Una interesante propuesta fue la manifestada durante la celebración de los cincuenta años de la Sociedad de Desarrollo Urbano Valdicor, entidad que nació en 1971 y que desde entonces ha trabajado por el desarrollo Valdivia, en una labor conjunta entre la Municipalidad y el Servicio de Vivienda y Urbanismo, Serviu (originalmente Cormu, en esos años).

Durante la ceremonia conmemorativa, la alcaldesa Carla Amtmann -vicepresidenta del directorio- recordó el espíritu con el cual fue creada la empresa, que es privada en su ordenamiento interno, pero de acción pública por mandato. Es decir, está enfocada al bien común y a una gestión sin fines de lucro.

En tal contexto, la autoridad pidió tomar un rumbo que incluya más participación ciudadana en las decisiones y un protagonismo institucional mayor en el ordenamiento de la ciudad y su crecimiento; ideas que son importantes, pues la capital regional requiere de una mirada de futuro que integre decisiones comunitarias y armonice -especialmente - la urgente demanda habitacional, con el respeto al entorno natural que la caracteriza.

A esas definiciones de Amtmann y al reconocimiento de la historia de la Sociedad, también sería oportuno agregar una mayor y más continua difusión de las intensas labores efectuadas a lo largo de estas cinco décadas en beneficio del resguardo patrimonial (como el Teatro Cervantes), de la construcción de viviendas (proyectos en calle General Lagos y sector Guacamayo) y de espacios públicos (Terminal de Buses). Pocas de esas funciones son de dominio público y, lamentablemente, sí se recuerda las polémicas surgidas por su planta de áridos (que cumple un fundamental papel para las obras públicas en la región) en el sector de Collico, donde se ha debido aplicar medidas de mitigación tras denuncias de ruidos molestos y contaminación.

Mejorar el vínculo ciudadano en ese ámbito, corregir errores, liderar cambios, destacar sus aportes, son temas para exponer en este cincuentenario, hito que no solo debe llenar de orgullo a quienes llevan adelante las labores cotidianas en la organización; sino a la región completa, pues se trata de un modelo único a nivel nacional y su permanencia habla, también, de su eficiencia.

Las vitaminas, como la A, B, C, D, E y K ejercen funciones esenciales en el organismo. Sin embargo, la D se diferencia del resto porque es una hormona sintetizada en nuestra piel al recibir radiación ultravioleta (UVB), mediante la exposición solar, y en un porcentaje mucho menor puede ser consumida a través de los alimentos. Cumple múltiples funciones biológicas en nuestro cuerpo, como la mantención de la salud ósea por su rol en la mineralización de los huesos en conjunto con el calcio, siendo partícipe de la salud cardiovascular, neuromuscular, respuesta inmunológica, reducción de procesos inflamatorios, entre otros. Incluso se ha destacado su posible rol en la disminución de síntomas premenstruales y en la fertilidad.

En Chile, según la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 (ENS) sólo el 11% de las mujeres en edad fértil y el 11,9% de las personas mayores, presentan niveles óptimos de esta vitamina, evidenciando niveles de insuficiencia y deficiencia importantes en nuestra población. Los datos regionales son similares; 14,9% de las mujeres en edad fértil y 11,2% de las personas mayores con niveles óptimos.

Las principales causas de esta deficiencia se deben a la menor exposición solar. Asimismo, las fuentes alimentarias ricas en esta vitamina son limitadas. Se puede encontrar en los pescados grasos como el salmón, atún, sardina, aceite de hígado de pescado, y también en la yema del huevo, y actualmente en el mercado encontramos algunos lácteos y derivados enriquecidos con vitamina D. Sin embargo, según datos de la ENS, sólo el 9,2% de la población cumple con la recomendación alimentaria de consumir dos veces a la semana pescado. Por lo tanto, los hábitos y la ingesta alimentaria de los chilenos en general no permitirían cubrir los requerimientos diarios de vitamina D.

La recomendación es mantener un peso saludable, una alimentación equilibrada como parte de nuestros hábitos; potenciar la ingesta de pescados y consumir lácteos tres veces al día; incorporar alimentos fortificados dentro de lo posible; realizar diariamente actividad física; y un factor muy importante, exponerse a la luz solar de manera responsable, no más de 30 minutos, antes de las 11:00 hrs y después de las 16:00 hrs.; y por supuesto, consultar a un profesional de la salud respecto a los exámenes y tratamientos frente a la deficiencia o insuficiencia sérica de esta vitamina.

Nataly González Sepúlveda