En la etapa de adultez mayor aparecen múltiples enfermedades, asociadas a problemas de los huesos, la piel, enfermedades como diabetes, presión alta, problemas de colesterol, pero eso no significa no disfrutar de la vida.

En esta etapa, donde coincide la menopausia en la mujer y la etapa de jubilación en el hombre, la relación de pareja puede pasar por períodos muy frágiles, por el hecho que está muy incorporado en la sociedad que cuando se es viejo ya no hay relación de pareja desde el punto de vista íntimo y eso no es verdad. La intimidad cambia, es más calmada, más tranquila, hay tiempo para los besos, los abrazos, las palabras bonitas, los paseos por el centro, con un heladito en la mano, reírse de tonteras y disfrutar una buena película.

El aprender a redescubrir el amor es fundamental en esta etapa y disfrutar plenamente de la relación de pareja. Si existe alguna dificultad en relación a este tema, es muy importante que como pareja consulten a la matrona. Ella podrá orientarlos y acompañarlos en este proceso, además de pesquisar enfermedades que pueden afectar la vida diaria como las enfermedades crónicas, los trastornos de sueño e incluso la depresión en el adulto mayor.

Es fundamental entonces hacerse un examen de medicina preventiva del adulto mayor, el cual se realiza en todos los Cesfam después de los 65 años, para pesquisar enfermedades y evaluar otros aspectos de la vida diaria, como son la memoria y la capacidad funcional.

Es frecuente ver a adultos mayores viviendo solos, que no cuentan con la red de apoyo necesaria para mantenerse saludables. Es por esto que el apoyo familiar constante, las visitas y los llamados telefónicos nos pueden servir para tener un contacto fluido con ellos y darnos cuenta por ejemplo, de cuando están deprimidos.

La comunidad también es fundamental, ya que los vecinos, los amigos, los grupos de adultos mayores pueden ayudar a mantenerlos activos y contentos, acompañarlos en este proceso y disfrutar al máximo los años dorados.

Evelyn

Hernández

Una gran familia Don Marcos Inzunza Riquelme nació en Afquintué, comuna de Loncoche, el 27 de septiembre de 1920 y fue hijo de Wenceslao Inzunza y Clementina Riquelme. En 1942, a los 22 años de edad, contrajo matrimonio en Valdivia con María Luisa Vera, quien en esa época tenía 16 años de edad. Casados durante 59 años, hasta que ella falleció en el año 2001, fueron padres de siete hijos: Marcos, Luisa, Sonia, Hernán (fallecido a los 39 años), Sergio, Jaime y Jorge. De ellos, dos fueron funcionarios de Ferrocarriles, cuatro se dedicaron a la docencia y el menor forma parte de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción, como ejecutante en violín.