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ENTREVISTA. roberto klein muñoz, profesor y ex coordinador regional de Digeder:

"Tiene que existir una sinergia y respeto hacia el dirigente deportivo"

CENTRALISMO. Plantea que las decisiones de inversión deportiva deben tomarse en las regiones.
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Juan Carlos Hernández G.

Vivió el terremoto de 1960 como alumno de último año de la Escuela Normal de Valdivia. Fue profesor universitario. Conoció la cesantía. Fue colectivero y durante 10 años (1990-2000) coordinador regional de la Digeder (Dirección General de Deportes y Recreación) de la Región de Los Lagos.

José Roberto Klein Muñoz trabajó hasta 2014 y desarrolla una visión retrospectiva de su vida personal y laboral.

¿Cómo fue su experiencia con el terremoto?

-El nuevo edificio de la Escuela Normal de Valdivia, donde vivía internado (en Muñoz Hermosilla) fue ocupado por el Hospital Regional y nos mandaron a nuestras casas. Luego de dos meses pude tomar un avión uruguayo de carga que me llevó a Puerto Montt y de ahí llegué a pie a Los Muermos. En enero de 1961 recibí mi título de profesor. Comencé en una escuela rural y llegué a ser profesor universitario, que es como lo máximo a lo que se puede aspirar en la docencia.

También conoció la experiencia de la cesantía...

-En 1985 quedé cesante. Con cinco hijos, dos hijas en la universidad, había que trabajar en lo que fuera. Lo más terrible para una persona es quedar cesante. Es la desgracia más grande de un ser humano. Es lo más amargo que pasé en la vida, porque se viene todo el mundo encima. Pero mi esposa tuvo la inteligencia y la visión necesarias. Me sugirió que trabajara como colectivero. Teníamos un Peugeot 404 que transformamos en colectivo, subsistimos con eso y fue una experiencia maravillosa, hasta 1989.

¿Qué ocurrió después?

-Con llegada de la democracia, conocí al candidato a senador Gabriel Valdés, que me incorporó a su equipo de trabajo en la parte logística. Tuve una cercanía muy grande con él y trabajé con personas como Jorge Vives y Jorge Caroca. En 1990 fui designado coordinador regional de Digeder, hasta 2020.

¿Cuál es el balance de su labor a cargo del deporte en la antigua región?

-Trabajé con un equipo muy bueno y pese a las presiones políticas, no hice cambios. Estaban Ernesto Villarroel, Rolando Parra, contraté a Daniela Dörner, todos excelentes profesionales y tuve la suerte de contar con el apoyo del intendente Rabindranath Quinteros, quien siempre fue muy respetuoso de mi función. Claro que también hubo momentos difíciles. Cuando asumió el Presidente Frei nos llamaron a Santiago para el cambio de mando y el director nacional Julio Riutort me informó que habían nombrado a una dama para reemplazarme. Pero, muchos dirigentes deportivos se opusieron y el director me propuso quedarme como subdirector regional. Fue tanta la presión de la gente, que ella no pudo asumir y Julio Riutort y vino a ratificarme, a petición de los dirigentes deportivos de la región. Esa fue la mayor alegría durante mi carrera.

Respecto a la gestión deportiva en infraestructura, ¿qué destaca?

-En nuestra zona, la mayoría de las escuelas de Valdivia no tenía gimnasios y como Digeder apoyamos con subsidios, porque nos llegaba un presupuesto anual que se manejaba en la región. Eso hicimos con las escuelas de Inés de Suárez, Isla Teja, España, Teniente Merino y Collico.

En el remo se hizo un convenio con el gobierno español y llegaron 22 botes de alto rendimiento, con una gestión intermedia del senador Gabriel Valdés; y también se instaló un marcador de última generación en el Coliseo Municipal.

Actualmente y como Región de Los Ríos, ¿nos hemos quedado atrás en la inversión?

-Creo que sí. Se ha perdido autonomía y poder de decisión. Antes, si existía una petición comunitaria, se tomaba la decisión aquí. En cambio ahora, las seremías y direcciones regionales no tienen autonomía. Todo se resuelve en Santiago, el centralismo entorpece todo, en vez de agilizar. Eso perjudica a las instituciones deportivas. Nos falta descentralizar. También había apoyo al deporte recreativo, al amateur, se entregaba implementación a través de proyectos y eso hoy no se ve. Hago un llamado a las autoridades, porque trabajamos con dirigentes sociales que son voluntarios. Tiene que existir una sinergia y respeto permanente hacia el dirigente deportivo, hay que abrirle las puertas y capacitarlo. Es una persona especial y tiene que ser respetado.

