Hace pocos días fueron calendarizadas las actividades que realizarán las escuelas y liceos de la región para recuperar las clases perdidas durante el paro docente registrado previo a las vacaciones de invierno y que afectó en total a más de seis mil niños y niñas, alumnos de los establecimientos municipales de la región.
De acuerdo a su propia realidad y a la cantidad de horas que vieron interrumpidas sus respectivas jornadas (la duración de la protesta fue distinta en todas las comunas), cada recinto estableció una programación propia, en concordancia con los lineamientos de los departamentos comunales de Educación y con la seremi del ramo. Todo, con la meta de reponer el tiempo, no afectar las subvenciones y velar porque los contenidos de las diversas materias sean revisados y lleguen efectivamente a los estudiantes.
Finalmente las fechas acordadas establecieron que el año escolar se extenderá como mínimo hasta el 12 de diciembre en algunos casos y como máximo hasta el 6 de enero, en los lugares donde la paralización fue más prolongada, como ocurrió en la comuna de Futrono.
De manera práctica, los días sin atención escolar serán recuperados con la adición de algunas horas más durante la semana habitual de clases, hasta completar los períodos faltantes. De ese modo no habrá sobrecarga en ningún momento, pero sí espacio para tratar las materias que quedaron pendientes.
Sin dudas esta definición es muy positiva y ayudará, de algún modo, a reparar los problemas que la larga interrupción de actividades causó en el normal desarrollo del año lectivo. No se trata de una manera ideal de proceso, pero sí de una solución consensuada para responder a una situación compleja.
En este escenario, lo ideal es que la propuesta se cumpla efectivamente y que el segundo semestre se desarrolle de manera más normal que el primero, sin que se haga necesario volver a ordenar horarios.
Es de esperar, también, que no se produzcan nuevas interrupciones, o conflictos laborales o políticos de ninguna especie, que dañen el proceso de enseñanza de los escolares de sectores más vulnerables, quienes son los verdaderamente afectados cuando este tipo de situaciones ocurre.