Correo
Cambios institucionales
Para hablar seriamente de cambios institucionales, debemos advertir que los últimos cambios de esta naturaleza en nuestro país no han salido de acuerdo con lo previsto.
En 2005, Ricardo Lagos acortó el período presidencial a 4 años. Esto ha tenido un efecto nefasto al incentivar una oposición desleal por hacer coincidir las elecciones parlamentarias con las elecciones presidenciales y, por ende, se gobierna durante una legislatura completa, cuando antes se gobernaba a lo largo de dos.
Diez años después se cambió el sistema electoral con la promesa de tener un Congreso más diverso y colaborativo que, además, "no nos costaría un peso más". Estamos en presencia de un Congreso que nos cuesta 15 mil millones de pesos adicionales al año.
Si todos estos cambios han sido unas verdaderas chapuzas que en su tiempo se vendieron con gran pompa ¿Qué nos dice que las actuales propuestas -como el semipresidencialismo- serán lo contrario?
Juan L. Lagos Fundación para el Progreso
Poder volver
Este dolor que nos ha azotado con la pandemia nos ha afectado a todos en nuestra convivencia, en nuestra forma de actuar, en nuestras actitudes y conductas. Echamos de menos los días en que un grupo de maestros, educadores de toda una vida todos en la jubilación después de haber formado tantas generaciones, nos reuníamos diariamente al mediodía en nuestra plaza para sonreír, para recordar, para hacer más llevadera nuestra vida en los pocos años que nos están quedando.
Hoy recordé esos días y quise decirles a Roberto, Héctor, Julio, Herardo, José, Raúl, Ludim, Sánchez, al viejo de tantos abriles, a César; hacerles ver que hemos perdido muchos meses de nuestras tertulias y de nuestros sueños y sé que hemos sufrido mucho en no abrazarnos, en no compartir. Ya pasará todo y es de esperar que podamos volver con nuestros mismos sueños, quizás con más canas. Hemos perdido un año de los pocos que nos quedan, porque lo vivido hay que dejarlo en un silabario y una pizarra más de nuestras vidas.
Arturo Goddard Bravo Profesor Normalista normalista 1949@gmail.com
Labor de Dipress
Realmente felicito a la Dirección de Presupuestos (Dipress) y a la Subsecretaría de Evaluación Social (SES) por el monitoreo y seguimiento de 687 programas de la oferta pública. Este logro merece un amplio reconocimiento pues hay un genuino esfuerzo de coordinación de ambas entidades públicas. Es un verdadero logro ya que por restricciones operativas y por costumbre -el Estado funciona en silos-, compartir información y utilizar criterios comunes es una excepción y no la regla.
Sin perjuicio de estos importantes avances, obviamente hay mucho que mejorar en la calidad del gasto público. En marzo pasado, desde el Centro de Políticas Públicas UC formulamos algunas propuestas en este sentido. En menos de una década, la oferta de programas públicos ha crecido en más de un 40%, ¿se necesita realmente esa cantidad de programas?, ¿hay duplicaciones o traslapes de objetivos y/o beneficiarios entre estos?
En esta línea se propuso ordenar la estructura de clasificación de las acciones gubernamentales, agrupando programas que apuntan a propósitos comunes. Es necesario que hablemos un solo lenguaje entre productos estratégicos, programas públicos y asignaciones presupuestarias.
Hoy más que nunca, el monitoreo y evaluación del gasto público es fundamental.
Ignacio Irarrázaval Centro de Políticas Públicas UC.
Portabilidad financiera
Este 8 de septiembre entró en vigencia la Ley de Portabilidad Financiera, un proyecto que debería redundar en mayor competencia y, por ende, mejores condiciones para los clientes bancarios. Para comenzar, se debe precisar que las cifras no son muy alentadoras, puesto que hay estudios que indican que la tasa de endeudamiento de las familias chilenas bordea el 75%, medida en términos de ingresos. En ese sentido, la deuda es una realidad patente y potente en nuestra sociedad. De la misma manera, cambiarse de banco no es tan sencillo y habitualmente implica costos bastante altos, por lo que no existen incentivos a moverse o, dicho de otra manera, las barreras de salida de un banco a otro son (o eran) muy altas.
En ese sentido, la ley de portabilidad financiera establece una serie de mecanismos, simples y baratos, que permitirán a un cliente mover "sus deudas", de una institución a otra, con un trámite expedito y a costos razonables.
Esta ley faculta al cliente para solicitar una o varias cotizaciones de tal forma de poder elegir la mejor alternativa dentro de lo que el mercado ofrece en su caso particular. Claramente, esto es un tremendo avance en términos de empoderar al consumidor financiero el que muchas veces se siente retenido en su banco, dado que los costos de cambio son altos.
José Navarrete Oyarce Dir.Ing. Ad. Empresas U.A.B.