Uno de los problemas -en un 90%- que se presenta en los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) es la alimentación, quienes tienen una prevalencia elevada de desórdenes alimenticios.
Si bien es cierto, una dieta libre de gluten y caseína no es una dieta extraordinaria que "cure" el TEA, pero sí mejora considerablemente la calidad de vida de los pacientes que padecen este síndrome. Esto, debido a que las sustancias nutritivas que se ingieren a través de los alimentos son de diferentes tamaños, algunas simples y pequeñas, pero otras, como las proteínas, son moléculas grandes y complejas que necesitan ser degradadas por acción de las enzimas hasta hacerlas lo suficientemente pequeñas para ser transportadas por los vasos sanguíneos.
La mayoría de las personas con TEA presentan alguna deficiencia enzimática que les impide degradar correctamente las proteínas de la leche. Los péptidos derivados de la caseína, que es la proteína de la leche se denominan caseomorfinas, mientras que las derivadas de gluten son las gliadorfinas. Ambas tienen una estructura química semejante a los receptores opioides, como la morfina o la heroína, provocando -al llegar al cerebro- un efecto similar al de ingerir una droga. Así, las personas con TEA tienen un comportamiento similar al de una persona con adicción, pero en este caso hacia los productos lácteos y a los derivados del trigo. Es por esto que, si la caseína y el gluten inciden en el aumento de la caseomorfina y las gliadorfinas el fundamento de la dieta en el TEA es suprimirlos, lo que se debe hacer de forma paulatina.
Algunas consideraciones a seguir en el inicio del tratamiento son: Excluir de la dieta los productos lácteos que contengan caseína y aquellos cereales que contengan gluten, como el trigo, avena, que no pueden ser metabolizados, debido a una deficiencia enzimática; incorporar a la alimentación ácidos grasos omega 3, debido a sus propiedades antiinflamatorias; incluir alimentos ricos en vitaminas B6, C y E; e incorporar alimentos ricos en calcio, magnesio, zinc y selenio.
Asimismo, es relevante mencionar que antes de efectuar un cambio de régimen alimenticio se deben tener presentes las siguientes consideraciones: El TEA debe estar diagnosticado por un especialista; que no todas las personas con TEA presentan intolerancia al gluten; y que la alimentación debe estar preescrita por un médico y desarrollada por un nutricionista.
Carolina Hube Cárdenas Docente de Nutrición y Dietética de la U. San Sebastián Sede Valdivia