ficción contenida en un largometraje de 65 minutos.

Salomón Pérez reconoce que en el filme hay también ciertos elementos de su propia adolescencia. Aunque no necesariamente aquellos que tienen que ver con cómo el protagonista se relaciona con sus padres.

Mundo infantil

En "Mamá, mamá, mamá", Sol Berruezo Pichon-Rivière, cuenta cómo la pequeña Cleo debe enfrentar la ausencia de su hermana que murió ahogada en la piscina de su casa; y de cómo sus tres primas se vuelven guías en un viaje por su mundo femenino.

"El trabajo con niñas fue muy interesante, en el sentido de saber hasta qué punto están actuando o simplemente se están interpretando a ellas mismas. Hay algo puro, cercano y transparente en los niños, que hace que la película, siendo de ficción, roce un poco con el documental", dice. Y agrega: "El proceso de casting fue muy mágico. Se nos dio como algo instantáneo, los niños no tienen máscaras. Cada cual construyó el personaje con elementos personales, siempre sabiendo que estábamos trabajando en algo que era ficción".

Para la cineasta, una de las claves del filme es que hay una tragedia que no es verbalizada, lo que sirve para entender la forma en que muchas veces se dificulta la comunicación de ciertos temas a la infancia. "La idea de la película es poder entrar en el mundo de las niñas, con la menor intervención posible de los adultos, para ver cómo se van dando las respuestas entre las menores".

Hoy es el último día para ver filmes de la competencia Largometraje Juvenil Internacional. Las opciones son "Punta sacra" (16 horas); y "Mamá, mamá, mamá" (18:30 horas).

Entre el sábado y el lunes fueron las transmisiones de "La noche de enfrente", un late pensado como alternativa digital a los encuentros presenciales que este año no se han podido realizar entre asistentes al Festival Internacional de Cine de Valdivia. Para el espacio de conversación y entrevistas se habilitó un set especial en el Teatro Cervantes.

Raúl Camargo, director del FICValdivia, fue el conductor del programa que tuvo invitados en el recinto como por ejemplo Marisol Cumsille (que habló de la actual situación de La Última Frontera) e Ignacio Díaz (integrante de Butaca Los Ríos). Asimismo, a distancia asistieron los actores Mario Horton y Mariana Loyola; y la programadora del festival Isabel Orellana; entre otros.

Al igual que con CineMás, hubo lugar en el programa para la presentación de artistas de la Región de Los Ríos. De esta forma, se generó un registro audiovisual inédito en el que por primera vez comparten pantalla diversos integrantes de la comunidad creativa local. Todos los contenidos están disponibles en la página de Facebook del festival.

Los festivales de cine son rincones del planeta que mantienen vivas las prácticas sociales. El Festival Internacional de Cine de Valdivia es el rincón austral. La ciudad se moviliza, los amigos se encuentran, las conversaciones se extienden, los santiaguinos viajan al sur, los cineastas del mundo se reencuentran.

Esta práctica social, es sin duda una de las mayores preocupaciones del Festival y este año de pandemia, uno de sus desafíos. No solo desde la oferta programática sino también desde los espacios de construcción del cine del futuro. Encuentros Australes, el espacio de industria del festival este año ha convocado a diversos cineastas del país y el mundo, a revisar lo que se está preparando para los próximos años.

¿Nuestro desafío? Saber construir estos espacios de encuentros desde la distancia, conservando la calidez de lo presencial.

Para esto, el Festival ha hecho una gran apuesta, que conlleva un enorme esfuerzo: poner a disposición de los públicos una plataforma de acompañamiento durante diez días, que comienza temprano en la mañana con conversaciones en vivo, continúa con una diversidad de películas disponibles para ser disfrutadas, junto a la convivencia de otras disciplinas artísticas como la música y en paralelo la utilización de medios tecnológicos que permiten conversar desde Portugal a Valdivia en torno al montaje, las motivaciones creativas, la difusión del cine, la política y la cultura.

Asistir al festival este año es una manera distinta de ejercer esta práctica social. Hemos dejado de lado las colas para entrar a la sala, por colas virtuales para entrar al visionado.

Tehani

Staiger