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A pesar de

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todo, alégrense

Las previsiones sobre el futuro del planeta no son esperanzadoras. Para muchos, son catastróficas. La realidad social, política y económica de nuestro país está llena de tensiones, que nadie sabe cómo podrán solucionarse. La crisis de fe, la pérdida de valores, el debilitamiento de tantas certezas presagia años difíciles.

Este sentimiento que tenemos hoy sobre nuestra sociedad, no es distinto al que se vivía en tiempos del profeta Isaías, quien escribe la primera lectura de hoy. El autor ha vivido en uno de los períodos más difíciles de la historia de su pueblo: Jerusalén y su templo maravilloso habían sido destruidos, las personas más capaces y preparadas habían sido deportadas a Babilonia y en la ciudad santa, reducida a un montón de escombros, solo quedaban los ancianos, los enfermos y los niños. Era un panorama sobre el que solo reinaban el silencio y la muerte: ninguna canción, ningún grito de alegría, solo tristeza y tantas lágrimas. Pues bien, justamente ante tal panorama ruinoso, el profeta pronuncia su oráculo lleno de optimismo: el desierto se transforma en una permanente primavera, en una alfombra de flores y de hierbas aromáticas, florecen narcisos y lirios, por doquier se oyen cantos de alegría y de júbilo.

Parece que el profeta delira, pero si se confía en el Señor, no tienen sentido el desaliento, los brazos caídos, las rodillas vacilantes. Quien se resigna frente al mal, quien lo considera ineludible muestra no creer en el amor y en la fidelidad de Dios, que está personalmente comprometido con la historia de su pueblo. Quien cree, no se desanima nunca, sino que reacciona, está convencido de que donde hoy el desierto se muestra árido e inhóspito, un día florecerá como un jardín.

Lo que el profeta anuncia respecto al sordo, al ciego y al mudo es lo que Jesús invita a Juan Bautista a reconocer, pues la transformación del mundo ya ha comenzado. Son las "flores del desierto" que comienzan a brotar. La invitación es a recorrer este camino santo, el camino que ha recorrido Jesús y que conduce al don de la vida. Es un camino interior, que te lleva al encuentro del otro en la verdad y la caridad. La invitación es a estar alertas y despiertos porque el Señor viene, la transformación ya ha comenzado y somos parte de ella.

Ana Delia Muñoz Aros: Una mujer llena de amor por los suyos

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Mujer de pueblo, humilde, esforzada y trabajadora. Amante de su familia, de su esposo, hijos y nietos, Ana Delia Muñoz Aros habría celebrado su cumpleaños el pasado 5 de diciembre, pero el destino quiso que se marche para siempre el 2 de febrero de 2016, a los 88 años de edad. Nació en el año 1927 y durante la mayor parte de su vida se identificó con el pasaje Las Rosas, de la población Inés de Suárez de Valdivia. En ese sector habitacional fue conocida por sus vecinos como "La Mami" y también como "Señora Ana". Formó su familia y hogar con Juan Bautista Biott Paillacar y de esa unión nacieron seis hijos: dos hombres (Víctor y Hernán) y cuatro mujeres (Pabla, Herta, Mónica y Alicia). Con el paso del tiempo, su descendencia se amplió a 18 nietos, 23 bisnietos y un tataranieto. Luego del fallecimiento de su esposo se transformó en padre y madre de sus hijos, a los cuales crió y educó con gran dedicación, esfuerzo, amor y cariño. Incluso, colaboró fuertemente en la crianza y educación de varios de sus nietos. Laboralmente, se desempeñó como asesora del hogar en casas de dos profesionales valdivianos del área de la medicina. Su nieto Yarko Ojeda Biott recuerda a su abuelita Ana Delia Muñoz Aros como una mujer "de corazón puro, que tenía amor para todos" y una persona en la cual "no existía la maldad". Incluso recuerda anecdóticamente que cuando sus nietos le decían abuela, ella se molestaba al comienzo, pero rápidamente cambiaba su actitud y terminaba colmándolos de risas, cariño, besos y abrazos. También recuerda que como buena matriarca, le gustaba celebrar sus cumpleaños junto a toda la familia y disfrutar con ellos una buena torta de frambuesa. "A pesar de los años y que al final tenía problemas de movilidad, celebró con alegría hasta el último de sus cumpleaños", agrega su nieto. Fanática de la cocina, la cazuela y las cosas dulces eran sus preparaciones favoritas. Ana Delia Muñoz Aros abandonó la vida terrenal el 2 de febrero de 2016 y su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal N° 2 de Valdivia.

5 de diciembre de 1927 nació Ana Delia Muñoz Aros, quien falleció el de febrero de 2016. Fue vecina del sector Inés de Suárez.

Marcos Segundo Guarda Holtheuer: Un año en la memoria y el recuerdo

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A un año de su partida, la familia de Marcos Segundo Guarda Holtheuer lo continúa recordando como un hombre que se fue de este mundo con la seguridad de haber realizado todo lo que quiso y se propuso en la vida. Nació en Futrono el 29 de noviembre de 1942 y fue hijo del matrimonio formado por Marcos Guarda Rosales y Marta Holtheuer Francke. Luego de estudiar sus primeros años en la Escuela María Deogracia de Futrono, continuó su enseñanza en Valdivia: en el Instituto Salesiano, el Liceo de Hombres y el Instituto Comercial, donde estudió Contabilidad. Posteriormente y como dueño de una personalidad dispuesta a nuevos desafíos, cumplió su formación como docente en la Universidad Austral. El 11 de octubre de 1969, Marcos Guarda Holtheuer contrajo matrimonio con Eliana del Carmen Neira Morales y fueron padres de Mirtha Paola, Claudia Andrea, Maritza Lorena y Marco Antonio, quienes prolongan la descendencia a seis nietos: Camila, Carolina, Patricio, Diego, Emilio y Dominga. Mientras estudiaba Contabilidad trabajó en la Empresa de Comercio Agrícola y luego en el Servicio de Impuestos Internos de Valdivia. Paralelamente con su profesión de contador, durante más de 38 años fue profesor en el Instituto Comercial y también en la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y el Instituto de Economía de la Universidad Austral. También tuvo una intensa vida de líder comunitario: fue presidente de la junta de vecinos de la población Perú y de la Asociación de Judo de Valdivia; dirigente del fútbol amateur; dirigente de los profesores del Liceo Comercial; director de la Corporación Alianza Francesa-Instituto Chileno Francés de Cultura; presidente comunal de RN en Valdivia; miembro de la Logia Valdivia 108 de la Masonería (grado 33); piloto aéreo e integrante del Club de Pesca y Caza. También, durante su juventud y adultez practicó rodeo, fútbol, boxeo y tenis; tocó guitarra y finalmente fue parte de un grupo folclórico de adultos mayores. A los suyos legó una infinidad de valores como amante de la naturaleza y su familia, del campo y los animales, de los viajes y los idiomas. Fue un hombre estudioso, empático y respetuoso de las libertades personales.

10 de diciembre de 2021 falleció Marcos Guarda Holtheuer y sus cenlzas descansan en su Futrono natal.