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Como parte de ese grupo, En Banyoles, entre el 9 de junio y el 4 de julio, la selección chilena realizó la preparación final para llegar al Mundial Sub-23 con cuatro tripulaciones: el 2- ligero de Fernández y Liewald; el 4- femenino de Yoselyn Cárcamo, Antonia Liewald, Magdalena Nannig e Isidora Niemayer; el 4x masculino de Alonso Poo, Pedro Canales, Andoni Habash (Nahuel Reyes) y Brahim Alvayay; y el 2- pesado de Nahuel Reyes y Daniel Guntert.

"La permanencia en Bañolas fue una experiencia muy buena, donde aprendí demasiado. La pista es súper buena y nos sirvió mucho para tener una idea de cómo iba a ser el Mundial", indica Manuel Fernández, quien conoció la pista en este viaje, a diferencia de Roberto Liewald, quien ya estuvo concentrado en 2019 con el 4-, antes de los Juegos Panamericanos de Lima.

Augusto Granjean complementa: "En Banyoles seguí con el 2- ligero y el 4x; mientras que el 4- femenino y el 2- pesado continuaron con Javier Godoy", pero aclara que "todo esto, en el fondo es un trabajo de equipo, no como se estilaba antes. Con Fernández y Liewald, el trabajo fue más específico, en cuanto a trabajar tiempo y distancias, ya que por las características de la pista puedes tener una cierta referencia de cómo les podía ir y qué opciones había en el Mundial. Ahí se entrena en base a distancias, porcentajes de gasto energético en un tiempo ideal de competencia y su relación con los rivales. El bote 2- siempre mostró velocidad". Y agrega: "Con la experiencia de Liewald, cuando fue al Mundial y salió quinto, ya estaba la sensación de que la embarcación iba por un buen camino. Tenía regularidad y solo había que manejar algunas cosas pequeñas como la salida, donde el bote no alcanzaba la velocidad de acuerdo a su frecuencia de remada y recién después de los 250 metros lograba ese camino en relación a la frecuencia".

Llega el momento

¿Qué pensaban los futuros campeones? Roberto Liewald recuerda: "Le comentaba a Manuel que con los tiempos que conocíamos de nuestros rivales y lo que estábamos haciendo nosotros, la forma de trabajo y nuestros tiempos nos entregaban ciertas expectativas de poder ganar y había que entrenar para eso. Conversábamos que el bote andaba bien y que teníamos que seguir así, sin distraernos. Aunque había alguna incertidumbre por los rivales, como Italia por ejemplo, que siempre tiene buenos pesos ligero".

El 7 de julio -de madrugada en Chile- el bote de los valdivianos rendía su primer examen. Con 6'37''42/100 ganaba el primer "heat" clasificatorio y avanzaba directo a la final del sábado 10 de julio, tras superar a las tripulaciones de Estados Unidos, Italia, Alemania, Moldavia y México.

"Esa regata nos mostró el nivel en el cual estábamos en relación a los otros países. Durante la prueba, los estadounidenses iban casi dos botes adelante y en los últimos 200 metros atacamos. Nuestra eliminatoria fue la más fuerte, la que tuvo los tres mejores tiempos y eso nos dio una idea de lo que podíamos hacer en la final, pero nunca nos confiamos. Siempre quisimos ganar, para pasar directo a la final A y así tener jueves y viernes para descansar", recuerda Manuel Fernández.

En la previa de la soñada final, se levantaron temprano y salieron a recorrer por última vez la pista de Racice. Para soltar brazos, manos, piernas y despejar la mente. "Si bien los días anteriores igual salimos a remar para entrenar y desestresarnos, el día de la final estaba nervioso en el punto de partida", agrega Fernández.

¿En qué momento asumieron que iban por el primer lugar? Roberto Liewald asegura que desde su perspectiva, "cuando salimos adelante de Estados Unidos, pensé que teníamos que mantenernos. Luego vi de reojo que Italia iba bien adelante... nos mantuvimos parejos hasta los 1.500 metros y cuando empezamos a levantar para alcanzarlos, no sabíamos si ellos iban tanto o más muertos que nosotros. Solo sabíamos que había que levantar, cerrar los ojos, gritarnos y tratar de pasarlos. Cuando los pasamos, aún quedaba un poco, pero en ese momento te olvidas del cansancio, al ver que vas adelante".

Con 6 minutos, 47 segundos y 58 segundos Manuel Fernández y Roberto Liewald coronaron su hazaña. Italia llegó segundo con 6'49''98'' y Uzbekistán completó el medallero con 6'52''46/100. Más atrás, Estados Unidos, Alemania y Hungría.

