El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, según datos de la Agencia para la Investigación en Cáncer (IARC), en 2018 se estimó que producto del cáncer falleció una persona por cada seis muertes. En Chile, la sobrevida del cáncer infantil alcanza un 71,4% a los cinco años del diagnóstico, según el Registro Nacional de Cáncer Infantil (RENCI), en el quinquenio 2007-2011. En población adulta, el cálculo de sobrevida de casos incidentes de cáncer en mayores de 15 años, diagnosticados entre 1998 y 2012, y otorgados por Registros Poblacionales de Cáncer de Antofagasta y Los Ríos, y las Provincias de Concepción y Biobío, indican que la sobrevida total de cáncer es 42,8% para ambos sexos, 40% en hombres y de 45,8% en mujeres.
Ante esta realidad, es fundamental que al finalizar el tratamiento de cáncer se busque a un especialista en Nutrición y Alimentos, para promover la recuperación, y mejorar el estado físico y mental, además de evitar -en lo posible- la reaparición del cáncer. Algunas recomendaciones a considerar de la "Sociedad Americana del Cáncer", son: Mantener un peso saludable, con una ingesta calórica adecuada de alimentos y bebidas. Asimismo, realizar actividad física, consultando con un profesional especialista antes de iniciar cualquier plan de ejercicios, pues cada organismo es distinto.
Por su aporte en vitaminas, minerales, antioxidantes, agua y fibra dietética, se recomienda un consumo de entre cuatro a cinco frutas y verduras frescas al día. Además, sumar alimentos integrales, altos en fibra como: Pan, arroz, pasta integral y legumbres. Aumentar la ingesta de lácteos descremados, por su aporte de calcio, e ingerir al menos seis a ocho vasos de agua al día, entre otras.
Por el contrario, se aconseja limitar el consumo de carnes rojas y altas en grasas saturadas como vacuno, cordero, cerdo y de caza, a una vez por semana. Preferir pescados como salmón y jurel y carnes blancas como pollo y pavo, ya que este tipo de carnes aportan grasas "buenas" y bajas en grasas saturadas, altamente proteicas. De igual forma, se debe evitar consumir productos procesados altos en grasas saturadas y azúcares simples, como pasteles y golosinas. Lo mismo en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas.
No obstante lo anterior, siempre es necesario consultar con un nutricionista especializado.
Ignacia Hidalgo González
Docente Nutrición y Dietética U. San Sebastián sede Valdivia.