Los últimos acontecimientos han permitido la reflexión profunda del país entero. La expresión de la ciudadanía, a través del voto que nos da la democracia, reflejó la disconformidad con un proceso que, legítimamente buscaba alcanzar los cambios que históricamente nuestra ciudadanía ha demandado. Sin embargo, hubo desacuerdo y frente a eso, los desafíos que hoy se presentan, nos demandan responsabilidad, análisis honesto de los resultados y compromiso para enfrentar un nuevo momento, que permita atender el sentir de chilenos y chilenas.
Hoy debemos trabajar por una nueva Constitución. Debemos terminar con el Estado subsidiario y avanzar hacia un Estado de derechos garantizados, hacernos cargo de aquellos temas que están pendientes de resolver y que se fueron acumulando en los últimos 40 o 50 años: medioambientales, descentralización, seguridad social, salud y educación, temas absolutamente ineludibles de atender porque son parte de la crisis que hoy día estamos viviendo. Una nueva Constitución debe ayudarnos a generar una orientación país que apunte a construir una sociedad más justa e inclusiva.
Es importante mencionar que la autonomía de los Gobiernos Regionales, en términos políticos, electorales y administrativos, produce cierta tranquilidad frente a efectos de carácter nacional, lo que nos permite seguir impulsando nuestro programa de trabajo, además de seguir avanzando junto a la Asociación de Gobernadores y Gobernadoras en las medidas de profundización de la regionalización.
El cambio de gabinete recientemente anunciado nos genera esperanza, porque en la línea del fortalecimiento de las regiones hemos planteado cuestiones muy positivas, que estamos seguros serán bien acogidas por los nuevos ministros y ministras. Hay desafíos en temas ligados al desarrollo social, donde institucionalmente debemos afianzar un trabajo para llevar adelante los planes de desarrollo para nuestros pueblos originarios; la aplicación del convenio 169 en las comunidades de Isla Huapi, que permita reconocer derechos ancestrales de propiedad para ejecutar proyectos desencadenantes del desarrollo, como lo son el agua potable y alcantarillado.
Tenemos que seguir avanzando en los programas de conectividad terrestre y digital, también en seguridad pública. Junto al Consejo Regional aprobamos más de $800 millones para fortalecer el trabajo de Carabineros, que complementará el que estamos impulsando para mejorar nuestros barrios y llegar de mejor manera a los niños, niñas y adolescentes, con el objeto de instalar nuevos valores, generar actividades formativas y fortalecer el espíritu de convivencia.
He visto mucha responsabilidad en asumir las tareas de futuro, tanto en nuestras autoridades locales, regionales y nacionales, que en definitiva son las tareas que Chile debe darse. Esa es la línea en donde debemos mantenernos para avanzar hacia un país, en donde todas y todos puedan tener una vida plena.
"Una nueva Constitución debe ayudarnos a generar una orientación país que apunte a construir una sociedad más justa e inclusiva..."