¿Está tranquilo con lo realizado durante su vida?

-No todo es perfecto. Si volviera atrás, haría algunos cambios. Por ejemplo, mis diez años en la Digeder los viví en Puerto Montt y descuidé a mi familia, perdí una parte importante de la formación de mis hijos. Cuando venía a Valdivia, venía a trabajar. En diez años nunca tomé vacaciones, eso estuvo mal hecho, pero tenía que dar el ejemplo. Eso cambiaría.

"Trabajé con un equipo muy bueno y pese a las presiones políticas, no hice cambios...".

Roberto Klein Muñoz, Ex coordinador de Digeder

de los muermos

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Una larga trayectoria José Roberto Klein Muñoz nació en Puerto Montt, el 7 de abril de 1939. Fue uno de los cuatro hijos de Bertoldo Klein y Ernestina Muñoz, familia originaria de Los Muermos. Casado en segundas nupcias con Carmen Julia Quezada, es padre de cinco hijos: Jeanette, Ivette, Alexis, Cristian y Macarena; abuelo de 11 nietos y bisabuelo de dos bisnietas. Estudió en la Escuela Rural N° 30 de Los Muermos y a los 12 años ingresó a la Escuela Normal de Valdivia, donde se tituló de profesor básico. Trabajó en la Escuela Rural N° 52 de Purey, en el Centro de Enseñanza Media, la Escuela Industrial y la Escuela Anexa Normal. Se especializó en Biología y Química, hizo un curso de profesores guía, se perfeccionó en Educación Física y tiene un postítulo de supervisor y administrador educacional. Entre 1970 y 1985 fue docente de la Facultad de Filosofía de la UACh y en la jornada nocturna del Liceo Armando Robles. Fue colectivero; integró el equipo de trabajo del senador Gabriel Valdés; y entre 1990 y 2000 fue coordinador regional de Digeder. Luego continuó su vida laboral con la elaboración de un proyecto deportivo formativo para el municipio de Osorno; encargado de Secplac en Paillaco; director de Dideco en la Municipalidad de Maullín; y director de los colegios Gandhi y San Nicolás en Valdivia.

Aislamiento social y mayores

Directora Lic. Trabajo Social UST
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El covid-19 ha llevado a que las autoridades de nuestro país tomen medidas sanitarias extremas en cuanto a la protección y prevención en la población adulta mayor, por lo que el aislamiento social se ha profundizado y el resguardo sanitario ha golpeado fuertemente a este grupo etario.

En ese sentido, el aislamiento social ha generado que las actividades que los adultos mayores desarrollaban, como el compartir con sus pares, disfrutando de su etapa del ciclo vital en la cual se encuentran, hoy en día no se pueden concretar.

Es así como existen diferentes estudios de investigación respecto a las consecuencias que ha generado el covid-19 en la población adulta mayor. En el marco del aislamiento social, las estudiantes del Programa Licenciatura en Trabajo Social Promoción 2020 de la Universidad Santo Tomás sede Valdivia, en su estudio de investigación abordaron la temática "El aislamiento social producto del covid-19 en los adultos mayores pertenecientes al grupo Los Años Plateados, de la comuna de Valdivia".

En sus conclusiones, Ortiz y Vidal (2020) señalan que "se han generado cambios en los estilos de vida de los adultos mayores, como trastornos en el sueño, ansiedad y estrés en algunos casos. El cambio de rutina, la ausencia de actividad física y el escaso contacto social, asociado al aislamiento, sin duda ha sido una agravante para la vida del grupo de donde emergen o en algunos casos se acentúan las enfermedades asociadas al ciclo vital, desencadenando problemáticas de salud como desánimo, irritabilidad, falta de apetito. Más agravante aún es el sentimiento de soledad que experimentan algunos/as adultos mayores." A todo esto, se suma la incertidumbre por no poder concretar sus controles médicos.

Frente a estos datos, es importante que trabajemos en abordar esta problemática, que está significando el aislamiento social para nuestros adultos mayores.

Lorena

Loncón