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Columna

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Entre 2020-2021, la economía chilena recibió un impulso muy significativo de demanda. Combinados, el mayor gasto fiscal y los retiros de AFP sumaron en torno a 30% del PIB. Esta es la principal causa del significativo aumento de la inflación -más allá de los shocks de oferta relacionados con los problemas de suministro globales y la invasión rusa a Ucrania. El IPoM de marzo de 2023 es la instancia de comunicación más reciente del banco con la ciudadanía para dar cuenta de la evolución de la macroeconomía y las perspectivas para la inflación.

¿Qué nos dice este IPoM? Primero, la inflación se mantiene en niveles muy elevados. Si bien la variación anual del IPC descendió hasta 11,9% en febrero y 11,1% en marzo, sigue estando muy por sobre la meta de 3%.

Más preocupante aún, la parte subyacente del IPC -que excluye los componentes más volátiles de la canasta y tiende a ser una mejor medida de las presiones inflacionarias más relacionadas con la actividad y la demanda-- se ubica en torno a 11% anual desde hace un tiempo, acumulando una sorpresa importante en los últimos meses. Varios factores explican por qué la inflación está tardando en bajar.

El más importante continúa siendo que la economía no ha logrado reducir los impactos del exceso de gasto antes mencionado.

De hecho, la revisión de las cuentas nacionales mostró que el nivel de consumo privado fue incluso mayor que lo estimado, y la velocidad a la que se ha ajustado en lo más reciente ha sido menor a la prevista.

Segundo, el mejor desempeño de la actividad de inicios de 2023 lleva a revisar al alza la proyección de crecimiento del PIB de este año. No obstante, la economía continuará con su proceso de ajuste en los trimestres venideros.

Esto es necesario para que la inflación retorne al 3%, lo cual se espera ocurra hacia fines de 2024. En tercer lugar, el IPoM destaca que el panorama económico global se ha vuelto más difícil en las últimas semanas. La economía chilena se verá afectada por una menor demanda externa y condiciones financieras globales más restrictivas.

Finalmente, el Consejo comunica su visión respecto de la trayectoria de la Tasa de Política Monetaria (TPM), que se ha mantenido en 11,25% desde octubre de 2022. Dado los antecedentes discutidos, se estima que la TPM deberá permanecer en ese nivel por un período más prolongado que lo previamente anticipado. Esto, hasta que el estado de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de 3% se ha consolidado.

Con todo, el escenario actual tiene un grado de incertidumbre superior a lo habitual. Destaca el riesgo de un deterioro más abrupto del escenario externo, con mayores implicancias para Chile, como también la posibilidad que el consumo se ajuste más lentamente y prolongue la elevada inflación.

El Consejo del Banco Central de Chile conducirá una política monetaria flexible que estará atenta a los desarrollos de la economía mundial y local, de manera de adecuarse a eventuales cambios en las principales presiones inflacionarias que inciden en la convergencia de la inflación a la meta.

¿Qué nos dicen el IPOM de marzo?