Músicos relatan sus días en Alemania en medio de la pandemia por covid-19
FAMILIA. Javier Reyes y Manuela Rocha; y sus hijos hijos Baltazar y Luna están en Stuttgart. Son violistas y viajaron a perfeccionarse con miras a volver a Valdivia en el segundo semestre de 2021.
El sábado 12 y el domingo 13 de octubre del año pasado hubo una venta especial en calle Guacolda N° 654. Ese fin de semana, Javier Reyes y Manuela Rocha decidieron comercializar y regalar muebles, ropa, juguetes y artículos de cocina y baño.
La ocasión fue para reunir fondos y para despedirse de amigos y cercanos, antes de partir a Alemania. Ambos son violistas y padres de Baltazar (6) y Luna (2). Él es miembro de la Orquesta de Cámara de Valdivia y ella ha integrado la Filarmónica de Los Ríos en diversas temporadas, como viola principal. También ha colaborado con la OCV y fue profesora de violín y viola en CasaMúsica y la Fundación Cifan.
Actualmente son estudiantes de magíster en la Hochschule für Musik und Darstellende Kunst Stuttgart y han debido sortear las complicaciones de una pandemia que los sorprendió una vez que llegaron a Europa. Antes de la suspensión toral de actividades presenciales a mediados de marzo, estuvieron en múltiples proyectos como óperas, conciertos de cámara y producciones con coros. Incluso Javier alcanzó a tocar con la Philharmonie Baden-Baden y Stuttgarter Kammerorchester.
Tras el encierro obligado, volvieron a la agenda pública en julio. A través de la organización Stiftmusik Stuttgart, visitaron hogares de ancianos y realizaron conciertos con obras de compositores como por ejemplo Jean-Marie Leclair y Wilhelm Friedemann Bach.
"Ha sido una muy buena experiencia. Algo que comenzó como algo chico y acotado fue creciendo y tanto el personal como los residentes nos han recibido con mucho agradecimiento", dice Manuela. Y Javier, agrega: "Ha sucedido que mientras tocamos, el público corea o aplaude al ritmo de la música. Salta a la vista que les alegra el día. Nos han dicho en los hogares, que siempre esperan los conciertos con mucha expectación".
Paso a paso
La pareja de músicos explica que al menos en Stuttgart nunca colapsó el sistema de salud por culpa del coronavirus. Sin embargo, en la vuelta a la normalidad hay preocupación por los rebrotes.
"En Alemania hubo diferencias en las medidas, dependiendo de la región. En Stuttgart nunca hubo cuarentena, pero sí un cierre de todas las actividades por casi dos meses. Entonces en la práctica no había donde ir, más que a los parques, aunque no se recomendaba. Los juegos de niños estaban igualmente cerrados en estos parques. Y a partir de entonces se ha vivido una reapertura gradual de los trabajos, escuelas y comercios. Actualmente hay que mantener una distancia mínima entre personas de 1,5 metros en espacios públicos y comercios, además del uso de mascarilla y lavado de manos en lugares cerrados. Se hace un seguimiento exhaustivo de las personas que ingresan a un edificio, en caso de contagio. Se deben llenar formularios con datos personales y tiempo de estadía al entrar, por ejemplo a bibliotecas, escuelas y restaurantes. Se incentiva y en algunos casos se obliga a hacer compras on line o pagos con tarjeta sin contacto, para minimizar contagios. En cuanto a la actividad musical, sí es preocupante no tener compromisos por tanto tiempo, ni la certeza de saber cuándo volverán. Ya hemos sido invitados a algunas actividades, pero deben confirmarse a su debido tiempo, dependiendo de la situación general de la pandemia", explican.
Todos juntos
Cuando el virus obligó a que las personas se mantuvieran en sus casas, la familia optó por administrar de la mejor forma posible el tiempo disponible. "Durante el mayor encierro, dividimos el día en dos: uno de nosotros estudia viola por la mañana, mientras el otro hace panoramas con los niños y cambiamos los roles por la tarde. Y los fines de semana siempre inventamos alguna actividad, todos juntos. Los niños tenían un horario para sus actividades, como dibujar, jugar, cantar, cocinar, etc. y aprovechamos de regalonear muchísimo con ellos", indica Javier.
"De alguna manera pude sacar provecho de este tiempo para profundizar en mi estudio de la viola. Creo que como las medidas de salud se tomaron a tiempo y de manera organizada se evitó mucho estrés en la población", dice Manuela.
Los músicos tienen planes de volver a Valdivia durante la segunda mitad del próximo año. Hasta esa fecha seguirán sumándose a actividades en vivo, en la medida de lo posible.
"Necesitamos música, teatro, películas, libros, etc. Es lo que nos hace humanos. Las personas se conectan a través de la música con emociones, es por esto que recibir música en vivo es algo significativo. Y que esta música te llegue desde los jardines a tu balcón es un gran regalo y es maravilloso que existan las ganas y voluntad de organizar estos espacios para mejorar la calidad de vida de las personas, incluso en medio de una pandemia sin precedentes. La música no se ha detenido", agregan.
"Durante el tiempo que hemos vivido aquí, hemos sido testigos de la importancia que tiene la cultura. Es parte de la identidad".
Javier Reyes, Violista
"Creo que la cuarentena ha demostrado lo importante que son las artes para el ser humano. Necesitamos música, teatro, películas, libros, etc."
Manuela Rocha, Violista
Ayuda de las instituciones
La pandemia dejó sin la posibilidad de trabajar a los artistas. Sin embargo, en Alemania hay fundaciones que han ofrecido ayuda económica a miebros de la comunidad creativa. Incluso la Hochschule für Musik und Darstellende Kunst Stuttgart ha otorgado financiamiento a quienes están en mala situación económica por la falta de conciertos.