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"El gobierno debe asumir que por su poca instalación, tiene baja adhesión ciudadana"

La legisladora repasa la semana de desencuentros entre la DC y La Moneda, dice que han sido ninguneados por el gobierno, que el ministro Jackson pecó de "soberbia" en el quinto retiro, del cual ella era partidaria, pero que están dispuestos a dar vuelta la página y ayudar. También aborda el trabajo de la Convención y la violencia en Arauco.
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Este jueves el Presidente Gabriel Boric se reunió en La Moneda con la directiva de la Democracia Cristiana (DC), encabeza por el alcalde Felipe Delpín. No era un encuentro solo protocolar, sino el intento por limar asperezas con el tradicional partido, el cual se sintió "maltratado" en todo el proceso que derivó en el rechazo a los dos proyectos de retiro de fondos desde las AFP, incluyendo el "acotado" presentado por el Ejecutivo.

La DC no es lo que fue hace 10 o 20 años, pero sigue teniendo una maquinaria partidaria que puede ser fundamental para que el Gobierno consiga en el Congreso, donde no tiene mayoría, algunos votos para intentar materializar su programa.

La diputada por la falange Joanna Pérez (quien perdió las elecciones internas por estrecho margen), estuvo en la primera línea de las negociaciones por el fallido proyecto del gobierno de retiro "acotado". Dice que es cierto que se sintieron maltratados, pero que de todas formas están disponibles para conversar propuestas que apunten a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

-¿Con qué sensaciones se quedó durante esas negociaciones?

-Yo creo que hemos ido entrando en un momento complejo en que todos tenemos incertezas. Por lo tanto, hay que actuar con mucha responsabilidad política, sin populismo, con generosidad, y veo que eso no estuvo en estos días en el Congreso, en las Cámaras, y en la forma en la que actuó el gobierno. Nosotros siempre hemos dicho que hemos tenido la mejor disposición. Nos habíamos sentado al inicio con el ministro (Mario) Marcel para acompañar, para apoyar ideas y propuestas, para conversar el tema de pensiones y surge esta salida. Entiendo al gobierno por buscar una salida, y nosotros estábamos disponibles inclusive a embarcarnos en eso, pese a lo difícil que era su aplicación, pero el gobierno tardó en esas señales porque no tuvo dentro de su coalición el ordenamiento necesario y oportuno. Me refiero a que cuando el Presidente da una postura, su coalición debe acompañarlo y no buscar distintas alternativas que finalmente lo debilitaron. A mi juicio, y lo sostengo con mucha responsabilidad, su proyecto era una mala política porque era impracticable y por lo tanto, como era muy poco probable que funcionara, íbamos a tener que estar dando explicaciones. Yo se lo transmití a mi bancada tempranamente, que esto iba a tener letra chica. Además, el gobierno optó por dividir, porque decidió entrar en otra comisión dividiéndonos en lo político.

Sin perjuicio de eso, creo que hoy luego de esto hay que ponerse las pilas todos para buscar soluciones distintas. Para eso necesitamos mucho más diálogo porque el país enfrenta muchas incertezas y en la urgencia se necesita mucho más diálogo para llegar oportunamente con ayuda a las personas, y en los temas de mediano y largo plazo también, porque no podemos inmovilizarnos por un proceso constituyente que no sabemos cuál va a ser el destino, porque puede aprobarse o rechazarse, y habrá que en su momento tomar caminos, pero tampoco podemos dejar de vivir el presente, el hoy.

-¿Los dos proyectos eran malos?

-Yo creo que para la situación económica que se vivía y que

"Hoy las encuestas marcan que la gente no percibe que (el gobierno) lo esté haciendo bien y no tiene los votos suficientes en el Congreso para hacer los cambios o las reformas que prometió. Por lo tanto, tiene esa obligación de conversar y nosotros estamos disponibles".

demanda la gente, el proyecto que ya veníamos trabajando, que era universal, era bueno para las familias, porque lo necesitan y porque es amplio, pero para la economía era complejo. El del Gobierno, que si bien seguía siendo complejo para la economía, era malo porque iba a ser impracticable.

-Usted hace un mea culpa también. ¿Había una tercera vía?

