Hace pocos días fue lanzado un juego que busca acercar los conceptos relacionados con la Constitución a los niños y jóvenes del país. Se llama "Constitutrivia", fue realizado por profesionales egresadas de la Universidad de Chile y contiene detalles sobre el plebiscito del 25 de octubre, la historia constituyente de Chile y la Constitución vigente.

Las creadoras señalan que es idealmente para personas mayores de 12 años; se puede imprimir y jugar, pues es un tablero con cartas de trivia (con preguntas sobre la Constitución) y de sorpresa (con premios), que van sumando puntos. Gana quien llega primero a los 50 y cada jugador, según el puntaje acumulado, recibirá una calificación como "ciudadano informado", "desinteresado", "participativo", etc.

La iniciativa es interesante y se parece en el objetivo al "Constitucionario", creado para el proceso constituyente del gobierno anterior, el cual mostraba, a través de animaciones con lenguaje para niños, conceptos básicos de la vida cívica.

Ambas propuestas son interesantes, más aun considerando que falta casi un mes para la votación sobre el cambio constitucional y se sabe que el 60% de la población nacional no ha leído, ni conoce, aspectos de la Constitución actual, de acuerdo a un estudio realizado por la Asociación de Municipalidades. El mismo documento señala que el 62% cree que un cambio en la Carta Magna podría mejorar su vida diaria.

En Los Ríos, según un estudio dado a conocer en diciembre por el CER y FACEA de la Universidad Austral, un 54 % de los encuestados en cuatro comunas, reconoce tener un nivel bajo de información sobre el tema constitucional. En Valdivia solamente un 15,8% se declara "muy informado" al respecto, mientras que en La Unión ese índice es de 10,5%; en Río Bueno de 8,3% y en Panguipulli 8,5%.

En los últimos meses se han realizado en la región varios talleres y seminarios a distancia -la pandemia no permite más- para debatir y profundizar conceptos. Pero, sin dudas, es necesario intensificar la entrega de información para ciudadanos de todas las edades. Así visto, un juego o un video animado, que pueden generar conversaciones intergeneracionales, apuntan también en esa dirección.

Septiembre, mes de la Patria expresado en el comienzo de la primavera, por décadas ha sido un impulso para valorar y proyectar positivamente la vida de las generaciones que han habitado este territorio.

En este año, se presenta la más clara excepción para estos sentimientos y sus expresiones. Es efectivo que en otros años este estado anímico nacional ha sido afectado por fenómenos de la naturaleza y, en especial, doblegado por golpes a la democracia.

Sin embargo, actualmente lo negativo de la realidad se expresa con el ataque al planeta tierra del coronavirus aproximándose a las 500.000 personas infectadas en Chile y el dolor que afecta a las familias de más de 12.000 casos de fallecidos. Paralelamente, la crisis económica, parcialmente derivada de la pandemia, menoscaba la actividad productiva y de servicios por lo que el desempleo supera el 12%. La desigualdad social se intensifica tanto en los deciles más bajos como en los niveles medios de ingreso, distanciándose aún más de las cifras de los sectores de mayores ingresos y patrimonio. La situación institucional y política presenta serias debilidades que se expresan en la desconfianza, afortunadamente con una creciente esperanza por una nueva Constitución.

Junto a estas situaciones y sus negativos efectos destaca la dramática relación con los pueblos originarios en un marco estructural con errores históricos y de instituciones a través de diferentes problemas del dominio del territorio, aspectos socioculturales y económicos.

El llamado de los problemas culturales, sanitarios, económicos y sociales requiere de una respuesta educacional con un objetivo de conocimiento y formación que conduzca a una comprensión positiva de la diversidad cultural y de sus potencialidades. La comprensión lingüística, la cosmovisión de pueblos originarios, la valoración de elementos culturales, debieran conducir al encuentro fundado en el conocimiento del pasado y de las prospectivas positivas de la diversidad.

¿No será esta la principal ruta, plena de desafíos, para el desarrollo humano en Chile?

Ello implica una cohesión social, pacientemente construida, en una educación de la que surge el conocimiento profundo y la valoración consciente de las potencialidades de la diversidad étnica.

Carlos Amtmann Moyano

Centro de Educación Continua Uach