Columna
Desafíos urgentes para la biodiversidad
El cambio climático ha llegado con fuerza y decisión a nuestro país, manifestándose en sequías, eventos extremos y fuertes olas de calor. Esto genera importantes impactos tangibles en nuestra calidad de vida, infraestructura y agricultura. De manera menos perceptible y de forma silenciosa, nuestra vegetación y biodiversidad se deteriora significativamente año tras año debido al impacto de 15 años de sequía, olas de calor y amenazas antropogénicas como el sobrepastoreo y las parcelaciones. Esto, aparte de afectar su valor intrínseco, reduce considerablemente la capacidad de la naturaleza para brindarnos servicios ecosistémicos esenciales, como la regulación del agua y del clima, el procesamiento de contaminantes y la polinización de nuestros cultivos, entre muchos otros.
La biodiversidad en la región de Coquimbo es extremadamente relevante a nivel mundial, siendo catalogada dentro de las 25 áreas con mayor biodiversidad. Asimismo, a nivel nacional es de gran importancia, ya que contiene el 30% de todas las especies vegetales de nuestro país, de las cuales un 54% son endémicas. Lamentablemente, las áreas protegidas, que representan la estrategia más efectiva para proteger la biodiversidad, solamente abarcan un 0,3% de la superficie regional si consideramos únicamente las áreas en terrenos del Estado. Afortunadamente, esta cifra aumenta al 4% si se incluyen las iniciativas de comunidades agrícolas y privadas, las cuales han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años gracias a un esfuerzo conjunto entre propietarios, autoridades y universidades.
En Chile, la conservación de la naturaleza no ha contado con el énfasis que se requiere actualmente para enfrentar las amenazas a nuestra biodiversidad. La reciente promulgación de la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas es un gran avance; sin embargo, aún enfrentamos el desafío de su compleja implementación institucional. Esto requiere unir distintos servicios públicos, como Conaf, el Ministerio de Medio Ambiente y Sernapesca, y además crear mecanismos para incorporar más de 6 millones de hectáreas a la conservación.
Ante el urgente desafío de conservar la biodiversidad en Chile, el Centro de Estudios Públicos (CEP) creó una comisión de trabajo multidisciplinaria que recientemente publicó su informe con 30 medidas en distintas áreas. Los objetivos de estas propuestas incluyen, entre otros, ampliar la superficie terrestre protegida al 30%, asegurando su diversidad y conectividad a través de esfuerzos públicos y privados, en conjunto con las comunidades locales y con financiamiento adecuado. Esto requiere crear una institucionalidad sólida tanto para las organizaciones del Estado como para las civiles. Por otro lado, se plantea implementar un sistema de información sobre biodiversidad alineado con la valoración del capital natural, que permita priorizar políticas y, al mismo tiempo, proporcionar información para la gestión y crear mercados de servicios ecosistémicos. La comisión ha concordado en que el mayor desafío que enfrenta la humanidad es la preservación de la naturaleza y la biosfera, por su valor intrínseco y como soporte indispensable para la supervivencia y calidad de vida de las personas y la sociedad. Frente a este desafío complejo, debemos actuar de manera conjunta y urgente antes de que el daño a nuestra biodiversidad sea irreversible y su restauración mucho más compleja que su cuidado actual.