-Yo le anuncié al ministro (Jackson) que era tan probable que se aprobaran como que se rechazaran los dos proyectos, y que entráramos en la misma dinámica que habíamos entrado antes, porque efectivamente si el gobierno no hubiera buscado a su gente para rechazar el retiro universal, probablemente era una alternativa aprobar los dos. Lo veía viable y se lo transmitimos al ministro. Pero él pecó de falta de humildad, o soberbia, derechamente, porque dijo que tenía los votos y las firmas de todos los presidentes de los partidos de su coalición y por lo tanto me imagino que por eso a la DC no le fue a pedir apoyo. Nunca lo vimos, hasta horas antes de la votación, cuando ya no tenían los apoyos. Lo que nos pedía es que nos desembarcáramos del otro proyecto y ellos tenían un acuerdo con la derecha que iba en la línea de la inexpropiablidad de los fondos de pensiones. Tanto la DC como el PDG (Partido de la Gente) se quejaron de que estas propuestas del gobierno se conocieron un día antes de que se ingresara al Congreso y uno dice, bueno ¿tiene la voluntad el gobierno de hablar en este y otros temas? Faltó diálogo, faltó acercamiento, faltó algo más. El ministro Jackson fue a nuestra bancada, estuvo 20 minutos y luego venía la discusión de este proyecto para el que él pidió tratamiento urgente al presidente (de la comisión, Alberto) Undurraga; entonces no pudimos conversar, porque ellos ya tenían fijado lo de llevar los dos proyectos el mismo día, ojalá lo antes posible y matar el tema, más allá de si salía uno u otro y sacarlo de la Cámara. Uno puede hacer su mea culpa, pero también tenemos derecho a fijar una postura y la que fijamos fue justamente insistir en aprobar el nuestro.

-¿Con qué terreno se encontrará el gobierno en las discusiones que vienen sobre el sueldo mínimo, la reforma tributaria y las 40 horas?

-Nosotros no somos una bancada que no sea capaz de dar vuelta la página y trabajar por la gente. Nos eligieron para eso. No estamos solo para negar los espacios. Lo dijimos, las cosas buenas las vamos a apoyar y las cosas malas las vamos a decir. Tenemos la independencia para eso. Eso es lo bueno de tener un partido que no es parte del gobierno, que quiere ayudar, pero también se quiere hacer respetar. Nosotros tenemos que ser capaces de avanzar y si tenemos respeto de trabajo en conjunto, creo que podemos partir de nuevo. Y también con un Gobierno que asuma lo que es y lo que tiene, que hoy, lamentablemente, por su poca instalación, tiene una baja adhesión ciudadana. Por lo menos hoy las encuestas marcan que la gente no percibe que lo estén haciendo bien y no tiene los votos suficientes en el Congreso para hacer los cambios o las reformas que prometió. Por lo tanto, tiene esa obligación de conversar y nosotros estamos disponibles. Y espero que podamos iniciar luego ese debate.

-¿Y usted cómo cree que lo ha hecho el gobierno?

-Dentro de su coalición, el Gobierno tiene muchas diferencias e intereses y cuesta, no es fácil. Hemos visto cómo Daniel Jadue ha salido a decir enrostrar que va a ser muy difícil que puedan avanzar en las reformas y por otro lado tenemos una serie de partidos que no son parte, que adhieren de alguna manera, pero que también están complicados, porque en la popularidad se puede ver mucha unión, pero cuando los momentos son complejos, también se hace más compleja la convivencia en lo político. Nosotros como partido hemos tomado una buena decisión que es decir "no estamos ahí". Lo ha refrendado el mismo Presidente Boric, que lo haya dicho como lo haya dicho, ha servido para que a la ciudadanía le quede claro que la DC no es parte del gobierno, pero está dispuesta a ayudar. Pero también tenemos independencia y autonomía desde lo que representamos, porque también hemos sido bien ninguneados desde nuestra representación por este gobierno, antes y ahora, pero aun así, por lo que representamos, por la experiencia, porque hemos sabido gobernar, por nuestros cuadros políticos y técnicos, es un partido activo que quiere actuar.

-¿Y está suficientemente cohesionado el partido? Usted perdió la presidencia por muy pocos votos.

-Nosotros tenemos que activarnos mucho más. Probablemente nos falta aunar mucho más un trabajo partidario y creo que eso va a venir. Yo quise también, en un acto de generosidad, integrarme y apuntalar esta mesa. Tenemos la voluntad. Otros se van para la casa y dicen "vamos a armar algo nuevo", nosotros no, sin perjuicio de que seguimos activos, porque representamos una vertiente dentro del partido que quiere avances, progreso desarrollo, pero que quiere también respeto a la DC.

