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Constantino Hernán José Ebner Berkhoff: Adiós a un destacado hombre público valdiviano

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A los 71 años de edad y a dos semanas de conmemorar sus Bodas de Oro matrimoniales, el pasado domingo 29 de enero abandonó el mundo terrenal el conocido y destacado hombre público valdiviano Constantino Hernán José Ebner Berkhoff.

Nacido el 18 de mayo de 1951 en Máfil, fue hijo de José Ebner Matamala y Fidelia Berkhoff Rivera, quienes también fueron padres de otros cuatro hijos: Virginia, Valentín, Magno y Bernardita.

En su vida personal, el 24 de febrero de 1973 contrajo matrimonio con Brenda Mercedes Osorio Silva y fueron padres de dos hijos: Igor y Vanessa, además de abuelos de dos nietos: Amanda y Renato.

En la parte estudiantil, Constantino Ebner cursó sus estudios primarios en Máfil, continuó con la enseñanza secundaria en el Liceo de Hombres Armando Robles Rivera de Valdivia y su formación superior fue en la Universidad Austral de Chile, donde se tituló de ingeniero agrónomo.

Su vida laboral la desarrolló inicialmente en el área de transferencia tecnológica de Indap, además de su campo particular.

En el año 1986 asumió como jefe docente de Inacap Valdivia, el mismo año pasó a ser director interino y posteriormente director oficial hasta el año 1999. También tuvo una OTEC (Organismo Técnico de Capacitación), fue rector de la sede Valdivia de la Universidad Santo Tomás, trabajó en Corfo, en la Seremía de Educación y al momento de su fallecimiento era funcionario de la Dirección Provincial de Educación.

Constantino Ebner también incursionó en el mundo deportivo, especialmente en el básquetbol. Pero, antes de eso dedicó algunos años de su juventud al fútbol: como lateral derecho llegó a ser seleccionado de Máfil. Sin embargo, el básquetbol esperaba por él y fue parte del Deportivo María Auxiliadora.

En los años '80 fortaleció el Deportivo Inacap y fue parte de sus equipos en los campeonatos laborales, como también en el ámbito del maxibásquetbol como protagonista de varios campeonatos nacionales. Hace dos décadas, también fue parte del directorio del Deportivo Valdivia, bajo la presidencia del dirigente Carlos Kunstmann.

Otro aspecto de su vida ligada al deporte fue en el ámbito de la pesca deportiva, una actividad que lo apasionaba y en la cual tuvo a compañeros de afición que fueron importantes en su vida como integrante del grupo Maiquillahue.

Inquieto por naturaleza, también fue presidente del Club de Leones de Máfil y del Club de Leones Isla Teja de Valdivia, además de dirigente gremial de los funcionarios de la Seremi de Educación.En el espectro comunitario también destacó como una persona abierta a buscar soluciones a quienes necesitaban de apoyo, a través de gestiones y los contactos que manejaba. Siempre fue una persona motivada para ayudar a los demás.

Al momento de su partida, su familia lo recuerda como "un hombre con una historia de vida y de superación especial. Su madre falleció cuando él tenía nueve años de edad y su padre cuando tenía 16. Se trasladó a Valdivia para estudiar y ganarle al destino. Entró a la universidad, se hizo profesional y siempre mostró vocación por la educación. A los 71 años seguía trabajando, porque sentía que estaba haciendo cosas importantes, entendiendo que la educación es probablemente el bien más importante que puede tener una sociedad hacia sus ciudadanos. También hizo clases en Inacap y la Otec. En el deporte, siempre cultivó el hecho de que la actividad física era un mecanismo de unión y de fortalecimiento de la salud física y mental de las personas".

El cuerpo de Constantino Hernán José Ebner Berkhoff descansa en el Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia.

29 de enero de 2023 falleció Constantino Ebner Berkhoff, un hombre estrechamente ligado al mundo de la educación y el básquetbol.

Sal y luz

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El evangelio de este domingo dice así: "Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo.

No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo."

Jesús afirma a sus discípulos y a quienes lo escuchan, que son luz del mundo y sal de la tierra, y luego lo explica diciendo que una ciudad no se puede ocultar si está sobre una montaña y que una lámpara no se enciende para ocultarla, sino que está para iluminar.

Así también la Iglesia y todos los cristianos estamos llamados a iluminar el mundo y a darle sabor.

Somos una comunidad de creyentes que nos sentimos corresponsables de nuestro mundo y nuestra sociedad. Estamos conscientes de que estamos llamados por el mismo Señor a hacerlo presente en todos los ambientes, porque estamos convencidos de que Jesús es la Buena Noticia que debe ser conocida por todos los hombres.

En este tiempo en que existen tantos que viven y se sienten en tinieblas, cuando muchos han perdido el sabor de su vida, el evangelio de hoy nos entrega una misión, a quienes nos sentimos discípulos y misioneros de Él, de llevar la luz de Cristo a quien lo necesita, y a devolverle el sabor a la vida a quienes lo han perdido. A iluminar los rincones más oscuros de nuestra sociedad, para devolverles la dignidad y la paz.

"... el evangelio de hoy nos entrega una misión, a quienes nos sentimos discípulos y misioneros de Él, de llevar la luz de Cristo a quien lo necesita...".