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La inspiradora historia de la emprendedora valdiviana que encontró su "Príncipe Azul"

En plena pandemia, esta madre de dos hijos decidió jugársela por un sueño: ser independiente con un negocio que la apasiona. 365 días después, da empleo a 13 personas y su local se ha consolidado en el rubro en un importante sector habitacional de Valdivia. Ahora anuncia nuevos proyectos.
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A sus 41 años, Paola Retamal tiene la sensación de estar viviendo un sueño de manera permanente. Esta madre de dos hijos (Felipe de 18 y Daniela de 12) hace justo un año decidió dar una especie de salto al vacío en un momento complicado, en plena pandemia. Y el paso del tiempo le ha dado la razón.

Las ganas, la ilusión y el creer en ella misma fueron superiores a las recomendaciones que le decían que quizás no era el momento de emprender en grande. Con todo, el 12 de septiembre de 2020, en plena pandemia, abría su local "Multisur", en un galpón emplazado en la Salida Sur de Valdivia, específicamente en Avenida Circunvalación Sur 4888.

Hoy se prepara para celebrar en el mismo lugar que la enamoró a primera vista. "Cuando vi este local, fue como ver a mi Príncipe Azul. Sentí esas cosquillas en la panza. Y me di cuenta que esto era lo que quería", cuenta Paola, quien toda la vida ha estado ligada al mundo de las frutas y verduras por sus padres y por experiencia propia.

Pero el sueño de esta empeñosa mujer se había iniciado un par de años antes cuando decidió emprender para ser independiente. Así, halló en el delivery un gran aliado. "Partí de valiente no más. Hacía cajitas de frutas y verduras. Durante el día las preparaba y repartía. Y todas las noches me iba a Temuco a comprar los productos", recuerda.

En medio de la pandemia, la idea funcionaba bien. Era ultra sacrificado, pero como trabajaba en lo que le apasionaba no claudicaba, ni sentía cansancio. Sin embargo, el levantamiento paulatino de las cuarentenas, hizo que comenzara a bajar la demanda y la obligó a repensar las cosas.

Fue entonces que se encontró con un enorme galpón azul, el sueño de toda su vida, un recinto de 234 metros cuadrados que se ha convertido en su orgullo y que cuenta con un amplio estacionamiento que se mantiene siempre lleno, como siempre lo imaginó. "Mis amigas me decían que estaba loca, que era un local muy grande. Pero no me importaba nada, yo estaba convencida", dice.

Recuerda que una llamada a su madre (quien vive en Temuco) fue trascendental. La invitó a conocer el local, pues necesitaba la confirmación de que estaba haciendo lo correcto. Tras recibir la aprobación materna, echar a andar "Multisur" era cuestión de un poco de tiempo y mucho trabajo. "Mandé a hacer algunos muebles de madera, muy simples. Todo era bien rústico. El galpón incluso no tenía piso si quiera. Hoy, logramos poner porcelanato en todo el local. Al principio trabajaba con dos personas y me quedaba sola avanzando en la tarde para el día siguiente tener todo listo. De pronto sin darme cuenta era de madrugada, pero no sentía cansancio, tampoco sueño", relata la "Pao", como le dicen sus conocidos.

Un año después son 13 personas las que colaboran en el local que se ha convertido en un lugar recurrente para los vecinos del sector, que se impresionan al ver este galpón lleno de color y un amplio surtido de productos. "Aparte de ser una tremenda bendición, es un sueño hecho realidad. Hemos ido paso a paso avanzando. En general yo soy así: lo imagino, lo pienso y lo llevo a cabo. Cada cosa que me he propuesto la he podido cumplir. Solo le pido a Dios que me mantenga con buena salud; yo me encargo de todo lo demás", advierte.

NUEVOS

PROYECTOS

Pero Paola no para nunca. Y ya vislumbra el futuro de "Multisur". "Ahora se vienen nuevos proyectos de los que pronto habrá novedades", dice mientras prepara la celebración de este domingo en su "Príncipe Azul" donde los clientes podrán disfrutar de música y alguna que otra sorpresa si las condiciones climáticas lo permiten.

"Es mucho el orgullo que siento, porque esto es el fruto del esfuerzo. Soy una mujer que anda con la frente en alto. Dios me dio herramientas que supe aprovechar. Hoy estoy orgullosa de ser una mujer independiente, guerrera, empoderada, emprendedora y una súper mami para mis hijos. Lloré harto, claro, pero nunca dudé. No me importó nada. Mis amigas hoy me dicen la Pequeña Gigante de Valdivia. Aunque la gente que de verdad me conoce no se extraña de esto que he logrado", sentencia.