El año pasado, en agosto, el Ministerio de Educación dio a conocer un estudio en el cual más del 70% de los padres y profesores encuestados se mostraba de acuerdo con prohibir el uso de celulares entre escolares. Incluso hubo una polémica y hasta anuncios de proyecto de Ley. Como las cosas cambiaron tanto con la pandemia, esa idea quedó lejos -muy lejos- de la realidad nacional y de Los Ríos. Ahora sabemos que, si no hubiese sido por internet y las habilidades de los nativos digitales con sus teléfonos y computadores, miles de niños se habrían quedado sin clases este año.

También sabemos que los adultos de entonces, debieron aprender a usar lo que tanto criticaban.

Datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones y del Instituto Nacional de Estadísticas evidencian que en 2020 el 86% de los niños entre 10 y 13 años tiene celular propio y que los usuarios de internet llegan a 15 millones de personas (social-media chile).

Pero junto con subir la demanda, el covid-19 evidenció otros problemas: desigualdad de la cobertura digital; pocos computadores entre niños y niñas más pobres; inseguridad de los datos personales en el ciberespacio.

Para enfrentar los dos primeros debieron organizarse desde el gobierno a las empresas. Regalaron o entregaron equipos en concesión; multiplicaron redes y organizaron plataformas de estudio. Hace pocos días, de hecho, los seremis locales de Educación y Transportes anunciaron el plan Educación 2030, para "iluminar" 400 escuelas de la región, incrementando velocidades promedio de conexión.

Para la tercera dificultad mencionada, en cambio; el panorama es más complejo. Si bien existen normas legales para proteger los antecedentes privados, la mayoría de las personas no tiene conciencia respecto del tema. Según el "Barómetro del Bienestar Digital" dado a conocer por Movistar Chile y la Fundación Nativo Digital, 4 de cada 5 menores de 18 años cree sus datos se encuentran resguardados; un 61% no reconoce las noticias falsas o fake news y cree que "lo que está en Internet es verdad" y un 74% acepta "cuentas de desconocidos en redes sociales".

Así vista la realidad, claramente, la preocupación ya no debe focalizarse en prohibir; si no en proteger. Hay un obligado cambio de foco.

En agosto se celebró el Día de la Educación Técnico Profesional, con una serie de anuncios, lo que sin duda es positivo. No obstante, aún existen materias pendientes, siendo una de ellas la incorporación de los Técnico en Enfermería de Nivel Superior (Tens) en el Código Santiario, el cual regula todas las cuestiones relacionadas con el fomento, protección y recuperación de la salud en Chile.

Pero para entender esta situación debemos hacer un poco de historia: a mediados del siglo pasado se comenzó a dictar la carrera de Auxiliar en Enfermería. Para ello se requería un curso de 850 horas, luego se aumentó a mil doscientas, llegando a 1600 horas.

En 1991 todo esto cambia, debido a que el Ministerio de Salud aumenta la carga académica y las horas de estudio, entendiendo que era necesaria una mayor especialización de estos técnicos, exigiéndoles desde esa época 2500 horas, en cinco en semestres. Además la carrera debe ser impartida por instituciones de educación superior. Sin embargo, toda esta exigencia académica, no ha sido acompañada por el reconocimiento respectivo en el Código Sanitario, lo cual redunda por un lado en que a este técnico se le contrata como auxiliar en enfermería o técnico paramédico, sin reconocer su título.

Frente a esta realidad, en 2018 el Ministerio de Salud firmó un acuerdo con dos organizaciones representantes de estos técnicos, por medio de la cual se reconoce la existencia este problema y se compromete a trabajar en ello. Por otra parte, existe además una problemática con la definición de roles que debe cumplir el Tens en el equipo de salud. Ambos temas son demandas más visibilizadas en las últimas semanas.

También es necesario indicar que en 2020 la matrícula de primer año en Técnico en Enfermería de Nivel Superior, según cifras extraídas del sitio www.mifuturo.cl, perteneciente al Ministerio de Educación, superó a los 15 mil alumnos, de los cuales 6381 lo hace en un Centro de Formación Técnica, y 8905 en un Instituto Profesional, lo que da cuenta de la relevancia que tiene este tipo de formación para miles de jóvenes y sus familias.

Esperamos entonces, que a mediano plazo, la solicitud de los Técnico en Enfermería de Nivel Superior sea atendida, entendiendo su importancia en los equipos de salud, y el rol relevante que cumplen en nuestra sociedad, más aún durante esta pandemia.

Laura Bertolotto N.

Rectora Santo Tomás Valdivia