Micromovilidad y covid-19 Dorapp: emprendimiento social en tiempos de crisis Nuevas formas de colaborar en tiempos de pandemia
José Luis Domínguez Sebastián Villarreal Paulina Andrés y Nicolás Deino
Junto con generar un profundo impacto en la vida diaria de miles de millones de personas en todo el mundo por sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas, la pandemia del covid-19 ha ido transformando diversos aspectos en las ciudades y en las conductas de sus habitantes. El confinamiento, el distanciamiento físico y el uso de mascarillas están marcando nuevas formas de convivencia cuyo fin último es resguardar y cuidar la salud de todos.
Este nuevo escenario ha generado, a su vez, cambios en los hábitos de movilidad de las personas. En el caso del transporte público, hemos observado importantes caídas en la demanda de pasajeros, como también en los flujos vehiculares en las calles.
La micromovilidad, que venía incrementando progresivamente su presencia en las ciudades en el último tiempo, ha cobrado un rol relevante en este nuevo esquema de comportamientos de viaje. Así lo ha entendido la Organización Mundial de la Salud, que ha recomendado caminar o andar en bicicleta y otras formas de micromovilidad para realizar desplazamientos esenciales, porque proporciona distanciamiento físico y permite un mínimo de actividad física.
En nuestro país también estamos trabajando para facilitar las condiciones de circulación de los modos no motorizados. Ya está a disposición de todos los municipios la "Guía de Composición y Diseño Operacional de Ciclovías", una herramienta que agiliza la implementación de ciclovías livianas o tácticas que, junto con ser soluciones de bajo costo, tienen una tramitación ágil y expedita. La alternativa responde a los desafíos que nos presenta la pandemia y también, pensando en el momento en que se produzca el retorno masivo de las personas a sus lugares de trabajo y estudios, permite adaptar los espacios urbanos para facilitar la convivencia de todos los usuarios de las vías.
Por otra parte, acogiendo el planteamiento de organizaciones ciudadanas, hemos solicitado a los ministerios de Salud, Hacienda e Interior, que los talleres de bicicleta sean declarados "servicio esencial", con el fin de facilitar los desplazamientos y resguardar el uso de bicicletas en servicios de reparto y despachos de productos que han sido un importante canal de abastecimiento en este período.
Sin duda, el covid-19 nos impone la tarea de mirar y repensar la manera en que las ciudades irán retomando su actividad y de qué forma las personas volverán a movilizarse. En Beijing, por ejemplo, el uso de bicicletas compartidas casi se ha triplicado, mientras que en otros países que están saliendo del confinamiento, dicho modo se ha duplicado en comparación con los niveles previos a la pandemia. Es esperable que en Chile ello también ocurra, por lo que reforzaremos nuestras campañas de uso seguro de la bicicleta, tanto desde el punto de vista de la sanitización de estos vehículos como de las condiciones de circulación en calzadas y ciclovías, junto con la utilización de casco y elementos reflectantes contemplados en la Ley de Convivencia Vial.
Actualmente, Chile y el mundo viven quizás uno de los momentos más duros de su historia. La crisis desatada por el covid-19 ha afectado a todos los ámbitos de la sociedad y, cuando termine esta pandemia, nos encontraremos con una realidad muy diferente. En este contexto de dificultad, los efectos económicos serán muy fuertes y con ello el aumento de la desigualdad y el desempleo. En ese escenario, se hace más urgente que nunca impulsar proyectos sociales para ir de forma efectiva y rápida en ayuda de quienes más lo necesitan.
Antes de que se desatara la pandemia, en Hogar de Cristo, Fundación Aportes y Accenture, observamos el interés de las personas por ayudar a otros, desarrollando ideas para favorecer la inclusión social que se comunican boca a boca. En este sentido, el Hogar de Cristo a través de su iniciativa Acción Solidaria, cumplió un rol muy importante como integrador y facilitador para avanzar en una herramienta que nos permitiera proveer orientación y apoyo para impulsar iniciativas sociales, sistematizando información de una manera sencilla. Fue así como decidimos diseñar y desarrollar una aplicación de uso simple que permitiera poner en común experiencias, necesidades, contenidos, acciones entre quienes participan del activismo social, a través de las más diversas causas solidarias. De esa forma nació Dorapp.
