Hasta el 28 de diciembre fue ampliado el plazo para colaborar con la campaña de Navidad de Correos de Chile. Inicialmente la cruzada debía terminar el día 21, pero se extendió una semana más, con el objetivo de llegar a quince mil posibles beneficiarios y el tiempo adicional ayuda en esa dirección. Hasta el miércoles recién pasado -según se informó desde la institución- la cifra alcanzaba a 12 mil 500. Es decir, falta muy poco para alcanzar la meta.

La iniciativa es una convocatoria social creada por los carteros hace tres décadas, la cual ahora cuenta con organización y respaldo de la empresa estatal a nivel país. Básicamente consiste en que personas voluntarias cumplen los deseos de niños y niñas, que hacen llegar sus cartas al Viejito Pascuero a través de esta vía.

En un principio, quienes querían ayudar elegían una cartita físicamente y llevaban su regalo a las sucursales postales, donde se efectuaba una fiesta de entrega simbólica de los presentes. La pandemia obligó a hacer cambios en esa tradición y actualmente hay una plataforma a través de internet (navidad.correos.cl) donde se ingresa para seleccionar las solicitudes y apadrinarlas; luego se puede hacer los envíos de manera gratuita a cualquier punto de Chile, o llevarlas personalmente a las direcciones indicadas en las misivas. El lema de convocatoria es "Volvamos a encontrarnos apadrinando un sueño".

En Los Ríos cada año esta cruzada concita alto interés por contribuir y en esta ocasión no debiera ser diferente. Al contrario, se necesita más que nunca, tal como evidencian los contenidos de los mensajes, en los cuales se pide desde los tradicionales juguetes, hasta cosas que para algunos pueden parecer básicas, como una cama, vestuario y alimentos para una cena especial de Nochebuena.

Por lo mismo, la ampliación de plazos debe verse como una noticia positiva, pues multiplica oportunidades para ayudar, regalar alegría y vivir esta fecha con el verdadero sentido que ella tiene: la solidaridad y la buena voluntad entre las personas. De eso se trata el espíritu navideño y Correos de Chile, cada diciembre, permite cultivarlo; una linda contribución por parte de una entidad que en 2022 cumplió 275 años.

Tanto Felipe Lecannelier como Teresa Izquierdo, expertos en niñez y educación, recalcan las grandes dificultades que existen en el área de la salud mental, visto desde la experiencia de los niños, los padres y los centros educativos. Los altos niveles de estrés focalizados en cumplir con las expectativas educativas en cuanto a rendimiento, calificaciones y desempeño social obstaculizan el mejor desenvolvimiento de los niños, ya que mientras más niveles de estrés presenten, más dificultades existen en relación con la concentración y aprendizaje como también en aspectos de salud. Asimismo, uno de los estudios más recientes de la Universidad de Los Andes (2022) evaluó, mediante la prueba Dialect, a niños de segundo nivel de transición hasta tercer año básico. Los resultados indicaron que sólo el 4% conoce las letras del alfabeto, lo que sería atribuido al apoyo de la familia en el proceso de lecto-escritura. Es así, que se vuelve relevante reflexionar y analizar los posibles beneficios que los estudiantes podrían tener en el logro de aprendizajes mediante mayor participación de su núcleo familiar. Sin embargo, cuando hablamos de participación queremos introducir un cambio cultural en la comunidad educativa que permita una dinámica bi-direccional, considerando a las familias como agentes activos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ahora bien, autores como Rogmanoli y Cortese (2016) destacan una serie de aspectos en la vinculación familiar que promueven el aprendizaje de los estudiantes, tales como las expectativas hacia su desempeño y aprendizaje, la valoración de sus logros y la parentalidad positiva, dentro de otras. Es así, que se vuelve importante considerar algunas preguntas fundamentales, ¿cómo se puede potenciar esta vinculación efectivamente desde la institución educativa? ¿Qué espacios entrega el Centro para lograr dicha vinculación? Como psicólogas expertas en educación, creemos que el foco debe potenciar la vinculación efectiva desde la creación de espacios positivos y constructivos que permitan el Desarrollo de una Comunidad Educativa con un amplio y profundo sentido de pertenencia que impacte positivamente en el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, a través de prácticas concretas que le permitan a la familia ingresar a este espacio desde su propia expertiz, haciendo patente el sentido de comunidad. (Este texto contó con la colaboración de Paula Aránguiz y Jéssica Santibáñez).

Camila Marticorena Docentes de la carrera de psicología de la Universidad San Sebastián