Conciencia frente a fiestas clandestinas
Más de 4 mil personas han sido detenidas en el país por participar en reuniones que desafían la normas sanitarias. En Los Ríos, sólo durante la reciente semana han sido aprehendidas 32 personas en Valdivia, Río Bueno y Panguipulli. La mayoría tenía menos de 40 años.
Las cifras de la pandemia preocupan, sube la cantidad de fallecidos y contagiados; las camas críticas estás ocupadas a su máxima capacidad y las cuarentenas dañan con fuerza demoledora a las personas y su economía. Sin embargo, nada de eso parece detener a quienes incumplen reglas sanitarias y realizan reuniones clandestinas donde no hay distancia social, no se usa mascarillas, se comparten implementos y, probablemente, hay escasa ocasión para lavado de manos frecuente.
Lamentablemente, sobran ejemplos. Fiestas de matrimonio, eventos con música en vivo, familias en cumpleaños, amigos en conmemoraciones diversas, gente famosa sorprendida con invitados en sus casas; se han convertido en noticia reciente y constante.
Cifras de Carabineros señalan que durante el Estado de Catástrofe ya van más de 4 mil detenidos en todo el país en este tipo de eventos. Y la situación se ve peor cuando los involucrados son encargados de prevención, que conocen riesgos y el daño que pueden causar. Es el caso reciente de los 14 militares sorprendidos en Angol y que fueron dados de baja; como también el de los 29 funcionarios de un laboratorio de Santiago donde se realizan PCR, que conmemoraban el viernes un año de funcionamiento del recinto.
En Los Ríos, sólo durante la reciente semana han sido aprehendidas 32 personas en Valdivia, Río Bueno y Panguipulli. La mayoría de ellas eran menores de 40 años de edad, estaban consumiendo bebidas alcohólicas y generando ruidos molestos o aglomeraciones (como pasó en un campeonato de rayuela).
Todos los involucrados, dependiendo de las comunas en que estaban transgredieron el artículo 318 sobre normas sanitarias y deberán enfrentar sanciones legales. Sin embargo, a la vista de los demás ciudadanos, ellas pueden parecer insuficientes. Por lo mismo, está en estudio una propuesta que considera la participación en estas actividades como agravante.
Probablemente un endurecimiento resulte positivo, como también la multiplicación de las fiscalizaciones. Sin embargo la única herramienta que de verdad puede funcionar es la conciencia comunitaria y desterrar ese erróneo pensamiento del "a mí no me va a pasar", que precede a las conductas temerarias.