La semana pasada nos enteramos que la anhelada doble vía que conectará los accesos norte y sur de Valdivia con la Ruta 5 Sur, se financiará con el sistema de cobros por tramos conocido como Tag. Esa información fue entregada en la reunión liderada por el Gobierno Regional con parlamentarios, alcaldes y representantes locales, donde la Dirección de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas, afirmó que no será posible dar cobertura a obras de esta envergadura, sin efectuar cobros de peaje.

Por supuesto, la situación incomodó a todos los sectores sociales de la Región de Los Ríos.

Existe consenso en que es fundamental acelerar los pasos administrativos y técnicos necesarios para concretar esta mega obra. También, todos entendemos que no es fácil de financiar, pero no por ello vamos a condenar a un territorio -por 25 años- a soportar un sistema de cobro que ha sido criticado y cuestionado en todos los lugares donde se ha instalado.

En ese contexto, aprovecho de destacar la valentía del gobernador regional Luis Cuvertino, quien se atrevió a levantar esta problemática en pleno proceso electoral y a crear la Mesa de la Ruta 5 Sur, dando espacio a diferentes actores comunitarios para opinar sobre la nueva concesión y sacando la discusión de la capital regional hacia las comunas que se ven afectadas por las decisiones que e tomen en torno a esta vía.

Para los paillaquinos y paillaquinas, que la Ruta T-206 se convierta en doble vía es una necesidad moral.

Todos conocemos al menos a una persona que ha fallecido en el trayecto a Valdivia, y estamos tan traumatizados, que cada vez que escuchamos la sirena comenzamos a llamar a quienes sabemos podrían estar trasladándose. Sin embargo, consideramos que se debe discutir una vía de financiamiento que sea acorde a la realidad de nuestros vecinos y vecinas; vimos como en Santiago el metro se reconstruyó en un corto tiempo y creemos que nuestra comunidad merece el mismo trato y urgencia.

Este año, la llamada Ruta de la Muerte ha superado todos los récords de tragedias automovilísticas a nivel regional; por lo que es el momento de poner todas las energías en la concreción de esta mega obra que mejorará la seguridad de la ruta y ayudará a evitar decenas de accidentes.

Miguel Ángel Carrasco

Alcalde de Paillaco

El Ministerio de Salud prepara la implementación del nuevo sistema de receta electrónica Minsal, que busca potenciar en Chile el uso de esta herramienta y con ello mejorar el acceso seguro de los pacientes a sus tratamientos. Las autoridades esperan que haya un período de marcha blanca antes de que comience a operar en plenitud, en el año 2023. El mecanismo funcionará con organismos como ISP, Fonasa y Cenabast, y será compatible con otros sistemas de receta electrónica ya existentes en el país. Los prescriptores deberán utilizar la plataforma oficial de receta médica electrónica del Minsal u otro sistema digital validado por la autoridad sanitaria y rubricar con firma electrónica avanzada o simple.

En Chile existen actualmente tres tipos de recetas: la simple, la retenida y la receta cheque, esta última para la prescripción de estupefacientes y sicotrópicos con fines medicinales. Con la implementación de la receta electrónica se pretende mejorar el ejercicio de la legibilidad de los documentos, ya que en ocasiones se producen errores en la venta del medicamento, debido a la letra poco clara.

Como este es un problema que se presenta a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países reducir en la mitad los errores en los próximos cinco años. Estudios citados por el Minsal revelan que en Alemania, el 6% de los ingresos hospitalarios es por eventos adversos de medicamentos, mientras que en Estados Unidos cada año ocurren 1,5 millones de estos casos, a menudo relacionados con errores por escritura deficiente y mal llenado de recetas.

Pero además de resolver problemas de poca legibilidad de la escritura que conduce a errores, también se estima que la receta electrónica tendrá un impacto positivo para la información y base de datos que dispondrán los organismos especializados respecto de las enfermedades que más afectan a los chilenos, hacer un seguimiento de los tratamientos, evitar errores en prescripción y mejorar la seguridad en el manejo de productos farmacéuticos en la población. Por último y también como parte de los aspectos positivos, se podrá llevar un mayor control de los emisores, y ello hará más efectivo el prevenir falsificaciones y el ejercicio ilegal de la profesión médica.