El entrenador Augusto Grandjean detalla algunas características que los llevaron a la victoria: "Un factor importante de destacar, aparte de la regularidad del bote, es su fortaleza para aguantar los últimos 250 metros a buen ritmo, que también se explica porque ellos son pesos ligero naturales, no tienen que jugar con el peso, como pasa con los ligeros de biotipo más alto, que están en el límite y deben bajar, lo cual lleva a una dificultad para mantener el rendimiento y genera una presión extra. Esa condición natural que manejan Manuel y Roberto, junto a sus capacidades individuales y la regularidad que consiguieron como embarcación, los llevó a ganar el Mundial".

A las condiciones señaladas por el responsable técnico, Liewald agrega que la medalla es fruto del "trabajo, constancia y actitud" de ambos y Fernández coincide: "Esfuerzo, perseverancia, actitud, constancia y disposición a hacer un buen trabajo".

Una medalla que en el caso de Fernández es "un logro muy personal, que me sirvió para darme cuenta que no hay nada imposible. Fue mi primera experiencia mundialista y quedé muy conforme, pero con el sentimiento de que aún me queda harto camino por recorrer. Este logro es para mi familia, que siempre me apoya" y Liewald dedica el título "a mi familia y al club. Aquí en el Phoenix aprendí todo, porque cuando uno llega a la selección es por lo que se aprende en el club. Aquí está el comienzo, con los entrenadores que están todos los días con nosotros".

Grandjean también habla de similitudes entre las duplas Cerda-Yantani de 2002 y Fernández-Liewald de 2021: "El espíritu de las dos tripulaciones es similar. Veo características de Miguel Cerda reflejadas en Roberto Liewald, como por ejemplo su tranquilidad. Además, la claridad que tienen para sentir cuando la embarcación camina o no y la intensidad que tienen para trabajar. Da gusto trabajar con gente disciplinada, que sigue las pautas, como ocurrió en su momento con Cerda y Yantani".

En el final de la conversación, Manuel Fernández no deja pasar un mensaje y un sentimiento que germina en cada palada por las aguas de los ríos valdivianos: "Se necesita más apoyo para los clubes, que se visibilice las condiciones en que trabajan, porque cuesta mucho lograr cosas con lo poco que hay. En mi club por ejemplo, tuvimos que hacer una campaña de un año y medio para poder comprar una embarcación "ocho". Todos tuvimos que salir a vender rifas. Ojalá que exista más apoyo para los clubes, porque en ellos nace todo...".

El otro mensaje es común: la necesidad de conjugar su calidad de deportistas de alto rendimiento con sus estudios universitarios.

Desde el phoenix

Nombre: Roberto Eduardo Liewald Heise.

Fecha de nacimiento:

5 de junio de 1999. Club: Phoenix.

Estudios: Segundo año de Medicina (UACh), congelado

"No me pongo objetivos a muy largo plazo, pero obvio que me gustaría ser nuevamente campeón panamericano con el 4 sin".

Roberto Liewald Heise, Bogador

"Se necesita más apoyo para los clubes, que se visibilice las condiciones en que trabajan, porque cuesta mucho lograr cosas con lo poco que hay".

Manuel Fernández Antri, Bogador

Desde el prat

Nombre: Manuel Fernández Antri.

Fecha de nacimiento:

25 de mayo de 2002. Club: Arturo Prat.

Estudios: Primer año de Odontología (UACh), congelado.

22 de septiembre de 2002 Miguel Cerda y Cristian Yantani ganaron el título del 2 sin timonel peso ligero en la pista del río Guadalquivir, en Sevilla, España. Fue el primer cetro planetario del remo valdiviano. luce el remo chileno en su historia. Además de los dos alcanzados por las duplas del Calle Calle se suma el 2- femenino de las hermanas Melita y Antonia Abraham en el Sub-23 de 2017.

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A la espera de desafíos futuros

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Por ahora y de regreso junto a los suyos, Fernández y Liewald continúan entrenando en sus clubes. Esta semana habrá nuevas definiciones, desde la jefatura técnica nacional. Augusto Grandjean recuerda que el head coach Bienvenido Front es quien maneja las directrices de los nuevos desafíos, pero que el Sudamericano de diciembre próximo en Paraguay y los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 son la prioridad: "Por ahí se irá perfilando el trabajo específico futuro. Para ambos, el 4- de los Panamericanos es una opción, pero tienen que pelearla, porque nadie tiene un cupo asegurado. Depende de las evaluaciones". Manuel Fernández asegura que espera asistir "al Sudamericano y tener un nuevo compañero para el próximo Mundial Sub-23", ya que Liewald está en el límite de la categoría. "A futuro hay Juegos Panamericanos, Odesur... quiero luchar durante estos años, porque después no tendré mucho tiempo". De opinión similar, Roberto Liewald tiene como meta inmediata "el Sudamericano y después, todo lo que pueda lograr. No me pongo objetivos a muy largo plazo, pero obvio que me gustaría ser nuevamente campeón panamericano en el 4 sin".