraron que merecían ser contadas. No eran historias nuevas: Bill Cosby, Woody Allen y Harvey Weinstein fueron culpables durante mucho tiempo, pero nadie hablaba de eso, de la forma en que hacía falta hablar de ello hasta que llegó ese momento", acotó.
El tema de las redes sociales también lo mencionó en el Zoom: "Si las redes sociales se hubieran creado realmente como un foro público para el bien común serían algo muy distinto, pero como Elon Musk y Mark Zuckerberg lo gestionan para lucrar, no lo son".
También, refiriendo a la llamada "cultura de la cancelación" acotó que el término "es una gran patraña que usa sobre todo la derecha estadounidense que presupone que hay gente que tiene derecho, no solo a tener éxito y que se le escuche, sino que nadie tiene derecho a oponerse a ella. Hay mucha gente a quien no se le ha escuchado históricamente", finalizó.
Según Rebecca Solnit nos encontramos en medio de una guerra por el dominio de la narrativa.
"¿De quién es esta historia?"
Rebecca Solnit
Lumen
224 páginas
$16.000
Por Amelia Carvallo A.
"Si los veinteañeros se juntan con gente de ochenta y tantos, les recordarán lo mucho que ha cambiado el mundo".
"Acabo de escribir un artículo para The Guardian sobre cómo el autoritarismo en el hogar y en el Estado tienen mucho en común".
jude Mooney