Día Internacional de la Enfermería
Ayer se conmemoraron los 200 años del nacimiento de Florence Nightingale, pero no es tiempo de festejos. ...este enemigo no conoce de pausas ni concede treguas...
Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Enfermería, instituido en 1965 por el Consejo Internacional de la Enfermería, ICN, por sus siglas en inglés, y en homenaje al nacimiento de Florence Nightingale, una británica nacida en Italia, en 1820, que después de muchas peripecias y arduo trabajo logró dar rango y perspectiva profesional a la tarea de colaborar con la medicina.
Era el bicentenario del natalicio de Nightingale, pero en el mundo entero no hubo espacio para festejos mayores, salvo recuerdos en ceremonias internas y breves.
Como todos deberíamos saber y, sobre todo, respetar, las enfermeras y los enfermeros están en la primera línea en el combate contra la gran pandemia que nos tiene en medio de la incertidumbre sobre el futuro de la humanidad.
Esta vez, las y los profesionales, incluyendo a los nuestros, los de la región de Los Ríos, debieron seguir en el frente de batalla, porque este enemigo no conoce de pausas ni concede treguas. Ya habrá tiempo para que se les ofrezca el reconocimiento ciudadano que merecen, al igual que todas y todos los profesionales, técnicos y auxiliares que se desempeñan en el rubro de la salud y quienes, por el momento, ni siquiera tienen la posibilidad de poner fecha de término a esta guerra tan cruel, porque lo que vaya a pasar en lo sucesivo es un asunto que ni siquiera está al alcance de las más brillantes mentes científicas ni de los más poderosos Estados.
Sin embargo, dentro de ese panorama tan preocupante no se puede perder la ocasión de enviar una palabra de aliento, una muestra virtual de agradecimiento a quienes, como las enfermeras y los enfermeros, están poniendo lo mejor de sus capacidades para que el enemigo logre ser contenido, lo que se traduce en la posibilidad de salvar millones de vidas a lo largo y ancho de este mundo tan atribulado.
Sobre todas esas consideraciones, es el momento de ser justos con estos profesionales, ayudarlos en lo que se pueda y mantener en pie la esperanza de que vienen días mejores para darles el abrazo pendiente.