Sobre la nueva ley de alcoholes
Catorce años demoró la discusión de la norma que busca prevenir el consumo y evitar la promoción de esta droga legal. Toda persona que compre alcohol debe mostrar su identificación; pero los menores nunca pueden comprar. Tampoco ingresar a cabarés, tabernas y bares; sí a comer en restaurantes.
Tras una década y media de discusión en el Congreso fue publicada la nueva Ley de Alcoholes, que busca restringir consumo, evitar la promoción y estimular la responsabilidad individual frente a este tipo de bebidas, que constituyen una de las drogas legales y socialmente aceptadas de uso más extendido en Chile. Lamentablemente.
De acuerdo a antecedentes del Ministerio de Salud (Encuesta Nacional de Salud 2017), el país tiene los índices de alcoholismo más altos de la OCDE; además una de cada 10 personas presenta consumo de riesgo y 2 de cada 100 adultos sufre dependencia.
El inicio de este hábito parte a los 12 años de edad como promedio. Durante la adolescencia la tendencia crece y se sabe que hay casi 60 mil jóvenes chilenos entre 18 y 25 años que sufren trastornos por esta causa y la cantidad se eleva a 159 mil en quienes tienen 25 a 44 años.En Los Ríos, los escolares entre octavo y cuarto medio muestran un 37.8% de ingesta, de los porcentajes más altos a nivel nacional.
En pandemia, si bien la disponibilidad pasó por un período a la baja, los índices han subido. Según un estudio online efectuado este año por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), en la región un 22,3% de quienes respondieron reconoció haber consumido más alcohol y la razón fue -dijeron- "ansiedad, el estrés o depresión que le produce la situación sanitaria".
Con todos esos antecedentes, la Ley de Alcoholes tiene una clara justificación, especialmente en lo que se refiere a los menores de edad; por ello la exigencia de exhibir carné de identidad al momento de comprar alcohol en cualquier tipo de establecimiento. Claro que en este punto hay que detenerse, porque ha habido confusiones en la difusión pública de la norma y se ha dicho que la ley contempla restricción de acceso a niños y niñas restaurantes; pero esto no es así. Senda emitió ayer una aclaración pública al respecto, señalando que sí pueden ingresar a comer y si alguna persona adulta de su grupo pide alcohol, ella debe mostrar su identificación.
Todas estas reglas buscan prevenir adicción; sin embargo sabemos que ellas no funcionarán si no hay cooperación social y conciencia, junto con fiscalización.