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ENTREVISTA. marcos silva huechante, funcionario con 40 años de servicio en la Universidad Austral:

"Siempre han reconocido mi trabajo y existe un respeto mutuo con todos"

TRABAJADOR. Auxiliar de servicios es considerado un "ícono" del Instituto de Obras Civiles y la Facultad de Ciencias de la Ingeniería.
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Juan Carlos Hernández G.

Marcos Galvarino Silva Huechante recuerda que cuando ingresó a trabajar al entonces IPV (Instituto Profesional de Valdivia), en el actual Campus Miraflores de la Universidad Austral, los caminos eran de tierra y los edificios, antiguos. La mañana del lunes 21 de septiembre de 1981 y cuando muchos valdivianos recién se recuperaban de un largo fin de semana de Fiestas Patrias, llegó -como siempre- con una sonrisa- puntual y dispuesto a entregar su mejor esfuerzo en el trabajo encomendado. En los días previos había sido seleccionado para desempeñarse como auxiliar de servicios. Asumió que luego de algunos vaivenes, se le presentaba una oportunidad laboral que debía aprovechar. Y lo ha hecho con creces.

Durante la celebración del aniversario N° 67 de la Universidad Austral, "Don Marquitos" fue parte del selecto grupo de funcionarios premiados por 40 años de servicio.

El antiguo IPV ha cambiado y aunque hay edificios antiguos que se mantienen desde la época de la Universidad Técnica del Estado, hay nuevas construcciones y los sueños profesionales de miles de alumnos continúan presentes.

Mientras tanto, Marcos Silva Huechante asume que la proximidad del retiro y su inminente jubilación le plantearán un nuevo escenario de vida al trabajador "ícono" del Instituto de Obras Civiles y de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería.

Previamente a la premiación por sus cuatro décadas de servicios; en el año 2006 fue reconocido por sus 25 años de labores; en 2010 recibió un premio por su aporte al desarrollo de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería; en 2013 fue reconocido por ex alumnos de la carrera de Construcción del IPV; y en 2019 recibió un estímulo de la Escuela de Ingeniería Civil en Obras Civiles y de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería.

EL HOMBRE

El 16 de marzo de 2020 cambió la vida de Marcos Silva Huechante. La de él y la de millones de chilenos que se vieron obligados a modificar sus rutinas, debido a la llegada de la pandemia. Desde ese día, permanece en su hogar de Las Ánimas porque debido a su edad (65) también pasó a formar parte de la población de riesgo, ante la irrupción del covid-19.

Al cumplir 40 años de trabajo en la Universidad Austral, ¿cuál es el balance que realiza y cuáles son los mejores recuerdos de tanto tiempo en su empleo?

-Los mejores recuerdos que tengo son las felicitaciones y reconocimientos de los alumnos hacia mi persona. Cuando llegaban, tenían sus salas calentitas y los esperaba con una buena sonrisa. Siempre reconocieron mi trabajo y existió un buen trato, cariño y respeto mutuo con todos los alumnos, profesores, decanos, funcionarios y hasta rectores. Cuando pasamos de IPV a UACh, no hubo mayores cambios. El trato siguió siendo el mismo.

¿Tuvo algún "regalón" entre los funcionarios con los cuales trabajó?

-Sí. Don Heriberto Vivanco, quien era constructor civil e ingeniero comercial, fue profesor y director de la Escuela de Construcción Civil.

¿Y entre los alumnos?

-Montones. En estos días he estado recibiendo mucho cariño y mensajes de ellos. A muchos los vi llegar a clases, después a sus hijos y varias veces han llegado abuelos con sus nietos. 'Don Marcos', le traigo a mi nieto, me dicen.

¿Cuál de todos los oficios que desempeñó fue su favorito?

-Todos me han gustado, pero estuve poco tiempo en calderas, jardines y como guardia. Me quedo con el trabajo de auxiliar de servicios.

Ud. es un animeño de corazón...

