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ENTREVISTA. doris barrera pérez, enfermera jubilada:

"La vacuna y el autocuidado son claves para combatir la pandemia"

EXPERIENCIA. Ex enfermera jefa de Neurocirugía y Oncología del Hospital Base recuerda su labor de 40 años en la salud pública.
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Juan Carlos Hernández G.

El día en que -recién egresada de la carrera de Enfermería de la UACh- la llamaron para que se incorporara a la salud pública, Doris Barrera Pérez jamás imaginó que comenzaba una carrera de 40 años de labor en el antiguo Hospital Regional, hoy Hospital Base de Valdivia.

Es más, durante esas cuatro décadas se desempeñó solamente en dos unidades: el Subdepartamento de Neurología y Neurocirugía; y posteriormente en el Subdepartamento de Oncología y Radioterapia. Fue enfermera jefa de ambas reparticiones.

¿Cómo se incorporó al sistema de salud pública?

-Era 1979, había terminado la carrera, estaba descansando y pensaba tomarme un año sabático, pero la oportunidad había que tomarla. Al llegar, debí elegir entre dos opciones: Neurocirugía u Oncología. Elegí la primera, pero como era la única había que hacer de todo y fui la enfermera jefa. Estuve hasta el 2004, pero los turnos de noche hicieron mella, además que estaba a cargo del servicio en la parte administrativa, donde lo más complejo es el manejo del personal.

¿Cuál fue el siguiente paso?

-Me fui a trabajar como enfermera jefa de Oncología con la doctora Bernardita Cardemil, cuando estaban formando el Centro Oncológico Sur Austral. Necesitaban una persona con cierta experiencia, para colaborar en la formación del servicio. Viajé a ver cómo funcionaba Enfermería en el Instituto Nacional del Cáncer, para instalar ese modelo en Valdivia y hasta 2018 fui la enfermera jefa. Ese año llegó el momento de la jubilación.

¿Qué recuerdo guarda de los funcionarios y funcionarias con quienes trabajó en el hospital?

-Que todos eran muy entregados a su trabajo. Además, cuando recibía a funcionarios, lo que más le pedía a la gente era que le guste su trabajo, que fuera tolerante con el paciente, con la familia, que el trato sea muy humanitario, que era el Modelo de Necesidades Humanas creado por Inés Astorquiza. Uno puede adquirir el conocimiento, pero la vocación de servicio es algo innato. Si trabajas solo por dinero, no es bueno, porque lo que más necesita el paciente es la empatía de uno como trabajador, además que la responsabilidad hacia ellos es tremenda.

¿Se siente realizada con su desempeño profesional?

-Siempre me gustó la atención de pacientes, porque tengo esa vocación de servicio. Con lo que no contaba, era que iba a tener que manejar personal durante toda mi vida laboral. El balance de mi experiencia es muy positivo, porque además muy pocas veces tuve que tomar medidas drásticas. En general, la experiencia fue muy grata y se reflejó en todas las despedidas que me brindaron.

De acuerdo a su experiencia, ¿recomienda la vacunación contra el covid-19?

-De todas maneras. Es cierto que es la primera vez que se usa este tipo de vacunas de última generación, en que se introduce un ARN mensajero, que es un mecanismo nuevo, porque siempre tuvimos el virus inoculado. Frente a eso, entiendo a la gente que tenía sus aprehensiones, especialmente la gente joven, pero la vacuna es la única forma de tener una cierta tranquilidad, aunque sin dejar de tomar las medidas generales recomendadas. Además están apareciendo variantes, como la Delta, que trae más incógnitas y ha logrado penetrar donde se supone que estaba gran parte de la población vacunada. En este momento, hay que ver los ejemplos de países que van más adelantados, qué hicieron, cómo han logrado contener el avance del virus. La vacuna y el autocuidado son claves para combatir la pandemia. No sabemos hasta cuándo nos va a acompañar.

En el caso de los adultos mayores, ¿cuáles son sus recomendaciones?

-Los mayores tenemos que ser más cuidadosos, porque uno envejece físicamente y en todo sentido. Nuestro sistema inmunológico es más sensible. Por eso es que hay que ser muy riguroso, primero en el cumplimiento de la vacunación y luego en el autocuidado.

"Uno puede adquirir el conocimiento, pero la vocación de servicio es algo innato. Si trabajas solo por dinero, no es bueno".

Doris Barrera Pérez, Enfermera jubilada

"

profesional

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De padres corraleños Doris Barrera Pérez nació en Osorno, el 15 de marzo de 1952. Sus padres, Abel Barrera y Luisa Pérez, eran oriundos de Corral, cuando el puerto desbordada prosperidad. Pero, con el cierre de los Altos Hornos, la familia emigró hacia Osorno y luego de incursionar en el comercio regresó a Corral. Hizo su educación primaria en la comuna puerto y la enseñanza media en el Instituto Comercial de Valdivia. Terminó Contabilidad, rindió la antigua Prueba de Aptitud Académica e ingresó a estudiar Enfermería a la Universidad Austral, en 1972. Egresó en 1978 y desde 1979 hasta 2018 fue funcionaria del Hospital Regional y luego el Hospital Base de Valdivia. Actualmente jubilada, participa en los talleres para adultos mayores de la Municipalidad de Valdivia, los cuales destaca por el entusiasmo y proactividad de sus responsables al mantenerlos activos gracias a la tecnología, durante el tiempo de pandemia. En forma paralela, Doris Barrera Pérez no olvida su vocación y siempre está presta a tender una mano a quien precise de sus servicios.

Cuando el temor vence a la verdad

Jefe carrera Tec. Lab. Clínico Banco de Sangre CFT Santo Tomás.
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Los acontecimientos que han golpeado a nuestra sociedad desde hace ya dos años, han creado un estrés entre la población. Esta inquietud se ve acrecentada entre los adultos mayores, quienes se enfrentan no solo en muchos casos a depender de la compañía y ayuda de familiares, sino también a los problemas de salud que acompañan este tramo de la vida.

Un factor de inquietud es el efecto que produce la pandemia del Covid-19 y cuando ya confiábamos que la batalla se estaba ganando, aparece una variante y de seguro seguirán apareciendo otras más, puesto que el virus es del mismo género de la influenza (un tipo de coronavirus), por la cual tenemos que vacunarnos todos los años a la entrada del invierno, debido que el virus de influenza muta y la inmunidad adquirida ya no hace efecto sobre la cepa de virus que llega en la nueva temporada de frío, al igual como lo hace el coronavirus de Covid, con la diferencia de que este último muta más rápido que el de la influenza.

Un dato importante para vencer ese temor es tener presente que gracias a programas de vacunación se ha logrado que algunas enfermedades, entre ellas algunas producidas por otros virus como la poliomielitis o el sarampión, estén prácticamente erradicadas en nuestro país.

En cambio, en países donde no existen estos programas, se observa la presencia de estas enfermedades en la población, con todas las secuelas. Como ejemplo: la OMS informa que los casos de muerte por sarampión han aumentado un 50% al 2020, encontrando como única explicación "la no vacunación de los niños con las dos dosis de vacuna contra el sarampión, quedando así expuestos a desarrollar la enfermedad" (OMS 12/11/2020).

Que el temor mal infundado, no triunfe sobre la verdad de la importancia de vacunarnos contra el Covid-19, inclusive si fuera necesaria una tercera dosis.

Sergio Garrido