Dorapp es una aplicación gratuita para celulares cuyo principal objetivo es conformar la comunidad de líderes sociales más grande de Chile y ayudarse entre todos y en todo, desde el inicio de una causa solidaria hasta su funcionamiento y expansión futura. Está dirigida a personas con ideas innovadoras, fundaciones y comunidades que necesitan de un espacio gratuito y amigable para compartir información, hacer preguntas y responder consultas en corto tiempo.
La aplicación cuenta con una interfaz clara y sencilla y pone a disposición de cualquier interesado información útil para poder planificar y organizar un proyecto social con el apoyo de otros que ya han pasado por lo mismo. La aplicación ordena la información de los participantes por áreas de interés y clasifica a los usuarios por causas sociales. La idea es conectar a las personas a través de una red móvil que amplifique el alcance de todas sus iniciativas.
Creemos que en esta nueva realidad que el covid-19 nos ha obligado a vivir, el impulso de iniciativas innovadoras y colaborativas que nos permitan ayudarnos entre todos es fundamental. No tenemos dudas de que Dorapp será una herramienta útil para muchos, que permitirá fomentar el emprendimiento social, reforzar la ayuda a quienes más lo necesitan y ser un soporte en la creación de empleos. Los invitamos a conocerla, descargarla y practicar la solidaridad activa.
Es tan cierto que la colaboración es el mejor camino hacia las soluciones que se ha vuelto un cliché, uno en que, a mi gusto, vale la pena caer todas las veces. De cierta forma, los clichés son conocimiento colectivo, sentido común y sabiduría de generaciones anteriores. El virus que hoy enfrentamos ha resucitado miedos que solo conocieron nuestros antepasados y parece, entonces, ser el momento de invocar lo sabido, si queremos emprender acciones con diligencia y asertividad.
Nos dedicamos desde el principio de la emergencia a diseñar protocolos para contener los contagios en residencias de ancianos y personas con discapacidad o albergues para personas en situación de calle. Sin embargo, en algunos casos, no ha sido suficiente. Cuando esto pasa se toman los exámenes, se aísla o traslada a los enfermos y el personal de cuidado inicia una cuarentena preventiva por 14 días.
Pero cuando los equipos están en cuarentena, ¿quién asume el cuidado de esas personas que requieren atención constante? Responder esta pregunta fue uno de los primeros desafíos que nos propusimos en el grupo de trabajo formado por diferentes servicios del Estado y la sociedad civil para dar soluciones prácticas y rápidas a las dificultades comunes en las distintas residencias.
La experiencia de colaboración dio frutos casi de inmediato. En apenas dos semanas, se materializó el portal EsMiTurno.cl a partir de una alianza entre el mundo público, empresas de reclutamiento y varias fundaciones. Todos, de manera voluntaria y con enorme compromiso, se abocaron a agilizar la contratación remunerada de reemplazos para los dispositivos de cuidado de personas vulnerables.
La plataforma fue creada por Trabajando.com; la Fundación Emplea y Fundación de las Familias, asisten a quien lo necesite en la creación de un currículo y la postulación; la Bolsa Nacional de Empleo del Ministerio del Trabajo difunde las ofertas laborales en sus plataformas y en los municipios; las consultoras Seminarium, Pegas con Sentido y Trabajando.com realizan un proceso de preselección y entrevistas con el apoyo de voluntarios de las fundaciones Más, Transcender y Simón de Cirene. Para las comunicaciones se usan minutos telefónicos donados por Wom y la campaña de difusión fue creada por McCann. Todo esto coordinado la Comunidad de Organizaciones Solidarias y el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
En medio de la pandemia y ante situaciones límite, iniciativas de genuina colaboración como esta permiten resignificar viejas fórmulas con soluciones innovadoras. La respuesta de la ciudadanía ha sido igualmente positiva con más de 10 mil postulaciones de personas dispuestas a continuar la posta y asumir que es su turno de cuidar de los más vulnerables en hogares y residencias. A todos ellos damos las gracias y esperamos que, a medida que la situación de contagios recrudece y la necesidad aumenta, su compromiso inspire a otros a caer también en el cliché.