Este viernes conocimos la historia y dificultades que han debido afrontar los comerciantes del sector Isla Teja para mantener sus empresas en el contexto de la actual crisis sanitaria por coronavirus, donde han sumado un esfuerzo grande a nivel colaborativo, pero también han contado con el apoyo de Sercotec, servicio que los reconoció como el último Barrio Comercial de la capital regional.

Como ellos, realidades similares se aprecian en otros puntos que ya contaban con esa denominación, como Plazuela Berlín, Esmeralda y Los Molinos. En todo ellos la baja en los ingresos, el sacrificio adicional de sus propietarios y trabajadores y sobre todo los cambios en sus procesos marcan la tónica.

En el caso de la Teja, se conformó la Asociación Gastronómica y Turística Isla Teja, la que agrupa a 16 empresas y mediante el Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales de Sercotec ya cumple su primer año de trabajo, periodo en que, además, debieron hacer frente a otra situación compleja como fue el estallido social de octubre de 2019.

En ese sentido, el objetivo de este grupo por ahora es simple y apunta a fortalecer las labores de asociatividad con el propósito de mantener la viabilidad de las empresas y prepararse para la próxima reapertura de locales, cuya fecha aún es incierta.

Mientras ello ocurre la presidenta de la asociación, Valeria Preller, detalló una serie de gestiones que han realizado: "muchos estamos haciendo ventas online, utilizando las redes sociales, y ofreciendo opciones de retiro en el local, despacho a domicilio o entrega en el auto, lo que el cliente prefiera", destacó la dirigenta, recalcando que "lo importante es que como barrio estamos trabajando para honrar la fidelidad de nuestros clientes y cumpliendo con todas las normativas sanitarias que la contingencia exige".

Sin duda este debiera ser el complemento y el mensaje perfecto para quienes están enfrentando situaciones similares, no solo en Valdivia sino también en otras ciudades de la zona como La Unión, Río Bueno, Mariquina y Panguipulli. Si respetamos las normas y somos fieles a nuestro compromiso colectivo, no debiera existir problemas para superar la crisis, aunque ¿estamos realmente preparados para el desafío? La pregunta seguirá abierta.

La Ley 21.091 del año 2018 creó un nuevo sistema de Educación Superior en Chile, siendo tres las principales instituciones que nacen a partir de esta normativa. Por un lado se encuentran las Subsecretaría y Superintendencia para educación superior, y por otro está el Consejo Nacional de Acreditación. Todas estas transformaciones, han significado una serie de cambios en los procesos que se desarrollaban en las instituciones y han implicado importantes desafíos. Por ejemplo, con la creación de la Subsecretaria de Educación Superior, se logra coordinar de mejor forma las políticas educacionales, pensando siempre en el largo plazo.

Otro cambio importante, está dado por creación de la Superintendencia de Educación Superior, que actualmente es la encargada de las fiscalizaciones en distintos ámbitos y que recibe las denuncias y las investiga.

En materia de aseguramiento de la calidad, también existen cambios significativos, comenzando por la obligatoriedad de la acreditación institucional para todas las casa de estudio de educación superior autónomas. En el mismo plano, se fortalece la labor de los pares evaluadores, y además a aquellas instituciones no logren la acreditación se les impide dictar nuevas carreras, programas, abrir sedes, aumentar vacantes, llegando incluso al cierre.

En este desafiante escenario, el Instituto Profesional (IP) Santo Tomás está viviendo un nuevo proceso de acreditación, el que sin lugar a dudas es una valiosa oportunidad para mostrar a la comunidad la cultura de mejora continua, autoevaluación y autorregulación a nivel institucional que presenta este proyecto educativo.

Desde esta perspectiva, en este proceso de acreditación informaremos de la actualización de nuestra misión y visión, a partir de los procesos de reflexión desarrollados en nuestra comunidad educativa; la transformación de nuestra razón social a una corporación de derecho privado sin fines de lucro; el trabajo del Plan Estratégico Institucional, y nuestro Plan de Mejora Institucional.

En el IP Santo Tomás hemos entendido que este proceso es una nueva oportunidad para demostrar las grandes fortalezas de este proyecto educativo, que pondrá en valor el compromiso de docentes, alumnos, egresados, administrativos, y directivos, con el fortalecimiento de la formación de calidad de técnicos y profesionales para nuestro país.