Salud mental en plena pandemia
La crisis sanitaria y la incertidumbre económica están dejando fuertes secuelas sicológicas en la población de Valdivia y del resto de las comunas de la región. Crecientemente, la angustia, el estrés y la depresión están empezando a manifestarse en una población asediada por el temor.
No ha sido fácil para nadie sortear esta etapa de pandemia en Valdivia y la Región de Los Ríos y los elementos que se confabulan para que eso sea percibido así, son varios y cruzan la realidad de trabajadores, estudiantes, empresarios, funcionarios públicos y ni hablar de quienes cumplen funciones en los servicios de atención primaria de salud. Por lo mismo y a propósito de la ola de comentarios que ha habido en estos días por la entrada en vigencia del desconfinamiento parcial de la zona, tal vez más que la forma en que se dé el retorno progresivo, lo que debiera ser prioritario es preocuparnos del deterioro en la salud mental de las personas. Numerosos son los expertos que han coincidido en que ya se está comenzando a evidenciar un incremento en los episodios de angustia, estrés y depresión en las personas, producto del largo confinamiento al que se ha sometido a la población y a la incertidumbre en términos sanitarios y económicos.
La tensión sicológica a la que ha estado expuesta la ciudadanía, desde que se decretara el Estado de Catástrofe a mediados de marzo, junto con las consecuencias del estallido social de octubre de 2019, está dejando profundas huellas en la estabilidad emocional. Quienes ya padecían previamente de problemas de salud mental, han tenido que sortear un nuevo escenario que incrementa sus inseguridades, mientras que aquéllos que podían haber estado al borde, se han visto inmersos en un entorno diferente al conocido, con la salud física en vilo, las costumbres modificadas y la asfixiante duda respecto del futuro económico de su grupo familiar.
Aunque el Gobierno ya lanzó un programa en esa línea ("SaludableMente"), con el cual se busca aumentar la oferta pública de atención de salud mental, es evidente que se necesitará de mucho más en los meses venideros para aliviar a tantas personas que, con el paso de los días, aumentarán su sensación de inseguridad por todo lo que se está llevando consigo la pandemia. Los municipios se encontrarán en la primera línea de respuesta ante esta demanda, tanto por estar a cargo de la salud primaria, como por ser la puerta de entrada de la ciudadanía en sus requerimientos al Estado. De ellos también se debiera esperar una preocupación creciente.