"Lo que hace falta en Panguipulli es poder acceder a la gratuidad en la educación superior… Eso se necesita"
PROFESIONAL. Ingeniera Comercial y ex directora de Turismo de la Municipalidad de Valdivia, hace ocho años lidera un proyecto que afirma "he aprendido a ver como mi granito de arena a la educación".
Ha sido la única directora de sede del Instituto Profesional IPG de Panguipulli. Desde que la institución llegó a la comuna en 2012, Elena Sabat se encargó de liderar el proyecto. En ese momento con solo cuatro carreras podía complementar su trabajo con un emprendimiento personal que desarrollaba en el campo familiar. Hoy, 8 años más tarde y con 12 carreras a punto de comenzar el año académico, su dedicación es completa y absoluta.
Y es que, lo que empezó como un deseo, de otra mujer Griseldis Burose de Von Appen, ha sido el motor de vida para Elena Sabat por la motivación que ha provocado en ella ver el resultado de su esfuerzo diario.
"El sello y lo que me nace como directora del Instituto Profesional IPG Panguipulli es la entrega. Entregar un servicio pero que no solo cumpla con un producto y resultado, es más que eso. Es otorgarle un sentido, un por qué y para quién. Porque hacer una carrera que cueste x y se hagan clases y se cobre tanto, no requiere mayor entrega...eso no es lo que hacemos aquí".
Esa es la filosofía de Sabat. Valdiviana de nacimiento, pero desde los 13 años residente (con idas y vueltas) de Panguipulli ha aprendido a conocer a su gente y el territorio, goza con su trabajo y ver concretar la felicidad de los demás.
- ¿Ha sido su deseo darle un sello particular a esta sede?
-No ha sido tan planificado, ha sido lo que ha ocurrido, lo que ha nacido del equipo, lo que la señora Griseldis, su fundadora, ha querido pero que se ha dado de forma natural. Aquí nos preocupamos del alumno, de saber quién es el estudiante, qué problemas tiene, en que podemos ayudarle y entregarle herramientas para que pueda solucionar su conflicto en el trabajo, en la familia, en el campo o en el ámbito personal.
Nosotros trabajamos con personas del segmento llamado vulnerable, pero no todos son vulnerables, quizás sí ganan poca plata y les falta para llegar a fin de mes, pero son personas muy ricas de espíritu y en su contexto familiar y eso nos da la motivación cada día.
- ¿Cree que ese ha sido el éxito de este proyecto?
-En alguna medida sí, pero lo que ha sido realmente exitoso es lo que provoca en los mismos estudiantes, en sus vidas y cómo ellos se sienten cuando egresan. En estos ocho años académicos hemos titulado a cerca de mil profesionales y siempre los encuentro trabajando o veces vuelven a saludar. Están contentos porque su paso por IPG les dio herramientas para desarrollarse y aunque el 90% o más de nuestros estudiantes son trabajadores y estudiantes, por lo tanto han tenido experiencias laborales antes de egresar, su paso por aquí les ha permitido conocer otras cosas, otras experiencias que ahora les hacer ser mejores profesionales.
Estoy convencida de que donde hay educación hay evolución y lo veo cada día con los estudiantes y eso ha sido mi motor, mi granito de arena en la vida.
- ¿Ese compromiso y entrega cree que es lo que carece el sistema de educación en general?
-Nosotros aquí nos preocupamos de aportar en la felicidad de nuestros estudiantes y eso no se ve en todas partes. De hecho dentro de las preocupaciones del Estado creo que nunca ha estado el hecho de pensar en la felicidad. La sociedad ha pasado por diferentes búsquedas, y la felicidad es lo que queremos ahora.
Es una felicidad simple, la de estar tranquilos, disfrutar de los afectos, de la actividad que realizamos, de recorrer la naturaleza, dormir tranquilos, no estar enfermos y en la educación vemos esa oportunidad, porque podemos encontrar herramientas para ir hacía allá, en un mejor trabajo o desarrollando una idea propia.
Esa mirada no está y es lo que realmente podría convertirse en el "Milagro Social", pero nadie lo ve. Esa es mi política de vida y la que intento cumplir en mi día a día, y lo que pido a las personas que trabajan conmigo y a los estudiantes. ¿Te hace feliz trabajar aquí? ¿Te hace feliz estudiar lo que estudias? ¿Tu trabajo? Si no te hace feliz déjalo, por favor déjalo. Eso les pido a las personas que me rodean y lo que me gustaría que nos preguntemos a diario.
-¿Qué otras oportunidades ve en esta comuna?
-Lo primero es lo que veo en su gente, esta riqueza interior que mencionaba, pero también veo lo maravilloso de su territorio. Aquí tenemos carne, leche, frutos, maíz, la tierra, el agua entregan mucho y su belleza natural es un tesoro. Donde hay turismo hay desarrollo y aquí lo hay.
Tenemos que ser cuidadosos y en ese sentido creo que lo mejor es ir de a poco, Panguipulli ha ido de menos a más y de a poco ha logrado posicionarse en la zona como un lugar turístico de excelencia. Falta mucho, pero principalmente en atención y planificación porque lo hermoso de la zona es lo natural y eso no se debe perder. Si se interviene mucho se va perder ese tesoro en bruto que hay en todas partes.
Mirar lo verde, el lago, los caminos de tierra es lo que hace a Panguipulli lo que es.
- ¿Cuáles son los desafíos o lo que queda pendiente entonces?
-Lo que le hace falta a la comunidad de Panguipulli es poder acceder a la gratuidad en la educación superior. A nosotros como IPG nos falta la acreditación para eso y los jóvenes y adultos de la zona lo necesitan. Obviamente si perteneces, económicamente hablando al sector vulnerable, no vas a poder salir de cuarto medio e irte de Panguipulli, entonces vas a seguir siendo la "mano de obra barata" aunque tengas las habilidades y todas las oportunidades de desarrollo en tu territorio.
Es ahí cuando nuevamente digo, donde hay educación, hay evolución y donde hay turismo no hay pobreza, hay desarrollo. Falta perspectiva futura en algunas decisiones y la educación comunal en sectores rurales y aislados como Panguipulli tiene muchas expectativas pero es necesario trabajarlas bajo otra mirada.
El trabajo comunal es hermoso si se hace con dedicación y aunque estamos en veredas opuestas con el alcalde Valdivia, creo que ha hecho un buen trabajo, se ha logrado avanzar y ha tenido harto trabajo con la comunidad, pero siempre es importante que los que están tomando las grandes decisiones del país también puedan mirar y ver lo que está pasando en lugares alejados donde la riqueza humana y natural abunda y "los protocolos" para la felicidad son otros.
- ¿Y en lo personal y su trabajo con la educación técnico profesional?
-Para nosotros los desafíos son continuar con nuestra forma de trabajo, seguir formando a profesionales comprometidos con su territorio y con ética laboral. Aportar al territorio, rescatando las potencialidades y nuevas alternativas de educación técnica profesional.
Que los estudiantes y las personas que pertenecen a nuestro equipo sean felices en lo que hagan, con perspectivas de un futuro mejor, empáticos. Realmente quizás dirán que son desafíos idealistas pero eso es necesario para lograr avanzar y es en lo que estamos.
Hace un poco más de un año estuve enferma y me dije esto tiene que salir de mi vida junto con todas las malas energías y todo lo que pueda aportar para que los que me rodean puedan estar bien lo voy a hacer, ese es mi granito de arena.