-Desde hace 50 años, cuando trasladaron a mi papá a San José. Antes viví en la villa Pedro de Valdivia, cuando en Las Ánimas se podía andar tranquilamente de noche. Eran otros tiempos. También fui socio de Deportes Valdivia e iba a ver jugar al equipo de básquetbol de Las Ánimas.

¿Llega el momento de jubilar?

-Por ahora estoy con licencia médica por un accidente casero y sin ir al trabajo, debido a la pandemia. A fin de año habrá que jubilar, para descansar, estar con la familia y aprovechar de viajar un poco. Aprovecho de agradecer a la universidad, por aguantarme durante tantos años, siempre he entregado lo mejor de mi parte. También agradezco a mi familia por este logro, a colegas y estudiantes, profesores y jefes que he tenido durante todos estos años.

"Aprovecho de agra- decer a la universidad, por aguantarme durante tantos años, siempre he entre- gado lo mejor de mi parte..."

Marcos Silva Huechante, Funcionario de la UACh

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cuatro décadas

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Desde 1981 Marcos Galvarino Silva Huechante nació el 18 de junio de 1956 en el sector de Minas Madre de Dios, en Pumillahue, comuna de Mariquina. Hijo de padre carabinero y madre dueña de casa, fue uno de siete hermanos y luego de realizar sus estudios de enseñanza básica en San José de la Mariquina y la Escuela N° 1 de Valdivia, cursó dos años en la antigua Escuela Industrial. Su próximo destino fue el Servicio Militar -entre 1975 y 1977- en Calama y luego de permanecer un tiempo cesante, en 1979 y 1980 trabajó como guardia, sereno y auxiliar en Inacap. El 21 de septiembre de 1981 ingresó como auxiliar de servicios al entonces Instituto Profesional de Valdivia (IPV), donde se desempeñó en calderas, jardines y como guardia de seguridad. En 1982 fue asignado como auxiliar de servicios al Departamento de Construcción Civil y desde 1985, cuando se produjo la fusión con la Universidad Austral, ejerce el mismo cargo en el Instituto de Obras Civiles de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería. "Don Marcos" o "Marquitos", como lo llaman cariñosamente alumnos, profesores, funcionarios y colegas, es casado con Mirella Aguilar Zambrano. Tienen tres hijos y cuatro nietos.

El asma

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El asma es una enfermedad prolongada (crónica) de las vías respiratorias, cuyos síntomas y desencadenantes son los mismos, independiente de la edad del paciente. Lo mismo sucede con las formas de prevención y estrategias terapéuticas.

De hecho, determinados factores pueden desencadenarla y causar sibilancia, tos, compresión pectoral o dificultad respiratoria.

Al respecto, hay acuerdo entre varios especialistas en cuanto a que probablemente se esté en presencia de una enfermedad con más de un determinante genético y con una fuerte interacción de estímulos ambientales, como pasa con la alergia a pólenes, ácaros que están en el polvo, alfombras, pelo animal o en algún tipo de ropa.

También puede influir el humo del cigarrillo, la contaminación ambiental, el frío, las infecciones respiratorias y el ejercicio, entre otros.

En ese sentido, en esta época del año una de las preocupaciones comunes es cómo cuidarse de las crisis de asma, ya que es un período donde los pacientes con asma bronquial tipo alérgica tienen que tomar ciertas precauciones, para no sufrir crisis mayores. Esto genera que tengan que consultar en urgencias o ser hospitalizados y requerir, en muchos casos, del uso de inhaladores y oxigenoterapia.

En todo caso, es fundamental saber que el asma se puede combatir y los médicos cuentan con las herramientas y medicamentos necesarios para tratarlo.

Para ello, es clave mantener un peso corporal adecuado, mediante un régimen de comidas sano con predominio de ingesta de frutas, verduras, proteínas y la práctica regular de ejercicios - de acuerdo con su condición física- que permita a la persona mantener su funcionalidad, autonomía e independencia.

En conclusión, en los adultos mayores, el asma es una enfermedad que puede deteriorar en gran medida su calidad de vida, por lo que resulta importante acudir a alergólogos como una forma de prevenirla oportunamente.

Eduardo

Cruzat

Director

Kinesiología UST