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Investigadores locales quieren producir vacunas desde el sur de Chile

Proponen instalar una microfábrica para elaborar vacunas estacionales que pueda adaptarse ante pandemias, pero necesitan recursos. Además trabajan en crear un "Laboratorio de cultivos celulares para vacunas y biosensores", el que estará en el Centro 14K de la Uach.
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Chile produjo sueros para combatir infecciones bacterianas y vacunas en forma ininterrumpida desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XXI. Se llegaron a hacer 29 tipos diferentes de vacunas e incluso dos de ellas fueron creadas por científicos nacionales. Sin embargo, en 2002, fue cerrado el Departamento de Producción de Vacunas, que dependía del Instituto de Salud Pública (ISP). ¿Las razones? Se necesitaba hacer una alta inversión para modernizar las instalaciones y también para implementar nuevas tecnologías de producción. Además, los registros sanitarios de las vacunas caducaron en 2005 y no fueron renovados. Así, terminó toda una historia de producción local.

Ahora, debido a la crisis sanitaria mundial que ha generado el nuevo coronavirus, han surgido diferentes iniciativas que buscan recuperar la capacidad del país para producir sus propias vacunas destinadas a humanos. Y uno de esos proyectos nació desde el sur de Chile, desde investigadores locales, quienes cuentan con el respaldo de la Universidad Austral de Chile y de la Universidad de Los Lagos, además del apoyo del Instituto Max Planck de Alemania y de políticos, como el Consejo Regional de Los Lagos. Lo que se está buscando en estos momentos es apoyo para el financiamiento por parte de privados.

La idea surgió del ingeniero civil electrónico y académico de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral de Chile Carlos Fuhrhop, y del ingeniero civil químico Felipe Tapia, quien es líder de grupo en el Instituto Max Planck (MPI) y cofundador de ContiVir, una startup del MPI dedicada a la producción continua de vacunas. Se conocieron en Alemania, pero son del sur del país, Fuhrhop es de Valdivia y Tapia de Puerto Montt.

Carlos Fuhrhop relató que "en medio de una pandemia global se hace urgente que el Estado chileno se plantee necesariamente recuperar cierta capacidad productora de vacunas humanas, aunque ésta sea mínima". Y ambos investigadores aseguran que "hoy Chile importa el 100 por ciento de las vacunas incluidas en el Programa Nacional de Inmunizaciones. Si bien este modelo funciona relativamente bien para vacunas estacionales, la pandemia de Covid-19 puso de manifiesto que producir vacunas humanas de forma local es estratégico para la seguridad y salud de la población".

En esa área, quieren hacer un aporte y para ello comenzaron a trabajar hace cinco meses. Lo que proponen es generar una minifábrica. Indican que una planta manufacturera grande significa un alto costo de inversión, sin embargo, en Chile es posible apuntar a una planta productora que sea pequeña, flexible y capaz de producir entre 100 mil y 500 mil dosis al año, con posibilidades de expansión. En ella se podría elaborar un volumen mínimo de vacunas estacionales tipo influenza y vacunas veterinarias, pero sería adaptable en caso de pandemias para, rápidamente, elaborar las que se necesite para combatirlas.

Estiman que el costo de instalación sería de 4 millones de dólares, mientras que el de mantenimiento de aproximadamente un millón de dólares anuales.

Y quieren que esté en el sur, ya que esta apuesta también apunta a la descentralización. "Creemos que hay mucha gente capaz de llevar a cabo este

"Creemos que hay mucha gente capaz de llevar a cabo este proyecto en regiones, tanto en Los Ríos como en Los Lagos".

Carlos Fuhrhop, Investigador Uach

"Todo lo que tiene que ver con la investigación aplicada tiene cabida en el 14K y de una u otra forma todo conversa".

Richard Luco, Decano Facultad de Ingeniería