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producto de las tropelías que algunos de sus miembros han cometido. En ese contexto, la gente del centro político y de la centroizquierda está huérfana hoy día de representación y es hacia allá donde tiene que apuntar la Democracia Cristiana.

¿Qué opina de la renuncia de Felipe Delpin? ¿Abre espacios para la fórmula de una directiva integrada que han planteado ex timoneles?

-Creo que es urgente tomar esa determinación, por cuanto lo que estamos viviendo ahora es muy penoso, en donde unos le quieren pasar las cuentas a otros y los otros le quieren pasar las cuentas a los anteriores. Lo único a lo que lleva esa conducta es a la autodestrucción, es a la división del partido.

Creo que no es el momento de convocar a una elección donde nos vamos a polarizar más aún, tampoco es el momento de dilatar la intención que tiene que ser muy clara y contundente para tratar de unir. Lo vuelvo a decir, el verbo clave para el gobierno es gobernar y para la Democracia Cristiana el verbo rector es unir, unir por las diferencias, unir sobre mínimos comunes. Por lo tanto, creo que mientras resolvemos lo del congreso ideológico y reposicionamos política e ideológicamente a la Democracia Cristiana necesitamos efectivamente una nueva directiva.

Nuestro capitán abandonó el barco, cuestión que es la antítesis de una buena conducción, porque justamente los buenos capitanes no se ven cuando el mar está calmo y el barco funciona, es muy fácil conducir así; como decimos en el sur de Chile con un poco de tierra, agua y tractor cualquiera es agricultor, entonces, cuando se navega en aguas quietas siempre uno está seguro de que va a llegar a puerto, los verdaderos capitanes se prueban cuando navegan en tormenta. Y si el barco se hunde, el capitán es el último en escapar.

Yo lamento mucho que haya ocurrido eso por difícil que estén los tiempos, porque aquí hay que llegar hasta el final intentando resolver los problemas de la institucionalidad no los problemas de los personalismos.

¿Cómo debería ser la nueva conducción?

-Esa nueva conducción no puede ser la subrogancia de la subrogancia. Tiene que haber una conducción que ojalá sea de acuerdo, de consenso y de manera transitoria para recomponer el partido, porque la verdad es que someternos ahora a un proceso electoral va a volver a polarizar a un partido que está a un tris de desarmarse. Chile no se merece que se pierdan partidos políticos que han sido importantes.

Las cosas son como son y hoy día la Democracia Cristiana necesita unidad y para eso requiere una directiva con ese ánimo, no con un ánimo donde lo único que les preocupe es entrar al gobierno o lo único que les preocupe sea ser oposición; se necesita una unidad, primero, para fortalecerse como partido y, con ello, fortalecer la democracia y la participación en la vida democrática. Y eso lo permitirá una lista de consenso y esa hay que buscarla.

¿Usted estaría disponible para liderar o ser parte de esa nueva directiva?

-Nunca he ocupado ningún cargo dentro de mi partido, excepto una vicepresidencia hace muchos años. Nunca he tenido esas aspiraciones y los cargos más importantes que he tenido en mi vida, como delegado presidencial para armar la región de Los Ríos, como gobernador, como intendente, nunca los busqué, llegaron. Lo mismo me pasó como presidente de la Cámara, nunca estuvo en mis libros esa circunstancia, que nos haya ido bien es el resultado no de una capacidad individual, sino que del esfuerzo colectivo de mucha gente, aquí, en la región y en la Cámara.

Y en ese contexto, creo que, si uno milita o participa en una institución, en un club de fútbol, en una junta de vecinos o en un partido político, siempre tiene que estar disponible y dispuesto para poder aportar, la institución verá dónde uno puede aportar más y en este caso no es en absoluto distinto.

¿Cómo se posiciona la DC ante el escenario de un nuevo proceso constitucional?

-Hemos planteado una postura desde el principio. Y fuimos tres democratacristianos y un independiente-PPD, quienes bastante antes del plebiscito de salida propusimos el proyecto de la rebaja de los supra quórum, los que impedían las modificaciones de aquellas cuestiones relevantes y estructurantes de la Constitución. Logramos el apoyo en ambas cámaras a nuestro proyecto de rebajar los quórum de 2/3 a 4/7 y eso lo acerca mucho hacia el centro político.

Y mi postura entonces siempre ha sido: tenemos que tener una nueva Constitución. Se necesita estructurar una que esté mucho más armonizada y que dé cuenta del Chile no solamente actual sino que del futuro.

Eso no ha variado un ápice, necesitamos una Constitución; necesitamos, primero, que esto se haga democráticamente, porque ya hay algunos que quieren a dedo nombrar a algunas personas para que puedan escribirla; segundo, que no podemos partir de cero, esto no es una hoja en blanco como se dijo en el proceso anterior, si Chile no nace con los millennials.

En este caso, tenemos una base, tenemos un Estado social de derecho que yo creo que no tiene retroceso y que fue definido en este proceso constituyente; tenemos una actitud frente a los compromisos ambientales que no puede tener retroceso porque Chile es uno de los diez países más susceptibles a los efectos del cambio climático; tenemos una postura frente a los pueblos originarios que la Convención Constitucional la recogió de manera equivocada, porque en las preguntas que se le hicieron a los pueblos originarios, particularmente al mapuche, iba para otro lado, pero existe un compromiso de relevarlos. En los aspectos de regionalización creo que hubo un profundo equívoco en la manera de descentralizar, hay que entregar atribuciones, pero hay que hacerlo de una manera distinta, que no colisionen las instituciones; hay que hacer desaparecer las delegaciones presidenciales que, en mi opinión, nunca debieron existir porque lo único que hicieron fue romper la conducción de territorios que son frágiles, hoy día el gobernador regional poca manija tiene excepto la de resolver el financiamiento de algunos proyectos en la región.

"Necesitamos una nueva Constitución, necesitamos recoger lo bueno de la propuesta de la Convención, pero necesitamos hacerlo de manera democrática y no a dedo..."

Iván Flores, Senador DC por Los Ríos.

7 de septiembre se conoció la renuncia de Felipe Delpin, quien en los últimos cinco meses lideró la directiva nacional de la Democracia Cristiana.

2014 fue el año en que Iván Flores comenzó su primera legislatura representando a la región de Los Ríos en la Cámara de Diputados. El 11 de marzo de 2022 asumió como senador.

2 elementos destacó el senador ante un nuevo proceso constitucional. Uno, que se haga democráticamente y, segundo, que no se puede comenzar con una hoja en blanco.

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