Aprender a cuidar árboles y bosques
Frente al cambio climático, las personas pueden ayudar protegiendo la naturaleza de manera consciente e informada. En Los Ríos, de acuerdo a datos de Conaf, actualmente hay más de un millón de hectáreas de bosques, de los cuales el 80% corresponde a especies nativas.
El reciente 28 de junio fue celebrado el Día Mundial del Árbol y, como todas las fechas marcadas especialmente en el calendario, su objetivo es llamar la atención sobre una temática específica. En este caso, sobre la importancia cuidar los bosques, considerando que ellos representan un refugio para una amplia biodiversidad de flora y fauna; dan un serio combate a la erosión de los suelos y protegen la disponibilidad de agua dulce.
No se debe olvidar, además, que cada árbol tiene la capacidad de captar las partículas contaminantes de la atmósfera y sellarlas en su interior para que nunca más regresen al aire. Por eso se ha acuñado el concepto de "bonos de carbono" y se ha establecido que el uso responsable de productos forestales como la madera, contribuye a un desarrollo sustentable.
Todos esos elementos hacen tan importantes iniciativas como la reforestación. En Los Ríos, de acuerdo a datos de Conaf, actualmente hay más de un millón de hectáreas de bosques, de los cuales el 80% corresponde a especies nativas, en distintas etapas de desarrollo.
La difusión de estos antecedentes, la creación de conciencia comunitaria y el apoyo a la formación de profesionales comprometidos con el medioambiente, son algunas de las tareas del Colegio Regional de Ingenieros Forestales, que preside Roberto Ipinza, quien enfatiza en el rol de los profesionales del área: "La crisis ambiental provocada por el cambio climático se resuelve mediante soluciones basadas en la naturaleza y ahí los ingenieros forestales tienen una tarea que cumplir, para ayudar a sanar la Tierra".
En ese contexto, Ipinza señala que es importante valorar a los distintos tipos de árboles - "todos cumplen una función valiosa, sin etiquetas"- y desechar creencias erradas que tejen mitos entorno a algunos de ellos. El dirigente también propone no caer en la "amnesia del paisaje", la cual hace olvidar la degradación que sufrieron extensas zonas del país desde el siglo XIX; sin dimensionar la labor desplegada lenta y tesoneramente para restaurarlas, aplicando buen manejo, estudio, complementariedad con la labor agrícola y la protección a especies en riesgo, como la araucaria.
La invitación es, entonces, informarse y contribuir, por ejemplo, plantando -al menos- un árbol.