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La Mesa

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del Señor

En el evangelio de este domingo (Jn 15,1-8) Jesús dice: "Yo soy la verdadera Vid y mi Padre es el Viñador". Nosotros somos los sarmientos de esta vid que es el mismo Cristo, al cual estamos invitados a estar siempre unidos, para poder dar frutos en abundancia.

El evangelio de hoy repite insistentemente en que debemos permanecer en el Señor. Esta invitación a permanecer en Él es una llamada a la oración, pero no solamente a rezos y fórmulas, sino que todo sea una oración que nos una al Señor, que nos haga entrar en relación íntima con Él.

Por medio de la escucha y meditación de su Palabra entramos en esta relación más radical con el Señor. Por la palabra de Jesús, los discípulos quedaron limpios -dice el evangelio-. Y a través de esa misma Palabra podremos obtener del Señor sus gracias, ya que dice el texto: "Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán".

Permanecer en el Señor y guardar su Palabra hará que produzcamos muchos frutos en nuestra vida. Unidos a Él nuestra vida se hace más llevadera y llena de esperanza, tan necesaria en los tiempos de incertidumbre que vivimos.

Nuestra relación con el Señor no es pasajera, ni superficial, sino que debe ser profunda y estable: permanece en el tiempo, porque el Amor de Dios es para siempre y Él cumple sus promesas. Seguir al Señor significa precisamente esto: permanecer y estar con Él.

El año que ha pasado nos ha obligado a ser creativos en las formas para sentirnos unidos con Dios y con nuestra comunidad creyente, pero "paso a paso" y en la medida que mantengamos las precauciones y el auto-cuidado frente a la pandemia, también podremos celebrar los sacramentos, en especial aquel que nos ayuda para permanecer en el Señor: La Eucaristía, la Santa Misa.

Uldaricio Figueroa Valdivia: Un luchador por sus ideales

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Un año se cumplió ayer -1 de mayo- del deceso del dirigente político y ex funcionario de Ferrocarriles, Uldaricio Figueroa Valdivia. Nació en Santiago el 24 de julio de 1934 y fue hijo de Manuel Figueroa Bahamondes e Inés Valdivia Valdivia. En la capital cumplió con su educación primaria y de humanidades, para luego ingresar a la Escuela de Artes y Oficios, donde se tituló de radiotelegrafista. Comenzó su vida laboral en una fábrica textil y luego ingresó como radio operador a Ferrocarriles. Fue destinado a Iquique y más tarde trasladado a Valdivia, en 1955. Ingresó al Partido Socialista, fue futbolista amateur del club Almirante Latorre, trabajó activamente durante el terremoto de 1960 y en sus horas libres ingresó al diario El Correo de Valdivia, hasta el inicio de la campaña presidencial de Salvador Allende. Como dirigente político, fue secretario del Partido Socialista Regional Valdivia entre 1970-1973 y desde 1971 miembro del comité central del partido. Después del 11 de septiembre de 1973 fue perseguido por la dictadura militar, encarcelado en el penal de Isla Teja y condenado a muerte. Su pena fue cambiada por el exilio y partió hacia la RDA. Regresó a Chile y en 1991 fue candidato a diputado . Su hija Ada Figueroa lo recordaba el año pasado, un par de días después de su deceso: "Nuestros viajes en tren a Santiago, viajábamos de noche en coche salón o coche cama, yo siempre al lado de la ventana. Me encantaba en cada parada que hacía el tren pegar mi nariz al vidrio para no perderme nada de lo que ocurría en cada estación, comenzando por Antilhue. Fue en esos viajes que me enamoré de nuestra faja de tierra, de la cordillera, del mar. Después recuerdo el 20 de octubre de 1973. Era mi cumpleaños y mi padre era buscado hasta bajo las piedras por las autoridades golpistas y aún así antes de presentarse posteriormente, se arriesgó y llegó a donde me encontraba, para saludarme y abrazarme por mi cumpleaños. Otros recuerdos son el cariño hacia sus nietos. Por la distancia nos faltó el tiempo, conoció a su bisnieto solo por fotos; pero lo que compartió con mis hijos es de una intensidad enorme. Mi hijo menor estudia Ciencias Políticas e Historia en la Universidad de Jena y su gran referente es su "Tata", como le llamaban cariñosamente".

1 de mayo de 2020 emprendió el viaje sin retorno Uldaricio Figueroa Valdivia. Nació en Santiago, pero en 1955 llegó a Valdivia, que se transformó en su ciudad adoptiva.

Waldo Edwin Jara Barría: A un año de su partida

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El 28 de abril de 2020 se marchó de este mundo Waldo Edwin Jara Barría, a los 73 años de edad. Nació el 12 de octubre de 1936 en Valdivia , fue hijo de Waldo Jara Salazar y Juana Barría Bustos y hermano de Minerva y Próspero. Estudió en la Escuela N° 1 y el Liceo de Hombres. Desde pequeño destacó en la práctica del fútbol y el tenis de mesa. Pero, un accidente tránsito a los 9 años de edad, al ser atropellado por un camión, obligó a la amputación de su pierna izquierda, un hecho al cual se sobrepuso para transformarse en un destacado dirigente sindical y comunicador deportivo. En 1959 ingresó a la Municipalidad de Valdivia y fue funcionario hasta su exoneración, en 1973. Fue secretario y presidente de la Asociación de Empleados Municipales de Valdivia. El 30 de diciembre de 1964 contrajo nupcias con Sudelia Berrocal Torres y fueron padres de Farián, Milka y Javier; y además abuelos de nueve nietos. Como comunicador se desempeñó en las radioemisoras Sur, Baquedano, Camilo Henríquez, Austral, San Sebastián, Valdivia, Exquisita y Pilmaiquén. También fue dirigente y colaborador de instituciones deportivas como el club Iris Comercial , el Deportivo Liceo, el Club de Boxeo Luis Vicentini y fundador, primer secretario y presidente de la Asociación de Comunicadores Deportivos. Colaboró con la Agrupación de Deportistas Molineros del Sur, la Asociación de Atletismo, fue presidente del Consejo Local de Deportes y miembro del primer Consejo Consultivo Regional del Deporte. Durante su trayectoria recibió premios del Comité Olímpico de Chile, la Municipalidad de Valdivia, la Escuela de Educacion Física, Deportes y Recreación de la Uach, la Teletón y el Consejo Regional. Al cumplirse un año de su fallecimiento, su familia lo recuerda como "un ejemplo de lucha contra la adversidad y que nos transmitió valores como actuar siempre con la verdad, una característica que tratamos de respetar y mantener. Fue un padre a la antigua, estricto, con una fuerza y creatividad que desarrolló hasta el último día. Al momento del adiós trabajaba en un proyecto histórico de los 500 años de Valdivia. Aunque sabía que no podría verlo, quería dejarlo como un legado". Su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal de Valdivia.

73 años de edad tenía el comunicador deportivo Waldo Jara Barría, al momento de su deceso. Su vida estuvo ligada al deporte en sus diferentes expresiones.