Directora

Fonoaudiología

UST Valdivia.

"Todos vamos para viejos"…Más de alguna vez puede que hayan escuchado esta frase, la verdad, hace ya varios años que el "Manual sobre indicadores de vida en la vejez" (CEPAL, 2006), nos indica que el envejecimiento en Chile es cada vez más acelerado, de este modo en nuestro país, las personas de 75 años o más representaban en 1950 el 20,8%, y en el 2000 la cifra aumentó a un 35,2%, proyectando que en el 2050 habrá un 66,1% de población mayor.

En base a esto, la interrogante es ¿Qué estamos haciendo para llegar allá de la mejor manera o de manera más autónoma? Para dar respuesta a esto es fundamental que se entienda que, por ejemplo, en el ámbito de la salud comunicativa es esperable que haya una baja en la velocidad en la que responden, poca retención de la información o se les olvidará rápidamente lo que escucharon o quieren decir.

Si consideramos estos cambios podremos ir preparándonos para el paso inminente del tiempo, como por ejemplo; "Actividades de atención": Buscar objetos en una habitación, buscar información en un ticket de compra, localizar una calle en un mapa, etc; #Actividades de planificación": Lista de pasos para realizar una acción, como cocinar, bañarse, cambiar un neumático, comprar el pan, entre otras; "Actividades de lenguaje": aquí entran todo tipo de habilidades relacionadas con la mantención o aumento de vocabulario, tales como crucigramas, sopas de letras, buscar sinónimos o antónimos a palabras, ordenar oraciones que están desordenadas, entre otras.

Es óptimo además, establecer espacios en los que se comente qué pasó en la novela, qué noticia impactante hay en el diario o los noticieros. Es importante que el entorno de los adultos dedica entre 15 a 20 minutos al día para genera estas conversaciones, con ellos basta con preguntarles cómo estás, o qué harás mañana, para desplegar una gran conversación.

Algo para tener presentes, es que estas actividades no debemos esperar realizarlas solo cuando se llegue a la adultez mayor, sino que debiese ser parte de la rutina de una familia, puesto todos vamos para viejos.

María Isabel

Parra

Julia Barría Barrientos (64) es actualmente la presidenta del grupo de Adulto Mayor Sagrado Corazón, organización que pertenece a la iglesia del mismo nombre en Valdivia, y donde asume "estoy haciendo lo que más me gusta, ayudando al prójimo y a las viejitas como yo les digo siempre".

Nacida en Cayurruca, localidad rural ubicada entre las comunas de Río Bueno y Lago Ranco, Julia es la menor de cinco hermanos, aunque fue trasladada por sus padres hasta Valdivia a la edad de 11 años, para ser criada por la familia de su progenitor.

Según relata, aún vive en la misma casa donde llegó aquella vez, un lugar en el que guarda sus mejores recuerdos y donde, también, conoció al único y gran amor de su vida, el funcionario de Vialidad Ibén García Rodríguez, con quien se casó y tuvo cuatro hijos. Actualmente y luego de cuatro años de viudez de don Ibén, A Julia la anima el cariño de Patricia Ester, Víctor Hugo, Ibén Antonio y Carlos Felipe (el que tuvo a los 44 años y es "el conchito regalón"), además de sus seis nietos y ocho bisnietos.

VIDA SOCIAL

¿Cómo nace este trabajo en beneficio de la gente?

-A los 22 años a mí me nace trabajar y ayudar al más necesitado, como también realizar obras sociales, porque cuando trabajé en Los Lagos comencé mi rumbo a servir a los más desvalidos. En esos años trabajé en Senama, la Cruz Roja y en varios clubes deportivos, por lo que siempre fui activa.

¿Cómo fue su participación en la Cruz Roja?

-En la Cruz Roja de Los Lagos nos capacitaban con cursos cortos de primeros auxilios y nos mandaban a cuidar los enfermos que traían desde los cerros.

Por ejemplo, una vez llevaron una joven que estaba parapléjica y nosotros como voluntarias le teníamos que hacer friegas y sobar. Finalmente, cuando dejé de ir, la niña ya estaba comiendo por cuenta propia. Posteriormente y por traslado en el trabajo de mi marido a Lago Ranco, fui bombera.

¿Cuál fue su motivación para ser bombera?

-Me llamó la atención, porque mi marido era voluntario y secretario de la institución. Entonces, siempre lo observaba y me gustaba lo que hacía. Después se formó la sección femenina, por lo que me inscribí, aprovechando que antes, en Río Bueno, ya había realizado un curso de primeros auxilios en el hospital de la ciudad.

Sagrado corazón

¿Cómo fue la partida del trabajo social en Valdivia?

-Comencé a participar en el Rosario de la Divina Misericordia de Jesús, en Yáñez Zavala, grupo cuya misión principal era hacer solamente obras sociales, y como se trataba de ayudar, fue lo que más me incentivo porque dentro de lo que hacíamos estaba dar almuerzos a los más necesitados. En el año 2002, ingresé a la agrupación de adulto Mayor Sagrado Corazón, donde a los tres años asumí la presidencia, y hace un año atrás lo retomé nuevamente, los quiero mucho.

Hoy estamos postulando a dos proyectos del Senama, porque a esta edad mis viejitas quieren salir a pasear y disfrutar, ya criaron y ahora estamos para atenderlas.

¿Cómo definiría el movimiento del adulto mayor en Valdivia?

-Es bastante bueno, porque hay varios grupos de adultos mayores en distintos sectores. Además, porque los fondos están disponibles para hacer cosas.

Finalmente, ¿cómo se definiría a nivel personal?

-Me considero una mujer feliz y acompañada, porque cuando falleció mi marido, ellas estuvieron conmigo, e inclusive se turnaron para ir a dormir a mi casa.