Reforzamiento de valores universales
La violencia escolar activa alertas en diferentes instituciones, que ven en ella un posible reflejo de la situación nacional. Reconocimiento de la dignidad humana, aceptación, protección de los más débiles, tolerancia, no discriminación, son principios que no se puede descuidar.
En 2022 se cumplirán 72 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, base orientadora a nivel internacional, guía para las legislaciones en la mayoría del países del mundo y un recordatorio constante de la prioridad que debe tener el respeto a las personas en todo accionar de la sociedad, especialmente desde el Estado.
En un momento como el actual, tanto a nivel nacional como internacional, recordar los principios señalados en ese importantísimo documento resulta una obligación prioritaria. También enseñarlos y difundirlos, en especial entre las generaciones más jóvenes; pues no basta que las instituciones a nivel macro se comprometan a cumplir las normas establecidas si ellas no son vivenciadas desde la base de la comunidad, con conciencia de protección y con responsabilidad de ejercicio.
Un ejemplo de la necesidad de inculcar esos valores está -lamentablemente- en los hechos de violencia registrados en diversas ciudades del país, incluyendo Valdivia, Paillaco y Los Lagos, por nombras solamente las denunciadas públicamente. Agresiones, amenazas, trato denigrante, abuso, son acciones lejanas a la convivencia pacífica y reflejan un contexto general complejo que se replica en escuelas.
En esa línea es muy importante el trabajo que está realizando la Gran Logia de Chile, que generó una declaración pública llamando al reforzamiento de las "ideas base de la vida civilizada" y también ha editado un cuadernillo para distribución escolar con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, escrito en castellano, mapudungún, aymara y rapanui.
El gran maestro Sebastián Jans estará hoy en la región para abordar esa temática. La semana pasada lo hizo en Temuco, donde también recordó la necesidad del diálogo como vía de resolución de problemas.
El aporte de la institución a la contingencia se suma a la de otras organizaciones que también han alertado sobre un clima de conflicto que en nada aporta al desarrollo armónico del país. Su mensaje, como el de otros, recuerda la importancia de principios básicos como reconocimiento de la dignidad humana, protección de los más débiles, aceptación, tolerancia, no discriminación, cuyo respeto no se puede descuidar.