Imposible relajarse en estos momentos
El distanciamiento físico, el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos siguen siendo las principales medidas que ayudan a evitar los contagios de covid-19. Cuesta entender cómo muchas personas ya ni siquiera observan las medidas básicas de control y al parecer han vuelto a sus actividades normales.
Desde que comenzó la pandemia, a comienzos de marzo, se ha hablado hasta el cansancio que las principales medidas para evitar el contagio del temido virus Sars-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19, es el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas y el guardar una distancia de al menos un metro y medio con otras personas. Ello porque acciones de este tipo minimizan los riesgos de que una persona infectada pueda contagiar a una sana.
Sin embargo, preocupa de sobremanera que tanto en Valdivia como en algunas comunas de Los Ríos hayamos sido testigos en los últimos fines de semana de largas filas para acceder a una tienda o supermercado para hacer compras o buscar bolsas de pellet. Lo mismo hemos podido observar de lunes a viernes con gran cantidad de personas en el sector centro, muchos de los cuales esperan para ingresar a algún banco o para pagar una cuenta o hacer consultas en alguna oficina de las compañías de telecomunicaciones.
Este comportamiento ha hecho que tanto desde la Municipalidad de Valdivia como desde la Seremi de Salud se hayan levantado voces llamando a la conciencia de la ciudadanía, al autocuidado y a la prevención, para evitar cualquier comportamiento que haga peligrar la actual condición de privilegio que ostenta Los Ríos frente a las regiones vecinas, y que la transforman en una de las dos zonas del país que llevan más adelantado el retorno seguro dentro del plan Paso a Paso.
Y si bien se entiende que en ciudades como las nuestras en un comienzo haya costado asimilar algunas determinaciones como la obligación del uso de las mascarillas en los espacios públicos y el distanciamiento social, a esta altura cuesta comprender cómo algunas de estas exigencias ni siquiera son consideradas y al parecer ha habido tal relajo que muchos ya han recomenzado a hacer su vida en una completa nueva normalidad.
El problema es que de no subsanarse estos inconvenientes y si no volvemos a adoptar medidas para evitar que se propague el virus, de poco servirán después los índices alentadores y bajas tasas de contagio.
Por todo ello, es necesario insistir en que la pandemia sigue activa y es deber de todos colaborar para mantenerse sanos y evitar el aumento de los infectados.