Esta es una época llena de simbolismos. El 29 de noviembre se inició, definitivamente el camino hacia la Navidad con el Primer Adviento. Muchos hogares dieron vida, ese día, a la antigua tradición de encender la primera de cuatro velas sustentadas en una corona de ramas de árbol perenne lo cual, en la Europa pre- cristiana representaba el ciclo ininterrumpido de las estaciones del año y de la vida. Una segunda tradición es la de San Nicolás de la noche del 5 al 6 de diciembre día del fallecimiento del santo mencionado ¿Cómo se origina y qué significado tiene?
En el siglo III DC, el futuro santo abandonó sus posesiones materiales e ingresó a un monasterio convirtiéndose con el tiempo en Obispo de la ciudad de Myra, actualmente Turquía. Según la tradición, el obispo regaló una bolsa con monedas de oro a un desafortunado hombre para la dote de sus tres hijas. Supuestamente, al lanzar las monedas por la chimenea, estas cayeron sobre unas calcetas que las jóvenes habían puesto a secar. La devoción por San Nicolás llegó, aparentemente a occidente, en el siglo X, bajo el reinado de Otón II. Poco a poco, antiguos personajes vinculados con la entrega de regalos fueron sustituidos por San Nicolás quien, tal como Odín, cabalgaba en el cielo, sobre un caballo blanco, acompañado por su paje Ruperto.
Tras la Reforma Luterana, la entrega de los regalos se trasladó al día 25 de diciembre manteniéndose la celebración de San Nicolás vinculada con antiguas prácticas como la de poner un zapato en la Iglesia, para recibir una limosna.
San Nicolás es también el protector de quienes enfrentan peligros como por ejemplo, los marineros y es representado tanto por la iconografía ortodoxa como occidental con los hábitos propios de su cargo episcopal a los cuales se les han agregado con el tiempo, algunos símbolos como por ejemplo, tres bolsas de oro las cuales en algunas ocasiones, son reemplazadas por manzanas. La tradición llegó a América de norte con los migrantes holandeses que, evidentemente trajeron a su Sinterklaas palabra que, a principios del siglo XIX, derivo en Santa Klaus lo que además fue acompañado con la transformación, por razones publicitarias, del enjuto obispo en el rozagante hacedor de juguetes quien, desde el Polo Norte se traslada en el trineo guiado por los nueve renos: Rudolph, Dasher, Dancer, Prancer, Vixen, Comet, Cupid, Donner y Blitzen.
Lorena Liewald Dessy
Directora Pedagogía Historia y Geografía USS
