"El servicio público es algo que heredé de mi madre y lo llevo en el alma..."
PROFESIONAL. Luego de dejar la docencia, trabajó en el Ministerio de Economía y ha sido un destacado dirigente social.
Ex profesor normalista; empleado público; dirigente gremial, vecinal, político y deportivo, Arturo Enrique Goddard Bravo no duda en señalar que "el servicio público es algo que heredé de mi santa madre y lo llevo en el alma. Ella me enseñó a servir y toda la vida me he dedicado a eso".
En la tranquilidad de su hogar en el Barrio Santa Elena y junto a su esposa Margarita, quien lo acompaña desde hace 49 años en cada paso de su andar, Arturo Goddard agrega que en todas las responsabilidades que ha asumido a través de su vida existe vocación de servicio y se siente realizado.
En 1990 y tras 22 años de servicio en la educación, tomó una de las oportunidades que le presentó la vida y asumió un desafío en un área que hasta ese momento le era desconocida. Se integró al aparato público como funcionario del Ministerio de Economía en Puerto Montt, capital de la Región de Los Lagos: "Me quedé en esa área y no volví a la educación. Busqué mejorar mi calidad de vida y la de mi familia, además de un futuro más próspero, que es el que tengo hoy y donde veo con pena cómo mis colegas profesores viven con unas pensiones tristes y penosas".
¿En qué momento y cómo se produjo su regreso a Valdivia?
-En Puerto Montt era jefe de gabinete del seremi de Economía y cuando se creó la Región de Los Ríos, volví a Valdivia para hacerme cargo de la instalación de la seremía. Por eso hay dos cosas a las cuales quiero de manera especial en la vida: la insignia de mi Escuela Normal, a la cual le debo todo; y la otra es el orgullo de que siendo un simple profesor normalista, fui la persona que le dio vida a un ministerio en esta región. Esas dos cosas quedaron en mi espíritu y a los 73 años de edad, sigo haciendo lo mismo: "Sembrando", siempre sembrando, como decía Belmonte (periodista y poeta español). Es la única manera de poder formar personas. Por eso, pese a estar fuera del aula, sigo formando, educando, tratando de ayudar. Es algo que uno nunca pierde.
¿Cuándo nació en Ud. el interés por ser dirigente social?
-Nació de mi madre. Ella fue una de las fundadoras de la Falange Nacional y de varias organizaciones de beneficencia en Valdivia. Fue la primera persona que formó un comité en el antiguo barrio Angachilla, hoy General Schneider, y que puso luz eléctrica y agua potable a través de beneficios entre los vecinos. De niño la vi trabajar así, siempre soñé con ser como ella. Y creo que lo logré.
¿Cómo ha sido su experiencia como dirigente vecinal?
-Me tocó ser fundador y presidente de la Junta de Vecinos Barrio Santa Elena, desde el 2 de mayo de 2008 hasta el 2013. Les dejé una sede social y varios adelantos.
¿Y su experiencia en el deporte?
-Fui presidente del Deportivo Escudo de Angachilla, en la entonces Liga Particular de los Barrios; jugador y dirigente del Deportivo Escuela Normal, además de técnico de sus series bajas. Jugaba de "8" (mediocampista creativo) y una vez vino a jugar a Valdivia un equipo B de Deportes La Serena. Su entrenador Dante Pesce me llamó y me dijo que tenía muchas condiciones, pero que era muy chico. Si no, me llevaba.
También ha sido dirigente de los ex profesores.
-Durante muchos años fui presidente del Coro de Profesores Jubilados. En el año 2008 junto a los colegas César Franque, Luis Paredes y Héctor Aburto formamos el Centro de Ex Alumnos de la Escuela Normal de Valdivia y lo presidí hasta el 2016. Hicimos varios encuentros con normalistas de todo el país e incluso llegaron del extranjero. Ahora colaboro con la Agrupación de Profesores Jubilados de Valdivia, porque el espíritu normalista permanece.
A estas alturas de la vida, ¿se siente un hombre realizado?
-Tengo tres orgullos importantes en mi vida. Uno es haber tenido dos padres extraordinarios, que a los cinco hijos nos educaron con esfuerzo y nos entregaron las herramientas para luchar en la vida. El segundo es haber construido un hermoso hogar, matrimonio y familia, con una esposa maravillosa. El tercero, que debiera ser el primero, es la vocación de ser profesor, un profesor normalista. Creo que hoy, la educación chilena necesita y es un sueño que vuelvan las escuelas normales, pero es imposible. Podría existir un ente formador de profesores por vocación, que aprendan a enseñar, porque el profesor es un transmisor de cultura, de hábitos, de buena conducta y respeto, que lamentablemente se han ido perdiendo. Esas cosas me han llenado la vida. Tengo pocos amigos, pero muy buenos. Soy una persona sociable, que puedo subirme a un colectivo y hablar con el chofer durante una hora. También me hace feliz escribir, colaborar para las cartas del Diario Austral, al cual considero mi diario y le agradezco de corazón esa oportunidad. Y quiero decirlo y agradecerlo ahora, porque nadie sabe si mañana o pasado estaré aquí.
"Podría existir un ente formado de profesores por vocación, que aprendan a enseñar, porque el profesor es un transmisor de cultura...".
Arturo Goddard Bravo, Ex profesor normalista
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