La Superintendencia de Educación ha señalado que el 18,4% de las denuncias por maltrato físico y psicológico recibidas en el primer semestre del año, correspondieron a ciberacoso escolar, esto es, molestar en forma persistente a compañeros en clases online, u hostigarlos en redes sociales.

Debido a la pandemia de covid-19, los establecimientos educacionales han realizado sus actividades académicas a distancia, a través de teleclases y, por lo mismo, el acoso presencial entre estudiantes se ha trasladado mayormente a las redes sociales, con la diferencia que antes se veía la cara al agresor, pero ahora se esconde tras un apodo, es más masivo, tiene más herramientas y a veces un curso entero se hace parte del acoso por las redes.

En esa línea, el delito de ciberbullying o ciberacoso muestra un alza persistente en los últimos años, ya que da cuenta de los conflictos de relaciones entre los estudiantes, que al no ser resueltos por el colegio, se trasladan a los espacios virtuales. Una encuesta de tipo nacional realizada el año pasado por la Universidad de los Andes, arrojó que un 24% ha visto cómo otros han sufrido bullying en la forma de mensajes crueles e hirientes o fotografías ofensivas por medio de internet o redes sociales. Además, un 8% declaró haber vivido una o dos veces algún episodio de este tipo por medio de la web.

El hecho de que las denuncias por maltrato se concentren especialmente en los cursos de quinto a octavo básico, habla del uso de las tecnologías desde muy temprana edad, por lo que hay que considerar que el empleo responsable de ellas involucra no solo al colegio, sino también a las familias. Por este motivo, en algunos establecimientos educacionales se dictaron el año pasado charlas a los menores para advertir acerca de estos problemas y cómo enfrentarlos para no ser una víctima de ellos.

Ante esta realidad y la crueldad con que actúan algunos menores en contra de compañeros, es necesario guiar a los escolares en el buen uso de las tecnologías. Si bien casi todas las familias tienen acceso a estos adelantos, es necesario instruirlas sobre sus beneficios cuando son bien utilizados y también los perjuicios que provoca su mal uso.

Los permanentes cambios en el mundo de la tecnología y la obsolescencia del conocimiento son constantes en la actualidad que desafían a la educación superior a mantenerse al día a partir del dinamismo de su contexto. Es por ello que en el marco de la educación Técnico-Profesional estamos enfrentando estos nuevos tiempos sobre la base de la formación con excelencia y compromiso a personas íntegras que están transformando el mundo, a partir de un modelo educativo basado en trayectorias formativo laborales con foco en el aprendizaje integrado al sector productivo, la innovación y el emprendimiento, la empleabilidad y el desarrollo de las regiones, en este caso, en Los Ríos. Esto incluye una oferta académica enfocada en la Educación Técnico Profesional pertinentes con el sector productivo, impartidas a través de modalidades que se ajustan a la realidad de nuestros estudiantes.

Todo esto, manteniendo el sello institucional que hemos desarrollado por más de 50 años en Los Ríos, formando a técnicos y profesionales para el mundo del trabajo en torno al enfoque pedagógico del Aprender Haciendo.

Si bien es cierto que existen grandes desafíos en la actualidad, en el mundo de la educación Técnico- Profesional se ha avanzado muchísimo y hay bases sólidas para seguir en la senda del desarrollo de nuestra región y el país en un contexto muy cambiante, donde se exige mayor capacidad de emprendimiento e innovación, con mayor tecnología, más preocupación por los temas ambientales y donde el perfil de nuestros jóvenes sigue cambiando a medida que pasa el tiempo.

La crisis sanitaria causada por la pandemia del Covid-19 exigió a todo el mundo implementar cambios casi inmediatos. Ahora el desafío, junto con la salud y seguridad de todos, es la reactivación económica, que se debe impulsar en forma decidida y con visión de futuro a partir de las condiciones actuales, las cuales están llenas de desafíos, pero también de oportunidades.

Como INACAP impulsamos la Educación Técnico-Profesional pensando en formar a jóvenes que transformen el mundo, el mundo que los rodea y en el cual se desarrollan como personas, contribuyendo a su desarrollo a partir de sus respectivas realidad y características del territorio donde se desenvuelven.