Garantizar la seguridad local
El traslado de reos de alta peligrosidad a Valdivia obliga a recordar el informe de Gendarmería sobre las bandas en las cárceles. Un total de 570 grupos delictuales organizados han sido detectados al interior de penales. Desde ahí controlan acciones exteriores de narcotráfico, que incluyen armas...
Un informe preparado por Gendarmería en 2021 e incluido en el Observatorio de Narcotráfico de la Fiscalía Nacional, da cuenta de la existencia de bandas delictuales organizadas al interior de las cárceles chilenas. En todas ellas, incluyendo a la de Valdivia.
Entre las páginas 132 y 148 de ese texto se proporciona un detalle completo y se afirma que, "al 30 de abril de 2021, se han identificado un total de 570 bandas criminales recluidas en los recintos penitenciarios a nivel nacional, que considera un total de 1.936 integrantes, de ellos, 1.534 chilenos y 402 extranjeros (de estos últimos, 144 corresponden a internos de nacionalidad colombiana)". (http://www.fiscaliadechile.cl/Fiscalia/quienes/observatorio_2021.pdf)
Añade datos del crecimiento de la narcodelincuencia dentro del sistema cerrado, de poder adquisitivo de algunos internos y de los nexos comprobados entre esos grupos criminales y redes en el exterior.
Es en este contexto que debe entenderse la gravedad del descubrimiento, producido el 22 de junio pasado, de tortura y extorsión en la cárcel de Colina 1. De acuerdo a la información publicada hasta ahora, los grupos implicados eran principalmente de extranjeros, con identidades y antecedentes poco comprobables, ubicados en pabellones de reos primerizos, a quienes atacaban, luego mandaban videos a sus familias y cobraban por su "seguridad" entre $30 y 40 mil diarios, que los parientes debían pagar fuera de la cárcel.
42 reos de alta peligrosidad implicados en ese caso, fueron trasladados a distintos puntos del país. Ocho de ellos llegaron a Llancahue. Y hay inquietud ciudadana, no solamente por lo que ellos puedan generar dentro del penal local -que no es un recinto de alta seguridad- sino por el efecto que su presencia genere en la ciudad. Y ese temor se suma a hechos ya denunciados públicamente antes, sobre la presencia de reos por narcotráfico, enviados desde Santiago y cuyos grupos cercanos se instalaron en poblaciones valdivianas, con armas y drogas. Todo coordinado.
Claramente las personas condenadas deben cumplir sus penas en total respeto de sus derechos. Pero, al mismo tiempo, es preciso reforzar medidas de seguridad que tranquilicen a la ciudadanía. Hay anuncios al respecto; pero su implementación rápida es clave.