El lunes se publicó en el Diario Oficial el decreto que enuncia la creación del Santuario de la Naturaleza de Llancahue. A grandes rasgos, esto significa que el Estado deberá tutelar la preservación de la naturaleza, así como velar por la protección y conservación de la diversidad biológica de esta localidad. Esto es una excelente noticia para la región y para quienes trabajamos por el cuidado y protección desde y por el territorio. En la región, hemos sido testigos en primera persona, de como proyectos de diversas índoles - inmobiliarias, por dar un ejemplo-, han intervenido los espacios naturales sin la realización de los respectivos estudios de impacto medio ambiental, generando daños irreversibles para los ecosistemas, es decir, para la flora, fauna y vecinos y vecinas que habitan dichos espacios.
El Santuario de Llancahue alberga una enrome biodiversidad, el cual aloja árboles como el canelo, coigües, ulmos, y también, contiene importantes reservas hídricas con las cuales se abastece de agua la capital regional de Los Ríos. Estos espacios, que cumplen tareas fundamentales para el desarrollo de nuestra ciudad, ahora se encuentran legalmente protegidos.
Sin embargo, estas declaraciones siempre deben ir de la mano con la participación de la ciudadanía. El deber de informar a las y los vecinos y de generar políticas públicas tendientes a concientizar a las personas respecto a la sana convivencia entre los humanos y el medio que lo rodea, es fundamental para que medidas como estas signifiquen una verdadera protección y tutela de la naturaleza.
De esta forma, podemos seguir protegiendo los ecosistemas del país por la vía legislativa, administrativa e incluso judicial, sin embargo, si aquellas no van acompañadas de políticas públicas de educación ambiental que se apliquen con pertinencia territorial, es probable que sigan existiendo personas y prácticas dañinas que sin medir los impactos de sus actos, sigan generando afectaciones de menor o mayor medida las cuales, ante el complejo escenario actual, puede significar importantes consecuencias para nuestras vidas.
Sin medidas educativas que informen y acerquen a las y los vecinos las formas de cuidar y respetar el medio ambiente, se seguirán cometiendo los errores que han conducido al actual escenario mundial. No cabe duda, que tenemos que seguir avanzando en proyectos de protección, los cuales, siempre deben ir junto con jornadas de trabajo con las comunidades que vinculen a las acciones institucionales con la realidad territorial.