En sus manos están nuestras vidas" dijo la joven chilena Isis Riquelme en la inauguración de la Cop26 hace pocos días. Ese encuentro se desarrolla en Glasgow, Escocia, con la meta de generar acuerdos para reducir las emisiones contaminantes y proteger el medio ambiente, en el contexto del cambio climático. Una meta específica es limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por sobre la época preindustrial.

La activista nacional realizó su intervención online y su llamado se refiere a que los países tomen acuerdos reales para mejorar la situación actual. Chile también tiene mucho que avanzar; aunque ya ha puesto en marcha varias iniciativas legales y políticas públicas en esa dirección: descarbonización, hidrógeno verde, limitación de plásticos de un solo uso, responsabilidad extendida del productor, protección de humedales, reforestación y una institucionalidad ambiental en todo el territorio.

Desde Los Ríos se observa la Cop26 con interés, pues en esta zona se multiplican acciones y conciencia respecto del cuidado del entorno. No sin polémica, lamentablemente, como se observa frente a proyectos energéticos o de obras públicas; uso de terrenos con fines habitacionales en sectores de humedales; contaminación de aguas en zonas rurales y otros que se encuentran permanentemente en la pauta noticiosa local.

En la Cop25 -organizada por Chile y marcada por la pandemia- la región tuvo presencia con la realización de seminarios y un análisis respecto de los desafíos que enfrenta como la disminución de las lluvias. En esta ocasión 2021 no se ha dado ese tipo de vínculo, pero al evaluar lo avanzado en un año, destaca la aprobación del Anteproyecto del Plan Regional de Cambio Climático, elaborado con apoyo de 52 instituciones representantes de la academia, servicios públicos, ONGs y el sector privado. Contiene 14 medidas pensadas a 10 años, en ámbitos que abarcan educación, eficiencia energética, apoyo al sector agrícola,fomento de electromovilidad, gobernanza hídrica e impulso al consumo de productos locales, entre otros aspectos relevantes.

Avanzar en esas materias es más que urgente. En ellas se va la vida de las nuevas generaciones, tal como dijo Isis Riquelme ante 120 líderes mundiales.

Hace más de una década, distintos estudios nos indican la oportunidad que significa para los países la adopción de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) y de la banda ancha, destacando la importancia cada vez mayor de la economía digital.

En este sentido, la CEPAL en el estudio "Cambio tecnológico: desarrollo y demanda de habilidades digitales", sostiene que la economía digital está cambiando el mundo con un especial impacto en el ámbito productivo. "Según la OECD la economía digital y sus inversiones de capital en Tecnologías de Información y Comunicaciones explican el 40% del crecimiento del producto en sus países miembros (OCDE, 2019)." En el mismo estudio, se indica que para Chile se proyecta que la economía digital contribuye en menos del 10% del crecimiento del PIB. Si observamos esta cifra, es muy menor a la del promedio de los países de la OECD, dándonos una señal de alerta sobre la brecha de oportunidades en la economía digital.

Frente a esta realidad, uno de los desafíos que debemos asumir es el vinculado a la brecha entre demanda y la oferta de profesionales en el área de TICs en Chile.

En este ámbito, el centro de estudios EDUTIC, en una investigación presentada durante este año, reveló que la formación de técnico y profesionales, especialmente en Latinoamérica, se está viendo superada por la demanda en los distintos sectores de la economía.

Así, en la actualidad no basta con formar técnicos y profesionales especialistas en TICs, sino que se requiere de la creación de programas académicos que respondan a las nuevas necesidades, y que además en las carreras profesionales tradicionales se incorpore el componente digital, como una herramienta de empleabilidad. Desde dicha perspectiva, durante este último año hemos visto como las distintas áreas y sectores económicos se adaptan a esta nueva realidad. En Santo Tomás Valdivia, relevamos el trabajo de tele rehabilitación con el Cesfam Externo y el programa Vínculos. O la forma, en que han incorporado carreras como Psicología, Servicio Social o Derecho este componente.

A esto se suma, la labor que realizamos con las carreras de Diseño de Videojuegos, e Ingeniería en Informática, formando a profesionales para hoy y el futuro.De esta forma, estamos respondiendo al desafío de contribuir a una creciente y desafiante economía digital.

Laura Bertolotto Navarrete

Rectora Santo Tomás Valdivia