-Algunos militantes incluso han planteado cambiarle el nombre al partido. ¿Sigue manteniendo su esencia la DC o son tiempos para repensar el partido?

-Yo creo que sí podemos modernizar y hacer muchas cosas, pero la DC tiene una trayectoria, está presente en cada comuna. Creo que sería muy violento cambiar el nombre y el partido. Pero creo que sí tenemos que tener una forma distinta de relacionarnos con nuestra militancia. Vienen momentos positivos para la DC, porque se va a valorar mucho más la consistencia y quienes están en un trabajo moderado por el país, pero con estabilidad. Eso no es lo que está representando ni la Convención Constitucional ni el gobierno, y la gente ya vemos cómo lo ha evaluado en las encuestas. Creo que viene el espacio para el centro político, que estuvo huérfano en estas últimas elecciones entre la extrema izquierda y la extrema derecha.

-¿Le gusta lo que está saliendo de la Convención?

-Nosotros no hemos querido obstaculizar nada de ese trabajo, pero veo con preocupación muchos de los temas que se están abordando. No voy a tomar ninguna decisión de salir por apruebo o rechazo anticipadamente, quiero revisar el documento que nos propongan y luego tomar una posición política, pero lo que sí considero es que debe ser tan válido el apruebo como el rechazo, porque así es la democracia y por eso el voto es obligatorio. En caso de que gane el rechazo, lo que no puede pasar es volver a la Constitución del 80. Hay hartas vías que se están conversando y si se aprueba hay muchas leyes que van a tener que modificarse, porque esta es una carcasa que después hay que seguir trabajando, así que la nueva Constitución o el fracaso de esta no significa que quedamos tal cual o que partimos de un día para otro. Hay que construir.

-¿Qué temas le preocupan?

-Tengo preocupación en algunos temas como los equilibrios de poderes. Yo difiero de lo que se está haciendo. Quizás en los temas sociales voy a estar un poco más de acuerdo, pero es lo que complejiza. Por ejemplo, en el tema del hiperpresidencialismo no veo que se esté avanzando nada, yo soy defensora de la descentralización y me parece muy bien hablar de ello, pero acá se está potenciando una figura que a lo mejor puede ser reelecta y se está dejando una sola Cámara (en el Congreso) que puede ser peligroso.

-En estos días finalmente se han comenzado a aprobar derechos fundamentales, ¿por ahí debiera ir el trabajo de la Convención?

-Sí, yo creo que efectivamente en este tema de los derechos es lo que la gente esperaba y parece que la Convención Constitucional estaba más preocupada, al menos ideológicamente, en pasarles la cuenta a ciertos poderes y dar señales que no ayudan a esa cohesión que buscamos. Nosotros queremos ver los temas sociales, de vivienda, de previsión social, creo que eso es lo que a la gente le importa. El principio de subsidiaridad, dónde va a estar presente el Estado o no. Espero que ahora al menos avancen en estas materias.

-Usted es diputada por la zona de Arauco, ¿piensa que debe volver el estado de excepción?

-Yo siempre dije que el estado de excepción, para quienes viven en la zona, daba una sensación falsa de seguridad, y para las autoridades se utiliza mucho como que ya están haciendo lo suficiente. Pero eso no basta. Más allá de si vuelve o no vuelve o si están los policías en la calle, hay que restablecer el estado de derecho. Lo que se debe hacer es aislar a las comunidades pacíficas que quieren el desarrollo, el progreso en el territorio, mapuche y no mapuche, y en eso trabajar con ellos y buscar una línea de acción clara y concreta. Estoy de acuerdo en el diálogo, pero no puede ser con todos, porque hay personas que no quieren dialogar.

La diputada Pérez en un diálogo con el ministro jackson, a quien acusa de haber pecado de soberbia esta semana.

"(Jackson) pecó de falta de humildad, o soberbia, derechamente, porque dijo que tenía los votos y las firmas de todos los presidentes de los partidos de su coalición y por lo tanto me imagino que por eso a la DC no le fue a pedir apoyo. Nunca lo vimos, hasta horas antes de la votación, cuando ya no tenían los apoyos".

"Más allá de si vuelve o no vuelve (el estado de excepción en la macrozona sur) o si están los policías en la calle, hay que restablecer el estado de derecho. Se debe hacer aislar a las comunidades pacíficas (...) Estoy de acuerdo en el diálogo, pero no puede ser con todos, porque hay personas que no quieren dialogar".