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por lo tanto, le he dicho al equipo de mi región que tiene que empezar cada uno de ellos a asumir su propia tarea en mi representación. Yo trataré de estar todo lo que pueda con las organizaciones sociales, pero no puedo abandonar mi tarea principal, que es intentar generar proyectos de ley que le cambien la vida a la gente.

¿Cuáles serán las prioridades a partir de su regreso y desde su rol en el Senado?

-En este momento tengo tres comisiones. La de salud, que creo será mi foco principal. La segunda, es agricultura; siento que la cuestión alimentaria, el daño que se le ha hecho a la producción nacional al sustituirla por importaciones nos coloca en un grave riesgo, como el que estamos viviendo ahora, donde tenemos que bailar los precios internacionales de los fertilizantes, de las semillas, y en esa misma línea voy a ser lo más duro posible para evitar que inescrupulosos se aprovechen de las necesidades de la gente; recordemos que con los diputados Hernández y Espinoza fuimos los que iniciamos toda la denuncia y la investigación, que nos dio la razón, de la colusión de la leche y cambió la realidad nacional después que lo hicimos...; en mi comisión de Agricultura acordamos ya echar a andar formalmente el comité se seguridad agroalimentaria. Ese es mi segundo tema, y ahí veremos en qué otros me concentro, porque también seré parte de otras comisiones.

Usted es una persona muy activa, ¿cómo enfrentará este tiempo sin poder dedicarse a la labor legislativa, a estar en terreno?

- (Ríe) Yo ya quisiera salir a terreno. De hecho no me he desconectado. En cuanto pude, le pedí a mi jefe de gabinete Gonzalo Duarte y a Eugenia Subiabre, que es mi encargada de prensa, que me vayan informando de lo que va pasando en temas principales. Como bancada teníamos una reunión con el Presidente Boric el lunes 9 en Santiago para hablar de política y no pude llegar. En lo personal, yo sentía que el gobierno estaba dejando de gobernar, sentía que el gobierno estaba esperando los resultados de la Convención Constitucional y eso no podía ser; yo le iba a plantear eso al Presidente, así como los temas de seguridad, en donde no sólo los problemas están en la Araucanía sino que en todas las regiones de Chile, la inseguridad hoy día es un problema mayor que debe preocupar al gobierno. Afortunadamente, esta semana el gobierno reaccionó y ya hay algo un poquito más integral en la región de la Araucanía y ya hoy día están hablando de la ley de control de armas.

De todo esto yo me he mantenido al tanto, dentro de las restricciones que tengo para moverme, ya que no puedo salir de mi casa, debo hacer los ejercicios de brazo y cuerpo que me han dicho, el riesgo de una caída existe, mi esposa me trajo unos bastones que los tenía como reliquia en mi casa, pero opté por una varita de maqui seco que corté hace tiempo en la parcela, que allá la uso para caminar con mis perros. Hay una cuestión administrativa, no puedo llegar al Congreso Nacional o aparecer públicamente porque estoy con licencia médica y hay que ser respetuoso de las restricciones de la licencia, pero cuando tenga que opinar en cuestiones que a mí me parezcan importantes, lo voy a hacer saber de todas maneras.

¿Ha podido seguir el término del debate constitucional? ¿Cuál es su opinión del borrador constitucional?

-Es tan delicado lo que ha estado pasando con la Convención Constitucional, partiendo por los retrasos del inicio, errores que han generado preocupación, confusión y una serie de reacciones en la comunidad nacional y que, a última hora, los convencionales comenzaron a corregir. La verdad es que estando en la UTI me era muy difícil leer las cerca de 200 páginas que tiene este borrador, que es un primer borrador. Ahora, ya sabemos que las comisiones de Armonización y de Preámbulo son adornamientos, la clave de todo lo que está dicho en el borrador está en lo que se resuelva en la comisión de artículos transitorios. Si esta comisión resuelve bien algunas decisiones que se han tomado y después todo esto queda supeditado a las leyes que deberán ser implementadas en un plazo que la propia comisión transitoria debería fijar, eso nos puede dar una mayor tranquilidad. Yo estoy inquieto, debo ser franco, por cómo resultó ser de manera comprimida, apurada la Constitución; sin embargo, quiero ser muy responsable, no puedo emitir una opinión mientras no esté el borrador final, lo que apruebe el pleno luego de la comisión de artículos transitorios. Siempre esperé que la Convención pueda asumir este trabajo con la mayor seriedad, con la mayor precisión posible, porque con la Constitución no se juega, la Constitución es todo, es lo que permite dar confianza a toda la ciudadanía, a la señora que espera tener un Chile más justo, a las familias que esperan tener más oportunidades, al empresario que espera hacer inversiones con seguridad y con certeza.

El Senado entregó una propuesta de normas transitorias, donde llama a respetar íntegramente los mandatos de los nuevos senadores ¿coincide con esa solicitud?

-No es cuestión de que uno defienda la pega, a mí me da lo mismo si se llama Senado o cámara de lo que sea. Pero lo que ocurre es lo siguiente: los parlamentarios, en general, sean de la Cámara de Diputados y Diputadas o del Senado, tenemos un mandato constitucional de cumplir una tarea y ese es un mandato que la ciudadanía nos entregó. La nueva propuesta que hasta el momento existe es que la Cámara de Diputados y Diputadas también desaparece, porque lo que viene es nuevo, son más parlamentarios, son nuevos parlamentarios, el Senado desaparece y se transforma en una Cámara de Regiones, donde las funciones no están todavía del todo claras, si bien es cierto se corrigieron varias cosas.

A mí no me preocupan tanto los nombres, me preocupan las atribuciones, y me preocupa que el Congreso Nacional tal como está propuesto en la Convención realmente dé respuesta en velocidad, en capacidad y en integralidad al trámite legislativo, si no para qué, no tiene ningún sentido cambiar el nombre de las cosas si vamos a hacer lo mismo o menos que antes. Y vuelvo a repetir, estoy preocupado e inquieto por cómo se dio la última etapa de la Convención Constitucional, donde perdieron mucho tiempo en cuestiones administrativas y en cuestiones menores y usaron el final, concentradamente, para los derechos sociales de las personas.